Comentario: Sugerimos la lectura de el artículo Análisis: "El Test del Psicópata: Un viaje a través de la industria de la locura" de Jon Ronson para un análisis más profundo sobre el libro citado en el presente artículo.


psicópatas
© Ediciones BEl libro ya está en tiendas, en un valor promedio de $10.000.
En "¿Es usted un psicópata"? el británico Jon Ronson se propone cuestionar los mecanismos de diagnóstico de la locura e indagar en ciertos rasgos de psicopatía que pueden asomar en políticos y empresarios.

"Ronson tiene una especie de epifanía cuando conoce a Robert Hare, un prestigioso psicólogo que desarrolló el test estándar que diagnostica la psicopatía, quien está convencido de que muchos ejecutivos y políticos son, de hecho, verdaderos psicópatas. Jon aprende de Hare a descubrir a estos psicópatas de altos vuelos y, armado con su nueva habilidad de cazador de locos, se adentra por los pasillos del poder".

Ésa es una de las promesas centrales de "¿Es usted un psicópata?" (Ediciones B, $10.000), llamativo libro del periodista británico Jon Ronson que forma parte de las novedades editoriales de estas últimas semanas.

Poner en tela de juicio los actuales mecanismos para definir la locura, es otro de los desafíos de contratapa, y suena bien. El problema es que ambas promesas se ven algo incumplidas en el resultado final del libro, que es más bien el reflejo del recorrido personal que emprende Ronson - autor de "Los hombres que miraban fijamente a las cabras" - en el aprendizaje y las dudas acerca de la salud mental.

Hay algo disparatado en el relato, de partida. Todo comienza con el envío a una serie de médicos y académicos de un misterioso libro, de autor anónimo y plagado de mensajes crípticos, lo que lleva al periodista a reunirse con una conocida doctora intrigada con la obra.

Pero eso es sólo en el primer capítulo, ya que después ese enigma quedará como un cabo más entre los que el autor deja sueltos, para adentrarse en otro ámbito. La dinámica es constante en su escritura, hasta que logra asentarse en el que asoma como el eje central: La historia de Tony, un hombre detenido por un delito menor, pero que al que las autoridades se niegan a soltar, ya que es sucesivamente diagnosticado como un psicópata.

Ronson se hace cargo de la duda y se lanza a investigar. Y entonces es ahora Tony el que queda atrás, para adentrarse en las lecturas, entrevistas y seminarios a los que el periodista acude, y que observa con una mirada ajena a la de los asistentes habituales.

Así, se cuestiona sobre qué tan usuales son las conductas psicopáticas, cuántos de nosotros las podríamos tener, etc. ¿Y los psicópatas en el mundo del poder? Recién a partir de la página 119, y gracias a la gentileza de Robert Hare, el hombre que diseñó el test con que hasta hoy se diagnostica a los psicópatas en el mundo.


Comment: Cabe notar que el psicópata no se hace, nace, su condición es genética, esa es su naturaleza, por eso mismo presenta diferentes caracteristicas fisiológicas (por ejemplo en el lóbulo frontal según este ejemplo) y psicológicas a las del ser humano. En términos del autor de Ponerología Política, Andrew M. Lobaczewski, una persona (ser humano) altamente ponerizada, que integra a su psique características psicopáticas por X factor, se le llama caracterópata, y vale la pena comentar que es casi seguro que este tipo de patología sea tan incurable como la misma psicopatía.

Lo bueno es que aún quedan cerca de 160 páginas para enmendar la falta, y Ronson se anima a hacerlo con dos conocidos dueños de enormes empresas, en quienes parecen asomar los rasgos fronterizos que permiten saber quién está a cada lado en la línea de la cordura. ¿Es una inciativa responsable, en quien no es un profesional de la salud? Eso ya es parte de los cuestionamientos que quedan en la siempre subjetiva área de los lectores.

Pese a esto, Ronson logra dar con una crónica amigable para todos aquellos que no son expertos en las materias tratadas, además de instalar un relato dramático a partir de este reo tal vez injustamente apresado. Una narración algo trabada y desordenada, es cierto, pero que de todos modos entretiene y deja más de una interrogante instalada en la cabeza del lector.