Entre los hallazgos más significativos de la sonda espacial Rosetta en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko es el descubrimiento de un nuevo proceso desconocido hasta ahora para la formación de agua. El agua es un compuesto omnipresente y el más abundante del Universo, siendo por tanto una fuente de vida, dice la Dra. Mae-Wan Ho.
La sonda espacial robótica consiste en un módulo que orbita en torno al cometa y otro módulo de aterrizaje, construida por la Agencia Espacial Europea, que la puso en marcha en 2004 [1,2]. Rosetta llegó al cometa 67P/Churyumov-Geramisenko en agosto de 2014, cuando el cometa estaba situado a 3,7 UA ( una unidad astronómica equivale a 149.600.000 kilómetros, que es la distancia que hay desde el centro de la Tierra hasta el Sol), y pasó desde una órbita situada a 200 kilómetros de distancia del cometa a otra de aproximadamente 10 kilómetros, convirtiéndose en el primer artilugio espacial que orbita en torno a un cometa. El 12 de noviembre de 2014, el módulo de aterrizaje Philae se posó sobre el cometa y logró enviar algunos datos antes de que su batería alimentada con energía solar se agotase, entrando en un período de reposo hasta que su batería vuelva a recargarse, algo que todavía no ha sucedido.
Los primeros datos enviados por Rosetta fueron impresionantes y sorprendentes: imágenes del núcleo del cometa (cuerpo sólido) situado en el interior de la coma (la nube de polvo y gas que envuelve al núcleo de un cometa), mostrando dos lóbulos unidos por un cuello. La superficie es rocosa, de una roca más negra que el carbón. Los análisis han mostrado que es rica en materiales orgánicos, y seco. Los intentos por recoger muestras de hielo han sido infructuosos, rompiéndose el martillo de la sonda. De cualquier forma, la superficie del núcleo es de sólo -70 ºC, de 20 a 30ºC por encima de la temperatura para que los cometas sean, según la teoría estándar, unas bolas de hielo sucio. La masa del cometa se estima en 1013 kg, con una densidad que misteriosamente es menos de la mitad que la del agua (2) (véase más abajo una interesante explicación). El cometa no se parece en nada a esa bola de hielo sucio. Los cometas, se supone, aparecieron hace 4570 millones de años, momento de aparición de nuestro Sistema Solar, y de acuerdo con algunas teorías, el agua en el Tierra surgió por los cometas de hielo que se estrellaron contra el planeta (3).
La coma del cometa 67P parece muy variable (2), mostrando muchas variaciones durante el día y posiblemente cambios también estacionales. Tanto hidrógeno atómico como oxígeno se han detectado cerca del núcleo, variando con el tiempo.
Se está produciendo vapor de agua de manera significativa. Las tasas de producción de vapor de agua varían de 1×1025 moléculas por segundo a principios de junio de 2014 a 4×1025 moléculas por segundo a principios de agosto de 2014 (lo que equivale aproximadamente a 0.3 kgs-1 y1,2 kg-1 respectivamente). La producción de agua se asocia con el vapor que se desprende del núcleo del cometa. ¿De dónde procede esta copiosa cantidad de agua? De acuerdo con la teoría estándar, el agua saldría a través de los poros de la superficie procedente del almacenamiento subterráneo, o sublimada de la superficie por el calor del sol, pero ninguna de estas dos formas parece probable en el cometa 67P. Las regiones donde se produce más activamente vapor de agua es en el cuello, la parte más sombría y fría del cometa, y no en las zonas más iluminadas por el Sol (Figura 1).
Otra importante evidencia que está en contra de la teoría convencional es la proporción en el agua de deuterio e hidrógeno (D/H). El deuterio (D) es un isótopo pesado del hidrógeno con el doble de masa atómica. El agua producida por el cometa 67P tiene una relación D/H de 5,3×10-4, alrededor de 3 veces la relación existente en el agua terrestre (4). De hecho, las relaciones entre el deuterio y el hidrógeno muestran "importantes variaciones entre los distintos reservorios del agua del sistema solar", lo que plantea interrogantes sobre el modelo estándar de cómo han evolucionado los sistemas planetarios a partir de una nebulosa protosolar o de discos protoplanetarios (5).
