corazón de manteca derritiéndose
© GettyEn los últimos 60 años, la investigación ha demostrado en repetidas ocasiones que no existe correlación entre el colesterol alto y la formación de placa causante de la enfermedad cardiaca. A pesar de ello, el mito de la grasa/colesterol ha persistido
La idea de que el colesterol alto causa enfermedad cardiaca se remonta a Rudolph Virchow (1821-1902), un patólogo alemán que encontró un engrosamiento en las arterias en las personas a las que les realizo autopsia, lo cual atribuyó a una acumulación de colesterol.

Fue seguido por Ancel Keys (1904-2004), un fisiólogo de renombre quien publicó su trabajo conocido como "Seven Countries Study"[1] o el "Estudio de los Siete Países" en 1963. Este primer informe, que vincula el consumo de grasas saturadas de origen animal a la enfermedad cardíaca, sirvió de base para casi todo el apoyo científico inicial de la Teoría del Colesterol.

Lo que muchos no saben es que en realidad esta información se obtuvo de 22 países, pero Keys analizó información selectivamente de sólo siete de ellos. Los siete países elegidos siguen siendo válidos en su teoría inicial.

Después de un análisis posterior, otros investigadores descubrieron que cuando los 22 países están incluidos, no hubo correlación alguna entre el consumo de grasas saturadas y las enfermedades coronarias. De hecho, el conjunto de datos sugiere lo contrario - que las personas que consumieron más cantidad de grasa animal tienden a tener una menor incidencia de enfermedades del corazón.

La propagación de la ciencia fallida 'imperfecta'

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En los últimos 60 años, la investigación ha demostrado en repetidas ocasiones que NO hay correlación entre el colesterol alto y la formación de placa que conduce a la enfermedad cardíaca. A pesar de ello, el mito de la grasa saturada/colesterol ha sido extremadamente persistente.

A partir de 2010, las recomendaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos[2] (USDA) sugirieron reducir su consumo de grasas saturadas a sólo el 10 por ciento o menos, del total de calorías. Las grasas fueron aborrecidas a tal punto que se eliminaron prácticamente por completo de la "pirámide alimenticia" de la USDA, que ahora se llama "MyPlate". Las grasas son excluidas por completo, con excepción de una pequeña porción de productos lácteos, que deben ser libres de grasa o bajos en grasa.

¿Cómo puede ser esto?

Esto es precisamente lo opuesto de lo que su cuerpo necesita. Muchos expertos en salud creen que, para tener una salud óptima, sería recomendable obtener entre el 50 y 85 por ciento de sus calorías diarias en forma de grasas saludables.

En la década de 1960, el médico británico John Yudkin fue uno de los primeros en desafiar la hipótesis de Ancel Keys, afirmando que el AZÚCAR es la culpable de las enfermedades del corazón y no la grasa saturada.

Por desgracia, Keys fue una figura política de gran alcance. Él desacreditó y ridiculizo públicamente a Yudkin, cuya hipótesis del azúcar terminó en el olvido. En la década de 1970, el hecho de apoyar la hipótesis del azúcar lo podía convertir en un charlatán a los ojos de la clase médica.

Así que en lugar de seguir la ciencia, o al menos tener una mente abierta para investigar múltiples hipótesis, las recomendaciones de salud pública simplemente siguieron el rastro de los más ruidosos, el intimidador político más astuto...

Sólo para darle un par de ejemplos recientes, aquí están dos estudios realizados en 2010--ambos descartan por completo los hallazgos selectivamente sesgados y la hipótesis del colesterol, mientras que apoyan la hipótesis del azúcar en el desarrollo de enfermedades del corazón:
  • Un meta-analisis[3] que reunió datos de 21 estudios e incluyó casi 348,000 adultos, no encontró ninguna diferencia en el riesgo de enfermedad cardíaca y embolia entre las personas con los menores y más altos consumos de grasa saturada.
  • Otro estudio de 2010 publicado en el American Journal of Clinical Nutrition[4] encontró que una reducción en el consumo de grasas saturadas debe ser evaluado antes de ser reemplazadas por otros macronutrientes, como carbohidratos. Cuando se sustituye la grasa saturada con un mayor consumo de carbohidratos, particularmente carbohidratos refinados, usted empeora la resistencia a la insulina y la obesidad, aumenta los triglicéridos y las pequeñas partículas de LDL y reduce el colesterol bueno HDL.
  • Los autores afirman que los esfuerzos alimentarios para mejorar su riesgo de enfermedad cardiovascular deben enfatizar principalmente la limitación del consumo de carbohidratos refinados, y la reducción de peso.
'Bajo en grasa' y grasas trans - Dos alternativas saludables que resultaron ser desastrosas para la salud pública

La hipótesis del colesterol se convirtió en un beneficio para la industria de alimentos procesados, que comenzó a crear todo tipo de alimentos "bajos en grasa" y "bajos en colesterol". Las grasas saturadas saludables también fueron intercambiadas por las dañinas grasas trans, aumentando cada vez más las cantidades de azúcar.

