Este 24 de mayo, la NASA continúa creando una cortina de "humo meteórico" cada vez más densa y nos la sopla en la cara al hablar de las primeras apariciones del año (hemisferio norte) de las nubes noctilucentes. El vocero de la NASA, Spaceweather.com, afirma:
Sembradas por el humo de meteoros e impulsadas por el gas metano, producto del cambio climático, las nubes noctilucentes se han extendido más allá del Ártico.
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El aumento de metano desde abajo, el presunto resultado exclusivo de la actividad industrial humana, NO es responsable por las nubes noctilucentes. El aumento de los niveles de metano en la atmósfera se deben principalmente al metano que está siendo liberado desde las profundidades de los océanos.

El aumento de nubes noctilucentes es, realmente, una "advertencia temprana", pero no de la forma en que la ciencia oficial quiere que lo creamos.

Magníficas y fascinantes, las nubes noctilucentes (también llamadas nubes mesosféricas polares), fueron una vez consideradas extrañas. Pero ahora están desconcertando a los científicos con sus recientes cambios dramáticos. Al parecer, las nubes son cada vez más brillantes, se ven con mayor frecuencia, son visibles en latitudes cada vez más bajas e incluso están apareciendo durante el día. Si se permitiera a los científicos llevar a cabo investigaciones interdisciplinarias honestas, tales cambios no serían un misterio.

Serían capaces de averiguar que el aumento de la carga eléctrica del polvo cometario en la atmósfera superior está generando "arrastre eléctrico" en el planeta, ya que se mueve a través del espacio, provocando un frenado marginal en la rotación de la Tierra. La desaceleración de la rotación está reduciendo el campo magnético, exponiendo a la Tierra a radiación cósmica más peligrosa y estimulando más actividad volcánica.

El volcanismo bajo el mar está calentando el agua del los océanos, que a su vez calienta la atmósfera inferior y la carga de humedad.

La humedad golpea la atmósfera superior más fría y contribuye a una mezcla mortal que conduce inevitablemente a una Era de Hielo, precedida por un corto período de un rápido aumento de gases de efecto invernadero y "bolsas calientes" en la baja atmósfera, dando lugar a fuertes lluvias, granizo, nieve y las inundaciones que hemos estado viendo en aumento en los últimos tiempos.

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Para una explicación de este fenómeno, y su lugar dentro de la plétora de otros fenómenos inusuales que se observan en el interior, sobre y por encima del planeta, recomiendo leer el libro de Pierre Lescaudron, Earth Changes and the Human-Cosmic Connection, publicado por Red Pill Press.

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