Esta impresionante bola de fuego sobrevoló Castilla y León en la madrugada del 21 de octubre, a la 1:16 hora local. Se produjo como consecuencia de la entrada en la atmósfera terrestre de un fragmento desprendido de un cometa a unos 237 mil kilómetros por hora.
El fenómeno luminoso se inició a una altitud de unos 137 km sobre el noreste de la provincia de Segovia, casi sobre la vertical de la localidad de Navares de las Cuevas. La bola de fuego, que pudo verse desde más de 500 km de distancia debido a su gran luminosidad, avanzó desde allí en dirección suroeste, extinguiéndose a unos 75 km de altitud sobre el norte de la provincia de Ávila, casi sobre la vertical de la localidad de Madrigal de las Altas Torres. La distancia total recorrida por este bólido desde su inicio sobre Segovia hasta su punto final sobre Ávila fue de unos 128 kilómetros.