Una nueva investigación dirigida por Isidore Cleeaves de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, señala que las condiciones existentes dentro del disco protoplanetario no pueden explicar la relación D/H del agua de todo el Sistema Solar, y que señalarían a los hielos interestelares con una proporción D/H más elevada como el origen del agua de todo el Sistema Solar (6).
Comentario: Como dato interesante, según científicos como James McCanney, un cometa lo suficientemente grande que pase cerca de un planeta puede "robar" la atmósfera de un planeta y grandes cantidades de agua.
Para más información, pueden leer el artículo: El planeta-X, cometas y cambios terrestres por J.M. McCanney
Agua producida electroquímicamente en un Universo Eléctrico
En las últimas dos décadas, nuestra imagen del Universo ha cambiado radicalmente. La mayor cantidad de imágenes de alta resolución y la información espectroscópica capturada por los telescopios espaciales en todo el rango del espectro electromagnético, están cuestionando seriamente la teoría del Big Bang convencional basada en la gravedad y la relatividad general de Einstein. Entre las principales teorías que podrían sustituir a la teoría del Big Bang se encuentra la de la continua transformación y renovación del plasma eléctrico que impregna el Universo.
El Universo Eléctrico es un universo en constante evolución interconectado por corrientes filamentosas de plasma eléctrico alineadas con los campos electromagnéticos a todas las escalas, desde la interplanetaria a la supergaláctica, formando gigantescos circuitos que encadenan grupos de galaxias muy distantes. Los campos interaccionan con campos magnéticos generados por otros flujos de carga, formando filamentos electromagnéticos entrelazados que llevan el nombre de su descubridor, Kristian Birkeland. Las corrientes de Birkeland rotan una alrededor de otra, girando por pares alrededor de un centro común. A medida que fluye más corriente por el circuito, hay menos filamentos, pero cada par se hace más energético. Donde se entrecruzan corrientes de Birkeland se producen zonas de compresión z-pinch que brillan con mayor energía a medida que aumenta la densidad del plasma. Si la zona de compresión z-pinch es lo suficientemente fuerte, se pueden formar campos eléctricos toroidales, un plasmoide (más bien una protoestrella o un planeta). Además, los filamentos de Birkeland pueden interactuar unos con otros, formando espirales y otros tipos de galaxias y supergalaxias (véase [7] Continuous Creation from Electric Plasma versus Big Bang Universe, SiS 60, para una información sucinta; y [8] para más detalles).
Los chorros de gas procedentes del cometa 67P quizás sean la clave más importante para explicar el mecanismo por el cual se produce agua y gran cantidad de otros compuestos orgánicos. Los chorros serían descargas de plasma eléctrico que se producen cuando el cometa cargado negativamente se acerca al plasma eléctrico cargado positivamente del Sol. Con la descarga, agua y otras moléculas orgánicas se producirían electroquímicamente, como han señalado Wal Thornhill y Dave Talbot, proponentes ambos de la teoría del Universo de Plasma Eléctrico, que también han presentado una teoría alternativa sobre los cometas (véase (9) Cometas, asteroides y meteoritos son esculpidos eléctricamente y separados de los planetas, de ahí que estén formando de la misma materia, y es lo que hace que se pueda producir agua electroquímicamente por descarga de plasma eléctrico, en cualquier momento presente o pasado).
