OF THE
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El Gobierno de Su Majestad cree que los redactores del Mandato en el que se plasmó la Declaración Balfour no podían tener la intención de que Palestina se convirtiera en un Estado judío en contra de la voluntad de la población árabe del país. ... Por lo tanto, el Gobierno de Su Majestad declara ahora inequívocamente que no forma parte de su política que Palestina se convierta en un Estado judío. Considerarían contrario a sus obligaciones para con los árabes en virtud del Mandato, así como a las garantías dadas al pueblo árabe en el pasado, que la población árabe de Palestina se convirtiera en sujeto de un Estado judío en contra de su voluntad.[1]
"Creemos que la solución de los dos Estados [israelí y palestino] debe imponerse desde fuera para lograr la paz. Incluso si, e insisto, Israel reafirma su rechazo [a esta solución] y, para impedirlo, ha llegado a crear el propio Hamás (...) Hamás ha sido financiado por el gobierno israelí en un intento de debilitar a la Autoridad Palestina de Al Fatah. Pero si no intervenimos con firmeza, la espiral de odio y violencia continuará de generación en generación, de funeral en funeral".Al hacerlo, Josep Borrell rompió con la línea oficial occidental de que Hamás es el enemigo de Israel, al que atacó por sorpresa el 7 de octubre, justificando la actual respuesta israelí y la masacre de 25.000 civiles palestinos. Afirmó que los enemigos de los judíos pueden ser apoyados por otros judíos, Benjamin Netanyahu en particular. Rechazó la lectura comunitaria de la historia y examinó las responsabilidades personales.
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Lectura adicional (en inglés):