De acuerdo con un artículo de William F. Engdahl publicado en el sitio del Centro de Investigación sobre Globalización (Global Research) ha publicado un interesante y polémico artículo sobre la política internacional de Washington y el velado apoyo de las filas neoconservadoras de Estados Unidos a favor de la llamada por los medios Revolución de los paraguas. A tal respecto creo que es importante traer esta perspectiva para profundizar en el debate sobre la política internacional en la segunda mitad del 2014, independientemente de mi perspectiva personal en esta cuestión. He aquí una síntesis del artículo original que me permito traducir.

umbrella_revolution
© Desconocido
"La revolución de color": Los paraguas de Hong Kong son hechos en EE.UU: Un análisis de la política internacional de los Estados Unidos

Los neo-conservadores de Washington y sus aliados en el Departamento de Estado de Estados Unidos y de la administración del presidente Obama evidentemente se encuentran furiosos contra China del mismo modo que con el ruso Vladimir Putin. Como en el caso de Rusia, China se ha ido afirmando cada vez más en la definición de sus intereses nacionales, estrechando entre ambas potencias euroasiáticas una mayor cooperación en todos los niveles estratégicos. Tal es así que Washington ha decido dar rienda suelta a la catástrofe contra Beijing, ahora que ya ha caído el velo que ocultaba el interés de Estados Unidos en Ucrania contra Rusia, y de enfrentarla contra la Unión Europea (UE). El creciente nivel de tratos vinculantes entre un Beijing y Moscú cada vez más cercanos. Por citar algunos ejemplos: el contrato de gas ruso a China con valor estimado de más de 400 millones de dólares estadunidenses, con una infraestructura estimada en unos 55 mil millones de dólares, la infraestructura del banco de los BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), el comercio con rublos y reinmbi (yuan chino), pasando por alto los dólares lo que ya ha desencadenado la respuesta de Washington. En los medios masivos ha sido llamada como la "revolución de los paraguas" de Hong Kong,

En esta, la era de la globalización y la salida de la industria de los Estados Unidos a países con mano de obra más barata (especialmente a China), conviene tomar nota de una cosa: que los Estados Unidos - y más precisamente Washington DC y Langley, Virginia- Están fabricando y exportando a la Hong Kong de China. Hong Kong es una región administrativa de la República Popular de China ha sido empujada a una "revolución de color", una que se ha dado en llamar en los medios de comunicación como la "revolución de los paraguas" por las sombrillas amarillas que los manifestantes utilizan para bloquear los gases lacrimógenos lanzados por la policía.

Lo que muchos no saben es que los paraguas que se utilizan en Hong Kong para la revolución están hechos en Washington. La prueba es el descaradamente veloz apoyo de la Casa Blanca apenas una horas de iniciada la ocupación de Ocuppy Central (el centro comercial y financiero de Hong Kong), siguiendo el mismo patrón utilizado en Ucrania. El Departamento de Estado norteamericano y las ONGs que lo han financiado, han preparado durante años estas protestas. Solamente obsérvese el proyecto democracia de Washington para Hong Kong.

El mismo viejo y sucio repertorio de personajes

Con la ya acostumbrada monotonía Washington ha vuelto a desatar otra de sus infames revoluciones de colores. Enviados del gobierno de los Estados Unidos, ONGs y agentes entrenados por los EE. UU. están dirigiendo las protestas en la Occupy Central de Hong Kong, aparentemente como consecuencia de las reglas anunciadas en Beijing para las elecciones en 2017 en Hong Kong. El movimiento de protesta está siendo liderado simbólicamente por un chico de 17 años, Joshua Wong, un chico que nació el año en que terminaron los 99 años de ocupación británica, devolviendo de mala gana la ciudad-Estado a la República Popular de China. Wong es acompañado en Ocuppy Central por Edward Chin para la cobertura de fondos para las protestas, educado en la Universidad de Minnesota; también por un sociólogo de la Universidad de Yale, Chan Kin-man; por un ministro bautista veterano de la CIA que participó en la desestabilización en la Plaza de Tiananmen en 1989, Chu Yiu-ming; y por un profesor en leyes de la Universidad Hong Kong, Benny Tai Yiu-ting, conocido cómo Benny Tai.

Tras estos rostros en Hong Kong, se encuentra el Departamento de Estado de Estados Unidos y su ONG, la National of Endowment for Democracy (NED) financiada por el Congreso de los Estados Unidos, a través de su hija, el Instituto Nacional Demócrata (NDI) poniendo en funcionamiento la operación en la Plaza Central. Echando un vistazo a la bonita fachada de esta protesta no violenta a favor de la democracia y nos encontramos con una agencia encubierta de un Washington muy antidemocrático.

Puedes continuar leyendo el artículo completo en inglés en el sitio de Global Research.
Fuente: Engdahl, William F., "'Color Revolution': Hong Kong's Umbrellas are 'Made in USA'", Global research, 24 de octubre de 2014.