Chorros de gas procedentes del núcleo del cometa 67P
El proceso sería muy similar a la formación de agua en el polvo de roca expuesto al viento solar, que se compone principalmente de radiación de alta energía ~1 keV H+ iones (protones). Un equipo de investigación dirigido por John Bradley del Instituto de Geofísica y Planetología de la Universidad de Hawaii, en Monoa, Honolulu, ha descubierto que las partículas de polvo interplanetario podrían llevar agua y compuestos orgánicos a la Tierra y otros planetas. Estas partículas son bombardeadas por el viento solar. Este bombardeo de iones desplaza a los átomos de su posición normal en los cristales de silicato. El proceso permite que el oxígeno reaccione con el hidrógeno, para crear moléculas de agua (10). Se empleó un equipo de microscopía de alta resolución y espectroscopia de pérdida de energía de electrones de valencia (VEELS), siendo capaz de detectar agua in situ a nanoescala trazando un espectro de pérdida de energía (o-50 eV) e identificando las regiones de baja pérdida. Fueron capaces de reproducir el proceso de obtención de agua en el laboratorio. Sus hallazgos establecen que el agua es un subproducto de los efectos del viento solar, que está presente en todo el sistema solar. Las implicaciones de este hallazgo son enormes. Las partículas de polvo interplanetario entran continuamente en la atmósfera terrestre. El flujo anual puede ser de 30.000 a 40.000 toneladas y es comparable, o posiblemente de mayor, que el aportado por meteoritos, asteroides y cometas. Este flujo puede haber sido mayor en la Tierra primitiva. Estas partículas podrían haber contribuido a aportar agua y carbono orgánico, tanto en la Tierra como en otros planetas, lo que aceleraría la evolución de la vida.
De hecho, quizás las auroras boreales se formen por la descarga de plasma eléctrico cuando el viento solar penetra en el campo magnético de la Tierra, interactuando en los polos con el plasma de la Tierra en la ionosfera (11). Si se forma agua en tales circunstancia es algo que se desconoce.
Otro interesante hipótesis es la de la naturaleza de la masa. En el Universo Eléctrico, la masa y la energía están totalmente interconectadas ( como en E=mc2); la masa es proporcional a la tensión electromagnética (9). Por lo tanto, la baja densidad del cometa 67P puede indicar simplemente que el cometa está sometido a un bajo estrés electromagnético y está conectado con un circuito de plasma que incluye al Sol.
El agua es muy abundante en el Universo
Pero quizás el aspecto más emocionante del Universo es la ubicuidad del agua, que parece se está produciendo de forma constante. Esto no es algo sorprendente, siendo el hidrógeno el elemento más abundante y el oxígeno es tercero después del helio. El agua es el primer y más abundante compuesto que se forma en una descarga de plasma (con sustancias compuestas principalmente de protones y electrones), que puede atravesar el espacio interplanetario o intergaláctico. Ahora hay pruebas dentro de la teoría estándar de que el agua pudo haberse formado en grandes cantidades en el Universo inicial.
Los investigadores del Instituto de Radioastronomía Max Planck detectaron vapor de agua en el cuásar MG JO414+0534, con un desplazamiento hacia el rojo de 2,64 (12), lo que correspondería a 11,1 mil millones de años luz de la Tierra, de acuerdo con la teoría convencional (quizás errónea) de que el desplazamiento hacia el rojo es la medida de la velocidad de recesión en un Universo en expansión (véase [13] Galaxy Making Stars at the Edge of the Universe and Other "Surprises", SiS 60) (traducción noticiasdeabajo). La emisión de agua se observó en forma de máser, es decir, una radiación similar a un láser, pero en longitudes de onda de las microondas. Los máseres de agua ya se han encontrado en otras galaxias más cercanas.
Más recientemente, un equipo internacional dijo haber descubierto "la mayor cantidad de agua del Universo" (14). Esta nube de vapor de agua (también en forma de chorros de agua que salen de un quásar) equivaldría hasta 140 billones la cantidad de agua presente en los océanos de la Tierra, a más de 12 mil millones de años luz de la Tierra. El astrónomo Alberto Bolatto de la Universidad de Maryland, autor de un artículo sobre este descubrimiento, dijo: "Esta es una demostración de que el agua está presente en todo el Universo, incluso en los inicios de éste".
Un Universo de Plasma en un Universo de Agua
Según la teoría estándar, los chorros de agua estarían asociados a los cuásares que surgen del gas caliente y el polvo que orbita cerca de un agujero negro supermasivo en el núcleo de una galaxia.
