"La revolución de color": Los paraguas de Hong Kong son hechos en EE.UU: Un análisis de la política internacional de los Estados Unidos
Los neo-conservadores de Washington y sus aliados en el Departamento de Estado de Estados Unidos y de la administración del presidente Obama evidentemente se encuentran furiosos contra China del mismo modo que con el ruso Vladimir Putin. Como en el caso de Rusia, China se ha ido afirmando cada vez más en la definición de sus intereses nacionales, estrechando entre ambas potencias euroasiáticas una mayor cooperación en todos los niveles estratégicos. Tal es así que Washington ha decido dar rienda suelta a la catástrofe contra Beijing, ahora que ya ha caído el velo que ocultaba el interés de Estados Unidos en Ucrania contra Rusia, y de enfrentarla contra la Unión Europea (UE). El creciente nivel de tratos vinculantes entre un Beijing y Moscú cada vez más cercanos. Por citar algunos ejemplos: el contrato de gas ruso a China con valor estimado de más de 400 millones de dólares estadunidenses, con una infraestructura estimada en unos 55 mil millones de dólares, la infraestructura del banco de los BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), el comercio con rublos y reinmbi (yuan chino), pasando por alto los dólares lo que ya ha desencadenado la respuesta de Washington. En los medios masivos ha sido llamada como la "revolución de los paraguas" de Hong Kong,
En esta, la era de la globalización y la salida de la industria de los Estados Unidos a países con mano de obra más barata (especialmente a China), conviene tomar nota de una cosa: que los Estados Unidos - y más precisamente Washington DC y Langley, Virginia- Están fabricando y exportando a la Hong Kong de China. Hong Kong es una región administrativa de la República Popular de China ha sido empujada a una "revolución de color", una que se ha dado en llamar en los medios de comunicación como la "revolución de los paraguas" por las sombrillas amarillas que los manifestantes utilizan para bloquear los gases lacrimógenos lanzados por la policía.
Lo que muchos no saben es que los paraguas que se utilizan en Hong Kong para la revolución están hechos en Washington. La prueba es el descaradamente veloz apoyo de la Casa Blanca apenas una horas de iniciada la ocupación de Ocuppy Central (el centro comercial y financiero de Hong Kong), siguiendo el mismo patrón utilizado en Ucrania. El Departamento de Estado norteamericano y las ONGs que lo han financiado, han preparado durante años estas protestas. Solamente obsérvese el proyecto democracia de Washington para Hong Kong.
El mismo viejo y sucio repertorio de personajes
Con la ya acostumbrada monotonía Washington ha vuelto a desatar otra de sus infames revoluciones de colores. Enviados del gobierno de los Estados Unidos, ONGs y agentes entrenados por los EE. UU. están dirigiendo las protestas en la Occupy Central de Hong Kong, aparentemente como consecuencia de las reglas anunciadas en Beijing para las elecciones en 2017 en Hong Kong. El movimiento de protesta está siendo liderado simbólicamente por un chico de 17 años, Joshua Wong, un chico que nació el año en que terminaron los 99 años de ocupación británica, devolviendo de mala gana la ciudad-Estado a la República Popular de China. Wong es acompañado en Ocuppy Central por Edward Chin para la cobertura de fondos para las protestas, educado en la Universidad de Minnesota; también por un sociólogo de la Universidad de Yale, Chan Kin-man; por un ministro bautista veterano de la CIA que participó en la desestabilización en la Plaza de Tiananmen en 1989, Chu Yiu-ming; y por un profesor en leyes de la Universidad Hong Kong, Benny Tai Yiu-ting, conocido cómo Benny Tai.
Tras estos rostros en Hong Kong, se encuentra el Departamento de Estado de Estados Unidos y su ONG, la National of Endowment for Democracy (NED) financiada por el Congreso de los Estados Unidos, a través de su hija, el Instituto Nacional Demócrata (NDI) poniendo en funcionamiento la operación en la Plaza Central. Echando un vistazo a la bonita fachada de esta protesta no violenta a favor de la democracia y nos encontramos con una agencia encubierta de un Washington muy antidemocrático.
Puedes continuar leyendo el artículo completo en inglés en el sitio de Global Research.
Fuente: Engdahl, William F., "'Color Revolution': Hong Kong's Umbrellas are 'Made in USA'", Global research, 24 de octubre de 2014.
Comentario: La dinámica de esta "revolución" de los paraguas resulta un poco evidente en cuanto a la repetición de la misma estrategia utilizada en todas las "revoluciones" de color que vimos en los últimos años. Hasta ya tienen su propio color, el amarillo, y su símbolo, los paraguas y la impresionante cantidad de recursos monetarios que les permiten fabricar artículos "revolucionarios" de manera masiva, normalmente ¿de dónde será que consiguen tanto dinero? Vea:
* ¡Sorpresa! - El movimiento "Occupy Central" en Hong Kong es respaldado por Estados Unidos
* Entre paraguas y "revoluciones" coloridas ¿Qué está pasando en Hong Kong?
* Medios chinos: EE.UU. exporta "revoluciones de colores" a Hong Kong
* Revoluciones: ¿un producto de exportación?
Por otro lado, como dice el artículo, desestabilizar China es algo super importante para la hegemonía Occidental liderada por EE. UU., ya que ésta se ve amenazada ante el inminente colapso frente al auge de un Nuevo Orden de poder mundial que se sienta en el Este y entabla relaciones con otros hartos de ser el patio trasero del Imperio, como es Latino América. Vea:
* ¿Pueden China y Rusia echar a EEUU a empujones de eurasia?
* Siria, Ucrania y Hong Kong. El Imperio abre un frente de desestabilización a China
* Rusia: la piedra en el zapato del Imperio Occidental
Enfoque SOTT - Divide y vencerás en América Latina: saboteando el BRICS 'en el patio trasero'
Vea también el documental Estados Unidos a la conquista del Este que muestra de qué modo esta potencia lleva a cabo su labor "liberadora" en el mundo; cómo usan el ímpetu revolucionario espontáneo de los jóvenes para intervenir gobiernos que no son serviles a sus intereses; cómo despliegan un ejército de esbirros por el mundo para reclutar candidatos; cómo han desarrollado un método formal y sistemático para la acción.