El azúcar fue sustituido más tarde por el jarabe de maíz de alta fructosa procesado, que es mucho más barato de producir. Luego, en 1995, el primer maíz transgénico o genéticamente modificado fue aprobado en los Estados Unidos, y en la actualidad, la mayor cantidad del jarabe de maíz utilizado en los alimentos procesados ​​es maíz transgénico. Esto tiene su propio conjunto de peligros potenciales, más allá de los relacionados con la fructosa.

Esta cadena de eventos ofrece aún más apoyo a la idea de que es el azúcar procesada (y los granos si usted tiene resistencia a la insulina y a la leptina) y no la grasa saturada la causante de la enfermedad cardiaca. Porque a pesar de la moda de los alimentos bajos en grasa, las tasas de enfermedades del corazón se han mantenido estables.

Mientras que el consumo de grasas saturadas se redujo drásticamente en la alimentación de la mayoría de las personas, lo que no se redujo fue el azúcar. Por el contrario, el consumo de fructosa se ha disparado, debido a que es agregado a prácticamente todo tipo imaginable de alimentos y bebidas procesadas. (Una de las razones por toda esta azúcar agregada se debe a que cuando se elimina la grasa, también se elimina el sabor. El azúcar y los saborizantes agregados se utilizan para dar sabor.)

El consumo de grasas trans, que durante décadas fue promocionado como una alternativa saludable a las grasas animales saturadas, también aumentó radicalmente, iniciando en la década de 1950. Afortunadamente, la ciencia que muestra que las grasas trans son mucho más perjudiciales que las grasas saturadas es hoy en día aceptable oficialmente.

El 7 de noviembre de 2013, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) anunció que está considerando la eliminación de los aceites parcialmente hidrogenados - fuente principal de grasas trans - de la lista de ingredientes[5] "generalmente reconocidos como seguros" (GRAS por sus siglas en inglés). Este es el primer paso para eliminar completamente las grasas trans de la alimentación estadounidense. La Organización Mundial de la Salud (WHO por sus siglas en inglés) también ha pedido la eliminación de las grasas trans del suministro mundial de alimentos[6]

Su cuerpo necesita grasa saturada y colesterol

Por desgracia, la FDA sigue aferrándose a su punto de vista ignorante sobre las grasas saturadas de origen animal, invitando a la gente a "elegir productos que tienen menor contenido de grasas saturadas, colesterol y grasas trans."[7] El problema de este asunto es que las grasas saturadas de fuentes animales y vegetales proporcionan una serie de beneficios importantes para la salud y el cuerpo las necesita para el correcto funcionamiento de:

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Unas de las grasas más importantes que su cuerpo necesita para una salud óptima son la grasas omega-3 de origen animal. Una vez más demuestra el fracaso absoluto de las directrices del Gobierno para promover la salud, la "pirámide alimenticia" del 2011 (My Plate) no menciona las grasas omega-3 en absoluto. En un esfuerzo por remediar esta situación aterradora, he creado mi propia Pirámide Alimenticia para una Salud Óptima, que puede imprimir y compartir con sus amigos y familiares.

La deficiencia de Omega-3 puede causar o contribuir a problemas de salud muy graves, tanto mentales como físicos, y puede ser un factor subyacente importante de hasta 96,000 muertes prematuras cada año. Para obtener más información acerca de las grasas omega-3 y las mejores fuentes de esta grasa, por favor revise este artículo anterior. Además de las grasas de omega-3 de origen animal, otras fuentes de grasas saludables para agregar a su alimentación incluyen:

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El azúcar es la causa principal de la enfermedad cardíaca

azúcar tóxica
© Desconocido
Como inicialmente lo propuso el Dr. Yudkin en la década de 1960, el AZÚCAR es la causa principal en el desarrollo de enfermedades del corazón. Para proteger su salud del corazón necesita identificar su resistencia a la leptina e insulina, que es el resultado de una alimentación demasiado rica en azúcares y granos - una vez más, el azúcar no la grasa (con la excepción de las grasas trans de los aceites vegetales parcialmente hidrogenados han sido vinculados con un mayor riesgo de enfermedades del corazón, incluso en pequeñas cantidades). Para revertir con seguridad y eficacia la resistencia a la leptina e insulina y así reducir el riesgo de enfermedades del corazón, es necesario:
  • Evitar el azúcar, fructosa, granos procesados, si usted tiene resistencia a la insulina y leptina, y los alimentos procesados
  • Alimentarse saludablemente con alimentos enteros, de preferencia con alimentos orgánicos, y reemplace los carbohidratos de granos con:
    • Grandes cantidades de vegetales
    • Una cantidad de baja a moderada de proteína de alta calidad (de animales criados orgánicamente y de pastoreo)
    • Una cantidad indiscriminada de grasa saludable de alta calidad (grasa saturada y monosaturada de aceites tropicales y animales). La mayoría de la gente realmente necesita más de 50-85 por ciento de grasas en su alimentación para una salud óptima - hoy en día solo se recomienda el 10 por ciento.