La interpretación alternativa se debe al astrónomo Halton Arp (1927-2013), interpretación compatible con el Universo de plasma eléctrico: el desplazamiento hacia el rojo de los cuásares sería algo intrínseco al plasma que constituye el cuásar (15). Un mayor desplazamiento hacia el rojo indicaría una mayor juventud en lugar de lo contrario. En una serie de artículos científicos y libros escritos tras cuidadosas observaciones astronómicas, presenta pruebas convincentes del elevado desplazamiento hacia el rojo de los cuásares, a menudo en parejas o multipletes de galaxias envejecidas (bajo desplazamiento hacia el rojo) y se alinean a lo largo del eje menor de la galaxia. A medida que las galaxias envejecen, su masa (tensiones electromagnéticas) aumentan y disminuye el desplazamiento hacia el rojo, curiosamente, en pasos cuantificados. Por lo tanto, el Universo de Arp es un Universo en constante transformación y renovación, no compatible con el Universo estacionario de Fred Hoyle, Geoffrey Burbidge y Jayant Narlikar. Desafortunadamente, Arp fue condenado al ostracismo por la comunidad astronómica y su interesante teoría ha sido tratada con indiferencia, sin que se haya realizado ninguna investigación científica.
También se ha ignorado por completo la obra de Hannes Alfvén (1908-1995), que ganó el Premio Nobel de Física en 1970 por su teoría matemática de la magnetohidrodinámica, que más tarde él mismo desechó por ser inadecuada para describir el Universo de plasma. En su lugar, destacó la importancia de las capas dobles (cargas positivas y negativas) del plasma en el espacio, un nuevo tipo de objetos celestes, lo que sugiere que los rayos X y gamma pueden ser debidos a la explosión de esas capas dobles (16), que podrían ser responsables de la formación de chorros y de la expulsión de los cuásares de las galaxias más viejas.
El Universo de Plasma está a la espera de nuevas investigaciones para dejar de lado la moribunda teoría del Big Bang. Esperemos que las investigaciones de la sonda Rosetta proporcionen el impulso necesario.
El Universo de Plasma es también un Universo de Agua, alimentado principalmente por agua eléctrica (protones y electrones), algo no tan diferente de la vida misma (ver [17] Life is Water Electric, SiS 57). Un Universo de agua es especialmente apto para la vida, por lo que la vida y la inteligencia extraterrestres deben ser abundantes en todas las partes del Universo.
¿Será tal vez todo el Universo algo vivo, con una vasta y exquisita conciencia cósmica que abarca también la nuestra?
( Nota: las tablas, así como las referencias bibliográficas, sólo se pueden consultar estando registrado en el sitio web de IsiS)
Procedencia del artículo:
http://www.i-sis.org.uk/Rosetta_for_a_Water_Universe.php
Más información:
https://www.thunderbolts.info/wp/2013/12/06/translation-tpod-spanish/
https://hypercube3.wordpress.com/2010/01/23/81/
http://www.rtve.es/noticias/20150122/mision-rosetta-retrata-cometa-67p-ligero-variado-activo/1085405.shtml
Comentario: El problema con la visión mecanicista y no dinámica del Universo es que falla en explicar varios fenómenos observables y contiene numerosas inconsistencias. Y cuando se advierten éstos fenómenos que contradicen al dogma dominante, la ciencia convencional intenta encajarlos a los modelos existentes, incluso cuando estos modelos son inadecuados para explicar éstos nuevos fenómenos. Quizás, es hora de que la ciencia admita sus errores y empiece a revisar sus modelos en una honesta búsqueda por comprender la realidad de la cual formamos parte.
Un intento de responder algunas interrogantes lo podemos encontrar en el excelente libro de Pierre Lescaudron y Laura Knight-Jadzcyk, Cambios planetarios y la conexión humano-cósmica, donde podrá encontrar mucha información al respecto del Universo Eléctrico y cómo pueden estar los cambios planetarios conectados a fenómenos cósmicos que, a su vez, están conectados a los seres humanos, solamente que no de la manera en que nos suelen decir lo que hablan del calentamiento global antropogénico.
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