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© Thinkstock/Comstock/Getty ImagesLos narcisistas generalmente ven a sus hijos como extensiones de sí mismos, no como personas separadas.
El narcisismo es un desorden mental que resulta en una persona que tiene un sentido inflado de importancia y una profunda necesidad de admiración, según la Clínica de Mayo. Los sentimientos de los demás importan muy poco.

Sin embargo, detrás de esta fachada de seguridad y grandilocuencia, el narcisista esconde un ego frágil que es altamente sensible a las críticas. ¿Cómo afecta a sus hijos una persona conflictiva y egocéntrica?.

Los narcisistas pueden infligir daño emocional severo en sus descendientes, según la psicoterapeuta licenciada Michelle Piper. Este daño puede afectar a los niños como adultos, manifestándose en culpa inexplicable y un sentido de autoestima disminuida. Algunos adultos también pueden sentirse indignos de sentirse felices o libres.

Vergüenza heredada

Según la psicoterapeuta licenciada Michelle Piper, algunos hijos de narcisistas experimentan "vergüenza heredada", que es un sentimiento de vergüenza que sus padres les hacen sentir, aunque estos niños no han hecho nada para justificarlo. Algunos narcisistas culpan a sus hijos por todo lo que les pasa a ellos, que es una carga pesada para que cualquiera pueda soportar, especialmente un niño. Los padres narcisistas creen que sus hijos deberían avergonzarse y puesto que estos padres absortos en sí mismo son incapaces de sentir empatía por alguien que no sea ellos mismos, carecen de verdadera preocupación sobre los efectos duraderos de esta vergüenza sobre sus hijos.

La vergüenza heredada puede durar hasta la edad adulta, causando la gente se siente culpable sin saber por qué. Esto sucede porque los niños sin querer se aferran a la vergüenza proyectada por sus padres sobre ellos y esta pena puede conducir a un sentido de autoestima disminuida en la edad adulta, según Piper.

Inadecuación

Los sentimientos de inadecuación son comunes entre los hijos de los narcisistas. A lo largo de la niñez y la adultez, los hijos de narcisistas a menudo sienten que no son lo suficientemente buenos o inteligentes. Estos niños no se dan cuenta que sus padres son incapaces de amor o empatía, dice la terapeuta matrimonial y familiar Kathy McBride en el artículo, "What is a difficult child?" (¿Qué es un hijo problemático?) publicado en "Psychology Today," de modo que los hijos de narcisistas crean que hay algo inherente que falta en ellos. No importa cuánto traten los hijos de narcisistas, estos niños nunca podrán hacer que sus padres los amen.

Para que un niño se sienta amado, los padres activamente deben mostrar amor a ese niño para que se sienta digno. Puesto que los padres narcisistas no pueden demostrar amor a los demás, no se tarda mucho en que el niño sin amor se vea a sí mismo como esencialmente indigno de ser amado.

Sentirse invisible

Algunos padres narcisistas están emocionalmente "separados" de sus hijos, aunque estos padres suelen estar físicamente presentes. La separación se produce cuando una persona es indiferente a las necesidades de los demás. No hay ninguna conexión emocional entre los narcisistas separados y sus hijos. Estos padres pueden ignorar o resentir a su descendencia porque sienten que sus hijos les están robando los reflectores, que en su opinión, deben estar siempre solamente en ellos. Esto puede dar a los niños una sensación de sentirse invisibles o sin importancia, según McBride.

Enredo

Mientras algunos narcisistas podrían desconectarse casi totalmente de sus hijos, otros podrían emocionalmente ahogar a sus hijos, algo que los psicólogos llaman "enredos". Esto es una forma extrema de proximidad e intensidad en las relaciones entre los narcisistas y sus hijos, resultando en que el niño se convierte en una extensión de los padres, en lugar de formar su propia identidad.

De esta manera el niño se vuelve enredado en el ensimismamiento de los padres. Los padres que se enredan con sus hijos creen que ya que les dieron la vida, deben entonces reinar libremente para hacer e influir en todas las decisiones por ellos. La privacidad y los límites son signos de deslealtad a estos padres narcisistas y castigan a sus hijos en consecuencia. Los padres narcisistas no permiten que sus hijos desarrollen sus propias identidades. En cambio, los controlan y manipulan para servir a sus propios fines ensimismados, según Piper. Los padres enredados son autoritarios y controladores.
Referencias