La ciencia inexacta aún Dicta los tratamientos médicos...

Además de crear una completa revolución de alimentos bajos en grasa, los productos bajos en colesterol carecen de grasas saludables, la teoría del colesterol también ha dado como resultado un beneficio enorme para la industria farmacéutica. Las estatinas para reducir el colesterol son, hoy en día, los medicamentos más recetados y tomados por uno de cada cuatro estadounidenses mayores de 45 de edad. Las estatinas son el producto de mayor venta de la industria farmacéutica, y de hecho están a punto de obtener otro gran impulso en las ventas, gracias a las directrices terapéuticas actualizadas establecidas en el 2013 ACC/AHA Guideline on the Treatment of Blood Cholesterol to Reduce Atherosclerotic Cardiovascular Risk in Adults.[8], [9]

Las directrices revisadas-- emitidas por la American Heart Association y el American College of Cardiology el 12 de noviembre[10] --probablemente duplicarán la cantidad de personas en Estados Unidos a las que se les recetaran estos medicamentos peligrosos, con un asombroso total estimado de 72 millones de personas. La razón de este dramático aumento se debe a que las directrices ahora se centran en factores de riesgo en lugar de centrarse en los niveles de colesterol. Si su respuesta es "SI" a cualquiera de las siguientes cuatro preguntas, el protocolo de tratamiento requiere un medicamento de estatina:
  • ¿Tiene usted una enfermedad cardíaca?
  • ¿Tiene usted diabetes? (Ya sea de tipo 1 o tipo 2)
  • ¿Sus niveles de colesterol LDL son mayores de 190?
  • ¿Su riesgo de un ataque cardiaco a 10 años[11] es mayor al 7.5 por ciento?
Las nuevas normas de tratamiento para el colesterol probablemente causan más daño que beneficio

Dos fallas fundamentales que hacen que estas líneas sean altamente sospechosas. En primer lugar, 12 de los 16 miembros del panel que crearon estas directrices están afiliados a más de 50 diferentes compañías farmacéuticas, muchos de ellos son fabricantes de medicamentos para bajar el colesterol. En segundo lugar, la calculadora creada para determinar su riesgo de ataque cardiaco en 10 años se ha programado de tal manera que condena a los pacientes de, prácticamente, todas las condiciones de salud o colesterol sean condenados.

¡Qué conveniente!

Tal como está actualmente, el comité de orientación se ha comprometido a examinar los defectos para determinar si existen cambios y cuáles deben ser necesarios para hacerlo más preciso. Hasta entonces, por favor, tenga en cuenta que la calculadora[12] que determina el riesgo cardiovascular parece sobreestimar su riesgo desde el ¡75 hasta el 150 por ciento!

Además, tenga en cuenta que la nueva norma[13] elimina la anterior recomendación de usar las dosis más baja posibles del medicamento--una estrategia que por lo general significa que le recetaran una estatina en dosis bajas, junto con uno o más medicamentos para reducir el colesterol. En su lugar, se centra únicamente en el tratamiento con estatinas, y con dosis más altas, aparentemente para eliminar la necesidad de medicamentos adicionales. Pero si usted no necesita NINGÚN medicamento ¿por qué tomar una dosis mucho más alta de un medicamento conocido por sus efectos secundarios potencialmente graves?

Hay más de 900 estudios que demuestran sus efectos adversos, desde problemas musculares hasta mayor riesgo de cáncer, y la lista sigue alargándose. La prescripción de estatinas como "medicina preventiva" para reducir el riesgo de enfermedad cardiaca es tan, increíblemente, contraproducente como la moda de los alimentos bajos en grasa con su preponderancia de las grasas trans y azúcares.

Considere lo siguiente: A partir de 2011, las personas en Estados Unidos mayores de 65 años equivalen a 41.4 millones,14 y de acuerdo con las estimaciones, las nuevas normas de tratamiento con estatinas aumentara el número de personas que consumirán estatinas en un estimado de 72 millones de dólares. No puedo pensar que el resultado final por medicar a prácticamente todos los adultos estadounidenses sea algo bueno... Es obvio para cualquier persona que entiende la salud natural que esto es un desastre, ya que la evidencia de daños por las estatinas es abrumadora.


