El fuerte temporal que ha azotado el sudeste africano durante las últimas semanas ha provocado graves inundaciones en Mozambique y Malawi, países estos donde según un primer balance provisional, más de un centenar de personas han fallecido y más de 300.000 se han visto damnificadas por la catástrofe: al menos 130.000 personas han perdido su hogar y no disponen ni de alimentos ni de agua potable mientras la lluvia sigue cayendo.
inundaciones Mozambique
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Según informa Ayuda en Acción, que trabaja sobre el terreno en ambos países desde los años 90, el número de personas afectadas en Malawi ronda las 200.000, de los que cerca de la mitad habrían perdido su hogar. En Mozambique se cifran en 130.000 los damnificados, de los que más de 50.000 se han visto también desplazados.

Junto a más de un centenar de vidas (sólo en Malawi hay 153 personas aún desaparecidas) las lluvias han arrasado infraestructuras básicas en ambos países, donde carreteras, puentes, centros de salud o torres de tendido eléctrico se han venido abajo dejando a comunidades enteras totalmente aisladas, lo que complica aún más las tareas de rescate y ayuda humanitaria.

"Centenares de personas continúan aisladas sin alimentos, agua potable, acceso a servicios mínimos de salud y electricidad. Quienes han conseguido huir están alojados en albergues improvisados que no tienen, en su mayoría, la capacidad ni los recursos necesarios para atenderles", explica Ayuda en Acción.

El agua, trae consigo además otros peligros, como la proliferación de focos de mosquitos, la consecuente propagación de la malaria y de otras enfermedades vinculadas a la contaminación y el estancamiento de los pozos. El ganado y el cultivo, las dos principales fuentes de ingresos para esta población, también se han visto afectados: sólo en Mozambique, 116.000 familias han visto arrasadas sus tierras de labranza y miles de hectáreas han quedado anegadas.

En Malawi, el Gobierno ha declarado el Estado de Emergencia en 15 de los 28 distritos que tiene el país, aunque también hay importantes daños en otra docena, y prevé nuevas lluvias y crecidas en las próximas dos semanas. Sólo en la zona donde trabaja Ayuda en Acción desde 2005 (Machinga) hay más de 1.500 familias afectadas y la mayor parte ha perdido sus hogares y cultivos. En Neno, donde trabaja desde 2007, son 800 las damnificadas

"Estamos hablando de familias que han perdido su medio de vida. Las inundaciones no acabarán cuando se vaya el agua, van a tener consecuencias durante años y es vital que estos pequeños agricultores y ganaderos reciban ayuda tan pronto como sea posible para garantizar sus condiciones de vida durante y después de la emergencia. Ya se ha perdido la próxima cosecha y la escasez de alimentos podría prolongarse si no tienen acceso a semillas", señala el coordinador de Campañas de Ayuda en Acción, Alberto Casado.

En Mozambique la situación es similar. El mayor impacto se lo han llevado cuatro provincias y las labores de rescate se están viendo obstaculizadas porque las lluvias siguen y la red de comunicaciones está dañadas. Cuatro distritos están completamente aislados del resto del país sin comunicación, electricidad y sin alimentación.

En la provincia de Zambezia, donde Ayuda en Acción lleva desde 2001, hay más de 117.000 personas afectadas y 50.000 refugiadas en 49 centros de alojamiento (casi 24.000 familias). Alrededor de 5.000 casas han quedado totalmente destruidas, en un país donde el 60% de las viviendas son de adobe y paja y un 15% de caña y madera. Sólo en esta región, hay 378 aulas, 6 unidades de salud y 51 puentes destruidos.

Para poder responder, la organización española pide ayuda y lanza una campaña de emergencia para recaudar fondos que le permitan reunir la mayor respuesta en el menor tiempo posible. Se pueden realizar donaciones para paliar la emergencia en Malawi y Mozambique a través de su página web o en el teléfono 900858588.

"Buscamos apoyo para conseguir atender las necesidades más urgentes y diseñar planes a medio y largo plazo para garantizar que puedan regresar a sus hogares tan pronto como sea posible y restablecer sus medios y forma de vida de una manera segura y digna", señala Alberto Casado.