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Ninguneadas por Occidente, en la actualidad, decenas de organizaciones locales gestionan la hambruna que asuela Somalia, al margen del glamour y la gloria de las agencias internacionales. Tony Burns, director de operaciones de la asociación de mujeres laicas Saacid, la principal ONG del país, nos aclara sus miserias.

-¿Cuáles son los problemas de las ONG locales en Somalia?

-El principal: la falta de fondos. Generalmente, los intereses de los donantes internacionales cambian significativamente cada 2 años, y esto hace que sea casi imposible mantener un presupuesto a medio y largo plazo.

A su vez, sufrimos constantes amenazas e intimidaciones por parte de los actores que operan en el contexto somalí dado sus interés en lograr el monopolio humanitario, en particular, de algunas agencias de la ONU.

No en vano, después de más de 21 años de prestación de servicios, Saacid todavía no ha logrado ningún tipo de alianzas estratégicas con estas instituciones. En la práctica, sigue existiendo una indiferencia estratégica de la comunidad internacional hacia Somalia.

-La milicia de Al Shabab permite trabajar a las organizaciones islámicas en las áreas bajo su control. ¿Cuál es la relación entre su organización y los rebeldes?

-Desde hace más de dos décadas, Saacid trabaja en estrecha colaboración con las comunidades locales (independientemente de su papel en el conflicto). Esto nos ha permitido acceder a prácticamente todas las regiones de Somalia, que a fin de cuentas, es nuestro máximo interés. Nuestro problema no es el acceso, sino los recursos para la prestación de servicios.

-¿No se sienten ignorados por la comunidad internacional, quien prefiere apoyar a las organizaciones extranjeras en lugar de las ONG locales?

-Por supuesto. Pese a ser la ONG más grande y antigua en Somalia, Saacid nunca ha sido invitada a participar en ningún encuentro internacional (gestionado desde occidente) sobre el futuro de Somalia, lo que contribuye a alimentar la indiferencia sobre las organizaciones locales.

La filosofía neo-colonial de los países occidentales y las agencias de la ONU sigue siendo omnipresente en este tipo de conflictos.

-¿Qué hace diferente a esta hambruna de las anteriores?

-La sequía en el contexto de Somalia es común. Sin embargo, en esta ocasión, la hambruna ha sido "reconducida". Por un lado, por Al Shabab y su insistencia a que la ayuda de los países occidentales no debía ser aceptada. Y por el otro, gracias a décadas de desastrosa gestión occidental hacia Somalia, que ha negado cualquier espacio político local contrario a sus intereses.

-Al Shabab también gestiona campamentos de desplazados internos como es el caso de Al Yassir. ¿Es completamente cierto que la milicia no permiten la distribución de alimentos en las zonas bajo su control?

-Al Shabab ha sido muy selectiva en la distribución de alimentos y recursos en las regiones bajo su control. Sin embargo, es de destacar que un gran número de organizaciones no gubernamentales locales e internacionales todavía continúan en funcionamiento. El caso más notable, el del Comité Internacional de la Cruz Roja.

El mayor problema al que se enfrenta Somalia no es el acceso, sino la gestión de los recursos disponibles para aplicar a la hambruna.