Mejores alternativas a los medicamentos para bajar el colesterol

Mientras tanto, los estudios apoyan en gran medida la idea de utilizar el ejercicio como una estrategia para reducir el colesterol. Esto tiene sentido, ya que un peso saludable y el ejercicio regular, crean un bucle de retroalimentación saludable que optimiza y ayuda a mantener estables los niveles de glucosa y de insulina al optimizar la sensibilidad del receptor de insulina. Y, como lo mencione anteriormente, la resistencia a la insulina - impulsada principalmente por el consumo excesivo de azúcares refinados y granos, junto con la falta de ejercicio - es el factor subyacente no sólo de la enfermedad cardiaca, sino de casi todas las enfermedades crónicas que puede restarle años a su vida.

Un reciente meta-analisis[15] comparó la eficacia del ejercicio contra las intervenciones farmacológicas en los resultados de mortalidad de cuatro enfermedades comunes, incluyendo enfermedades del corazón. Después de revisar 305 ensayos controlados aleatorios, que incluyeron a casi 339,300 personas, no encontraron "diferencias estadísticamente detectables" entre la actividad física y los medicamentos para reducir el colesterol sobre la enfermedad cardíaca.

Los dos medicamentos incluidos en la evaluación fueron las estatinas y los bloqueadores beta. La única vez que los medicamentos vencieron al ejercicio fue en la recuperación de la insuficiencia cardíaca, en cuyo caso, los medicamentos diuréticos produjeron un mejor resultado.

El ejercicio, de hecho, resultó ser una estrategia tan potente que los investigadores sugirieron que las compañías farmacéuticas deberían estar obligadas a incluir el ejercicio para comparar nuevos ensayos clínicos de nuevos medicamentos. La investigación anterior ha demostrado que el ejercicio por sí solo puede reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular en un factor de tres.[16] Aunque sería recomendable que aprendiera como hacer ejercicio.

La mayoría de las personas aún piensan que para mejorar su condición física cardiovascular, deberían practicar el entrenamiento de resistencia. Pero en realidad, esto no es cierto. El entrenamiento por intervalos de alta intensidad, que requiere sólo una fracción de tiempo en comparación con el ejercicio cardio convencional, ha demostrado ser mucho más eficiente y más eficaz.

Este tipo de actividad física imita los movimientos de nuestros antepasados ​​cazadores -recolectores, que incluían cortos periodos de actividad física de alta intensidad, pero no carreras a larga distancia. Esto según los investigadores, es lo que conecta a su cuerpo. Básicamente, al hacer ejercicio de alta intensidad en periodos cortos, seguidos por períodos de recuperación, usted crea exactamente lo que su cuerpo necesita para una salud óptima. En el caso de ejercicios de alta intensidad, menos en realidad es más. Usted puede obtener todos los beneficios que necesita en tan sólo una sesión de 20 minutos realizando ejercicios dos o tres veces a la semana.


Mensaje para reflexionar

Hemos cubierto mucha información aquí, pero el mensaje para reflexionar se puede resumir de la siguiente manera.Si desea evitar las enfermedades del corazón, tiene que hacer básicamente todos lo contrario de lo que le dice la medicina convencional. Así que, para prevenir las enfermedades del corazón:
  • COMA grasas saturadas no procesadas de origen animal, y no haga caso a los medios de comunicación, ya que usted se beneficiará de estas grasas. Muchos de ellos también podrían beneficiarse al aumentar su consumo de grasa saludable en un 50-85 por ciento de las calorías diarias
  • EVITE todos los azúcares, incluyendo la fructosa y los granos procesados ​​si usted es resistente a la leptina e insulina. No importa si son convencionales u orgánicos, ya que una alimentación alta en azúcar promueve la resistencia a la insulina y la leptina, que es un factor principal de la enfermedad cardiaca
  • HAGA ejercicio con regularidad, ya que la actividad física junto con una alimentación saludable de alimentos enteros, de preferencia orgánicos, podría ser más benéfica que los medicamentos para reducir el colesterol
  • EVITE las estatinas, ya que los efectos secundarios de estos medicamentos son numerosos, mientras que los beneficios son discutibles. En mi punto de vista, el único grupo de personas que puede beneficiarse de un medicamento para reducir el colesterol son los que tienen hipercolesterolemia familiar genética. Esta es una condición caracterizada por el colesterol anormalmente alto, que tiende a ser resistente a las estrategias de estilo de vida como la alimentación y el ejercicio.
Fuentes y Referencias