corporatocracia
Los intereses corporativo-financieros que manejan la política exterior estadounidense hace mucho tiempo han venido conspirando para utilizar a Al Qaeda y otras fuerzas sectarias extremistas para la creación de una fuerza mercenaria pan-árabe con la que luchar contra sus enemigos. Esta conspiración contra la paz mundial y la humanidad, expuesta en 2007 en profético informe de nueve páginas por el veterano periodista Seymour Hersch y documentada ampliamente en el transcurso de los últimos cuatro años, es citada por el analista Tony Cartalucci en artículo titulado "El cataclísmico conflicto por venir y lo que podemos hacer para detenerlo", publicado el 6 de marzo de 2015 por el Activist Post.
"La guerra que ciertos intereses especiales estadounidenses, junto a sus socios en la conspiración, planean emprender en todo el planeta abarca no sólo al Medio Oriente y África del norte, sino también a Rusia, China y más allá. Amenaza la vida, la paz y prosperidad de todos en la tierra. Si no es expuesta y sus propósitos minados, desarraigados y purgados, la humanidad no escapará a los oscuros días que inevitablemente se avecinan."
Cartalucci sostiene que no se trata de una guerra "de Obama" ni de una guerra "republicana", tampoco "de los neoconservadores". Esta es una guerra por la hegemonía mundial librada por las corporaciones, los bancos e instituciones que parten de Wall Street y Washington y trascienden las elecciones y los partidos políticos en todas partes y en todos los rincones del actualmente imperante paradigma político. "Afirmar que un partido político controla estos intereses es una definición cuando menos baladí".

Según Cartalucci no se trata meramente, de "Walmart", "Pepsi", o "Exxon" como empresas, sino de la concentración de poder, riqueza e influencia que estas corporaciones representan colectivamente. A menudo se puede constatar que muchos de los nombres de miembros de las Juntas de estas corporaciones se repiten en otras Juntas de gobierno de otras corporaciones. Son los mismos intereses financieros sembrados en varias corporaciones, y es este mismo puñado de accionistas el que financia a los tanques pensantes (o "think tanks") que están detrás de los documentos que norman la ingeniería de las guerras de agresión, incluyendo la actual guerra que se desarrolla a través de "ISIS" y "Al Qaeda".

De ahí que mientras la OTAN está claramente amenazando las fronteras de Rusia en Ucrania, pueda también estar creando un frente unido de extremistas sectarios que presionará a través de la región meridional de Rusia. Esto es, esencialmente, el plan de invasión a Rusia de Adolf Hitler, en cámara lenta, utilizando los métodos de guerra de cuarta generación en una operación similar a la Barbarroja del Afrika Korps para invadir la URSS en 1941-1942.

Este plan no culminará en el Medio Oriente. Si logra establecer allí la hegemonía, el caos se extenderá a todos los rincones del globo. Primero al sur de Rusia y China occidental, luego más allá. "La cuestión no es si la guerra ocurrirá o si alguien se verá afectado o no. La cuestión es solo cuándo tendrá lugar", profetiza el autor. Según Cartalucci, ante tal inminencia están surgiendo iniciativas como las de los promotores de instituciones locales que comprometen sus recursos y conocimiento en planes conjuntos que permiten a comunidades locales desarrollar y emplear la tecnología para enfrentar el poder injustificado y los abusos de los inmensos monopolios corporativo-financieros.

Los "hackerespacios" son instituciones locales que unen sus recursos y conocimientos para propiciar que las comunidades locales desarrollen y empleen la tecnología. Abogan por la descentralización de las grandes tiendas mayoristas, los grandes centros de telecomunicación, las grandes droguerías y los grandes centros de servicios automovilísticos, apuntando a los monopolios a los que ellos responden. El objetivo es la descentralización del poder injustificado y la influencia abusiva de los inmensos monopolios corporativo-financieros a través de la creación y proliferación sistemática de alternativas locales que socaven sus capacidades para ejercer el poder y las influencias de que injustificadamente disfrutan.

Según Cartalucci, para que esto suceda ya hay personas que trabajan alrededor del mundo en este esfuerzo descentralizador y simplemente necesitan más consumidores dispuestas a tornarse en productores y esperan abordar a los monopolios de manera similar.

Descentralizar estos grandes monopolios a través de la creación y proliferación de alternativas locales sistemáticamente socavaría su capacidad para ejercer el poder injustificado y la influencia de que actualmente disfrutan.

Consideran que los medios alternativos están demostrando la capacidad de la gente de convertirse de consumidores en productores, y lo que ello significa para la redistribución y equilibrio del poder y las influencias que ello crea. Imagina abordar todos los monopolios de manera similar.

Obviamente, Cartalucci pudiera estar descubriendo un fase nueva de las contradicciones entre el imperialismo ultra guerrerista generado por el capitalismo y su progenitor.
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