Psaki
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El Gobierno de Estados Unidos acusa este martes a los prorrusos del este de Ucrania de urdir planes para "apropiarse" de nuevos territorios en suelo ucraniano.

La portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Jen Psaki, tras calificar de "grave violación" de los acuerdos de paz la supuesta toma de suelo ucraniano por parte de los prorrusos, les ha amenazado con las posibles consecuencias.
"Cualquier intento de continuar avanzando en Ucrania sería otra violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y una grave violación del acuerdo de Minsk", advierte en una rueda de prensa.



La funcionaria norteamericana, además, tras volver a acusar a Rusia de avivar la crisis de Ucrania enviando soldados al territorio ucraniano y ayudando a los prorrusos, ha llamado a Moscú y a sus aliados a retirar sus tropas, armas y equipos de ese país.


También ha condenado los nuevos ataques en la ciudad suroriental de Mariupol y en los alrededores del aeropuerto de Donetsk, de lo que acusa, secundando a Ucrania, a los prorrusos.


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El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, por su parte, ha anunciado este mismo martes al inicio de una reunión de su consejo de seguridad nacional y de defensa que Ucrania está comprometida con el proceso de paz iniciado con los separatistas prorrusos, pero se está rearmando para una nueva posible guerra en caso de un "escenario pesimista".

De hecho, afirma, "se han formado varias nuevas unidades y grupos", lo que permitirá de ahora en adelante contrarrestar una posible ofensiva contra Mariupol, Jarkiv (este), Berdiansk (sur) y la región de Dnipropetrovsk (centro-este).


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Las regiones orientales de Ucrania, principalmente ruso-parlantes, han sido escenario de choques mortíferos entre las fuerzas prorrusas y los militares ucranianos, después de que Kiev lanzara a mediados del pasado abril las llamadas operaciones 'antiterroristas' para silenciar a los prorrusos.


El pasado 5 de septiembre, Kiev y las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas de las zonas orientales de Donetsk y Lugansk acordaron en Minsk, capital de Bielorrusia, un alto el fuego, pero este ha sido violado sistemáticamente por ambas partes.

Según las estadísticas realizadas por la Organización de la Naciones Unidas (ONU), desde que comenzó el conflicto en Ucrania más de 4000 personas han perdido la vida.