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© DeiaImagen de un caballo tapado justamente por una indicación sobre la cueva
Es, con toda probabilidad, el primer rastro del vizcaino en el territorio. Anterior, incluso que Santimamiñe. Se trata del último hallazgo prehistórico descubierto en la cueva de Askondo, en Mañaria, donde un grupo de arqueólogos encontró el pasado mes de enero un conjunto de pinturas rupestres que, según las primeras estimaciones, data de 25.000 años antes de nuestra era. Este dato le confiere la consideración de los expertos que se refieren a él como "uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de los últimos años".

Así lo han certificado expertos arqueólogos que han validado su autenticidad. De hecho, los grabados y pinturas cuentan con la certificación de expertos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (CSIC). "Este hallazgo es de un extraordinario valor patrimonial para Bizkaia", afirmó ayer Diego Garate, doctor en Arqueología y uno de los miembros del grupo de arqueólogos que realizó el descubrimiento. Sin embargo, la importancia del arte de Askondo no es solo a nivel territorial, ya que "se trata de una de las cuevas más antiguas de Europa", explicó Garate.

Los análisis realizados por los descubridores consideran evidente la autenticidad del hallazgo y lo sitúan en una cronología entre 28.000 y 18.000 años antes de nuestra era, es decir entre el Gravetiense y el Solutrense, "aunque lo más probable es que se sitúe en 25.000 años", apuntó Garate, quien destacó que "el conjunto artístico es cronológicamente muy anterior al de Santimamiñe".

El extraordinario hallazgo fue presentado ayer por la diputada foral de Cultura, Josune Ariztondo, acompañada por el propio Diego Garate y el experto del CSIC César González, quien ha realizado el peritaje externo junto con Manuel González. Ambos han coincidido "al cien por cien" con el informe de los descubridores, según indicó el propio González Sanz.

Docena de pinturas Garate explicó que en la cavidad se ha localizado más de una docena de representaciones en pintura roja o grabadas y otros elementos parietales "en muy mal estado de conservación". En concreto, los investigadores han descubierto cinco caballos pintados en rojo, dos de ellos de más de metro y medio; un caballo grabado; una mano en positivo -la primera que se localiza en la CAV-, una serie de dos trazos pareados; un punto rojo; una línea cérvico-dorsal de animal; una serie de grabados subverticales no figurativos y un hueso de animal hincado en la pared a dos metros de altura que los expertos relacionan con "alguna actividad artística".

Con este nuevo descubrimiento ya son cinco las cuevas con arte parietal paleolítico localizadas en el Territorio Histórico de Bizkaia y la de Askondo es la tercera en importancia por su cantidad de grafías animales.

Las pinturas fueron localizadas por el equipo formado por los arqueólogos Diego Garate Maidagan, Joseba Ríos Garaizar y Ander Ugarte Cuetara durante una visita el pasado mes de enero a la cavidad. La expedición se enmarcaba en un proyecto de investigación relacionado con el poblamiento paleolítico en el interior del territorio vizcaino. "El equipo observó unas pequeñas manchas en las paredes muy deterioradas por pintadas, rozaduras y hogueras, pero tras revisarlas con más detenimiento, confirmamos que se trataban de pinturas rupestres, cuya temática y forma se pueden reconocer en otras cuevas del occidente europeo", explicó Garate.

Para preservar este nuevo hallazgo, la Diputación ha cerrado el acceso de la cueva y el yacimiento ha quedado automáticamente protegido desde el momento de su localización "por la Ley de Patrimonio", según indicó Ariztondo. Los arqueólogos tratarán ahora de restaurar las pinturas e inspeccionarán de nuevo la cueva por si hubiera más pinturas en su interior, al tiempo que no descartan que se puedan dar nuevos descubrimientos. "Tanto Bizkaia como Gipuzkoa presentan un vacío paleolítico y habrá que seguir investigando", aseguró Garate.

La primera incursión de carácter científico en la cueva de Askondo fue llevada a cabo en 1912 por Gávez Cañero, encontrando escasos restos arqueológicos. No obstante, en 1963 se localizaron dos cráneos de oso de las cavernas que motivó la visita de furtivos y la excavación incontrolada de la cavidad. "A lo largo de los años setenta se remueven las tierras para tratar de encontrar huesos y la cueva se ve afectada", prosiguió Garate. Otro factor que ha alterado la cavidad ha sido la actividad extractiva de una cantera cercana ya en desuso desde hace treinta años. "La cantera afectó a la entrada y se pensaba que estaba destruida. Esto fue lo que nos motivó a comprobar si realmente era así", explicó Garate.

Santimamiñe, referente La cueva de Askondo se une de este modo al resto de cavidades con arte parietal paleolítico localizadas en el territorio vizcaino tras Venta Laperra (1904), Santimamiñe (1917), Arenaza (1963) y El Rincón (2004). Sin embargo, cabe destacar la importancia de Santimamiñe, lugar de referencia durante décadas para varias generaciones de vizcainos que han podido recorrer sus galerías y contemplar sus pinturas y grabados rupestres, acercándose a la historia del paleolítico, concretamente en el periodo Magdaleniense, lo que la ha convertido en uno de los principales yacimientos prehistóricos. En total, cuenta con casi medio centenar de figuras pintadas al carbón e incisas entre las que destacan los bisontes.