El Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS) advirtió hoy de que los "órdenes regionales" en Europa y Asia están amenazados, mientras que el "desorden regional" en Oriente Medio está "intensificándose".
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Un informe alerta sobre el empeoramiento del "desorden regional" en Oriente Medio.
En su informe anual sobre la situación mundial, divulgado hoy en Londres, IISS recalcó que los eventos de 2014, "particularmente en Europa y Oriente Medio", presentan una situación que "reclama a gritos" enfoques "más estratégicos para el próximo año".

"Muchos tipos diferentes de poderes regionales están enseñando músculo y examinado cuáles son los límites de expansión de su capacidad de maniobra. La incertidumbre geopolítica ha aumentado porque se entiende que se puede desafiar con éxito y sin recibir oposición el orden establecido", señala el documento.

En consecuencia, subraya IISS, las respuestas que se den "en los próximos meses" a las "crisis inmediatas y simultáneas" en Europa y Oriente Medio "podrían tener, en potencia, consecuencias estratégicas a largo plazo".

No obstante, recordó el texto, a los "poderes locales relevantes" y las "fuerzas externas" les resultará "difícil" pasar de un enfoque basado en la "gestión de crisis" a uno que busque "estrategias a largo plazo".

"Está claro -apuntó el organismo- que en los próximos doce meses veremos 'ajustes estratégicos' importantes en los equilibrios de poderes regionales en todo el mundo, pero sobre todo en Oriente Medio, Asia y Europa. En cada región hay grandes cuestiones estratégicas sin resolver que necesitan una respuesta satisfactoria antes de que la estabilidad sea posible".

Cada una de esas cuestiones tiene "profundas raíces históricas" y se sitúan en el "centro de las luchas de poder contemporáneas", motivo por el que son necesarios "intensos esfuerzos diplomáticos para resolverlas".


Comentario: Profundas raíces históricas que se remontan al siglo 19:
El Imperio otomano, junto con la Rusia imperial, Alemania, Gran Bretaña y Francia eran los principales actores en el escenario político a finales del siglo 19. Como se puede observar, tanto el Imperio otomano como Alemania y Rusia, fueron controlados con prontitud por parte de Occidente. Gracias a la Primera Guerra Mundial y a la compra y venta por la "revolución bolchevique", Rusia se hizo impotente y Alemania, la mayor aliada europea de los otomanos, fue derrotada. Esto le dio a Gran Bretaña la posibilidad de 'destruir' al Imperio otomano dividiéndolo en pedazos más pequeños y poniendo a cada uno contra el otro. Ningún ex miembro del Imperio otomano, o de cualquier país de Oriente Próximo, logró nunca convertirse en una seria amenaza para la hegemonía occidental en el siglo 20, principalmente debido a que carecían de la codicia psicopática y la astucia necesaria para idear una estrategia eficiente.

Durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña había movilizado y formado varias organizaciones terroristas, en su mayoría compuestas por miembros de tribus religiosas fundamentalistas, para usarlas como fuerzas de insurrección y como influencias desestabilizadoras entre la población árabe. Muchas de estas personas posteriormente jugaron un papel importante en asegurar que nadie estuviese lo suficientemente contento con lo que habían conseguido, por lo que nunca podrían volver a alcanzar algo parecido a la paz.

Hemos pasado revista de forma casual sobre lo que fue realmente un largo y tortuoso declive del Imperio otomano, con muchos movimientos y contra movimientos en el escenario político mundial, pero lo que hay que entender y considerar es que el Imperio otomano fue un poderoso competidor de Europa, al menos potencialmente. Fueron derrotados y divididos en Estados más pequeños, y las luchas internas fueron fuertemente estimuladas. Gran Bretaña enseñó a los regímenes títeres el valor del terrorismo contra otros y contra sus poblaciones locales, dándoles entonces entrenamiento y suministros a tal efecto.
Y en la actualidad nos encontramos con este Estado Islámico financiado por EE.UU. y la OTAN. Nada ha cambiado desde el siglo 19. Gran Bretaña, ahora extendida hacia EE.UU., sigue imponiendo su política del terror para seguir desestabilizando Oriente Medio.

Sí este estudio quiere llegar a las raíces de los conflictos en Oriente Medio, debería analizar seriamente el papel que han jugado Inglaterra y EE.UU. en el desarrollo de guerras y el financiamiento de terroristas en la región.


En este sentido, IISS alertó sobre la aparición del grupo radical Estado Islámico en Siria e Irak y su objetivo de establecer un régimen yihadista, lo que tendrá "consecuencias duraderas para Oriente Medio".

Además, apuntó el documento, un nuevo conjunto de "intereses tácticos" choca en la región con "los objetivos estratégicos a largo plazo".

En ese contexto, IISS plantea varios interrogantes respecto a la estrategia que la comunidad internacional debe adoptar para frenar la amenaza yihadista.

"¿Debe EEUU coordinarse en Irak con Irán, hasta qué punto y con qué grado de visibilidad? ¿Deberían los estados del Golfo dar prioridad a la lucha contra los yihadistas sobre su objetivo de derrocar a (Bachar) Al Asad?", plantea el informe.

Sin embargo, para este organismo es en Europa donde se ha producido el "shock más grande, en proporción," contra el "orden de seguridad" establecido.

En su opinión, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha desembocado en un "tornado político-diplomático" que amenaza las bases sentadas tras el fin de la Guerra Fría y anima a hablar de "una nueva Guerra Fría".

"Con razón -dice el informe-, los países occidentales están alarmados por la manera en que Rusia ha usado la fuerza en Ucrania y ha implantado una doctrina de apoyo hacia los rusoparlantes en el extranjero, en cualquier país en que vivan, que amenaza con afectar a la estabilidad interna de otros Estados".


Comentario: ¡Menudo estudio de pacotilla! Los países occidentales estamos alarmados por cómo EE.UU. y Europa han manipulado la historia, de nuevo, para crear otro enemigo, Rusia.

Rusía aún no ha usado su fuerza en Ucrania, ¿dónde están las pruebas? En cambio, si hay pruebas de como EE.UU. y la OTAN han financiado a grupos nazis en Ucrania para manipular los acontecimientos. Una vez más, tenemos a los psicópatas de siempre detrás de los conflictos.


Por esos motivos consideró que las "sanciones económicas" y las "presiones diplomáticas" ejercidas sobre Rusia, a las que añade "el apoyo militar de la OTAN a los países del este", son medidas necesarias para defender los principios que definieron la geopolítica del continente tras la caída del Telón de Acero.

"Sin embargo, cuesta imaginar que la estabilidad volverá a la región sin algún tipo de solución a largo plazo. Se necesita lograr un nuevo marco estratégico negociado y acordado con Rusia", resume el informe.