La Policía de Estados Unidos detuvo la noche del miércoles a más de 400 personas al reprimir las manifestaciones celebradas en decenas de ciudades por el cierre sin juicio del caso Michael Brown, el adolescente negro muerto en agosto por disparos de un agente de raza blanca.

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"¡Sin justicia no habrá paz!", corearon los cientos de manifestantes reunidos en las plazas Union Square y Times Square, en Nueva York (este de EE.UU.), donde varias personas fueron arrestadas.

La mayor parte de las detenciones se produjo en el propio municipio de Ferguson (estado de Misuri, en el medio oeste de EE.UU.), donde nació y murió desarmado Brown, de 18 años, por los disparos del agente Darren Wilson.

El impresionante despliegue de fuerzas del orden, con 2200 soldados de la Guardia Nacional que se sumaron a la Policía desde la declaración del estado de emergencia el lunes 17, no consiguió evitar que estallara la violencia.

Los manifestantes trataron de tomar el Ayuntamiento de San Luis, el que rige Ferguson, pero ante el bloqueo y las cargas de los antidisturbios solo un pequeño número logró penetrar en el edificio.

Las protestas tuvieron especial intensidad en ciudades como Boston, Nueva York, Los Ángeles, Dallas y Atlanta, en la tercera noche desde que, el lunes, el fiscal local Rober McCulloch anunciara que el jurado popular encargado del caso había decidido no encausar a Wilson.

En las protestas de Los Ángeles la Policía detuvo a unas 130 personas, según la cadena televisiva NBC.

El alto número de detenciones no se corresponde, sin embargo, con una violencia mayor como la desatada en noches anteriores. Según la agencia de noticias Reuters, los grupos de manifestantes en Ferguson eran "más pequeños y más controlados que el lunes", en parte al menos a causa de la nieve.

"En términos generales, fue una noche mucho mejor", valoró ante los reporteros el jefe de policía local Jon Belmar, señalando que apenas hubo incendios ni disparos de armas de fuego.

Estados Unidos y, en particular, la región de los hechos, tienen un largo historial de tensiones raciales desde la época de la colonización de la región por inmigrantes europeos, la importación de esclavos mayormente desde África y el casi exterminio de la población indígena anterior.

El alcalde de Ferguson, James Knowles, y la mayor parte de los concejales municipales son de raza blanca pese a que el 67,4 % de los habitantes, según el censo oficial de 2010, son afroamericanos y tan solo el 29,3 % son de tipo caucásico. El índice de detenciones que sufren los negros es el doble que el de los blancos.

En una entrevista concedida el miércoles a la cadena iraní en inglés, PressTV, el activista estadounidense Randy Short, investigador en Historia en Washington, declaró que "EE.UU. es una sociedad hipócrita de colonos blancos" e identificó un célebre dictamen de 1857, según el cual, ningún negro podría ser ciudadano estadounidense como "el espíritu que guía en esencia el sistema legal de Estados Unidos".

Varias personalidades afroamericanas han convocado una acción de protesta mañana viernes, a través del boicot del día tradicional conocido como Viernes Negro, en el que numerosos estadounidenses comienzan las compras de Navidad.