erdogan putin
Luego de casi siete meses, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, finalmente se disculpó ante Rusia por el derribo de un bombardero SU24, el 24 de noviembre del año 2015, en los cielos de Siria, mientras se encontraba en la tarea de luchar contra el terrorismo que ha envuelto a Siria durante los últimos cinco años.

La reacción de Rusia al derribo de su bombardero fue inmediata, pero mesurada; con la imposición de sanciones económicas diseñadas para castigar a Turquía. Rusia podría haber impuesto un dolor militar significativo con su maquinaria militar, que ha sido tan eficaz en Siria; sobre todo teniendo en cuenta que es un contingente muy modesto el que opera allí. Pero la imprudencia temeraria no es el camino de los líderes rusos en la actualidad. Rusia está jugando el juego del tiempo y jamás hubiera sido arrastrada a una confrontación contra la OTAN por esta provocación escandalosa. Rusia sabe cómo conducirse dentro de las normas internacionales; a diferencia de otros que recurren a la fuerza militar para resolver los conflictos e imponer su voluntad sobre los que se niegan a ceder ante sus demandas.

En una carta enviada al presidente ruso, Vladimir Putin, Erdogan parece satisfacer todos los requisitos diplomáticos y morales de una disculpa sincera que podría dar muy buenos resultados para mejorar las relaciones entre Rusia y Turquía. De acuerdo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov:
Erdogan dijo que Turquía "comparte el dolor de la muerte del piloto del Su-24 derribado con su familia" y "lo ve como el dolor de Turquía" ... Turquía está dispuesta a tomar todas las medidas necesarias para "aliviar el dolor y la gravedad del daño" para la familia del difunto Su-24 del piloto; escribe Erdogan en su carta al presidente ruso.

"En la carta, el presidente turco, también dice que siempre ha visto a Rusia como un socio estratégico y un amigo", dijo Peskov.
Erdogan dijo: "Quiero expresar mis profundas condolencias a la familia del piloto ruso muerto, y decir: Lo siento."

Prepárense para que los enemigos acérrimos de Rusia dentro del pensamiento grupal enfermizo de los medios masivos de comunicación occidentales se empeñen hasta el hastío en restarle importancia a esta disculpa. Será tergiversada como si realmente significara el arrepentimiento por la pérdida de una vida en un intento de aliviar las tensiones entre Rusia y Turquía; en vez de una disculpa por el derribo criminal que costó la vida de un ruso que luchaba contra el terrorismo en Siria y llevó a las relaciones entre Rusia y Turquía a la crisis.

Nuestros amigos dentro del pensamiento grupal enfermizo saben que esto es un golpe duro a la guerra de la propaganda occidental contra Rusia. El vituperio contra Rusia (y Putin) ha alcanzado niveles monumentales, lo que llevó a que el respetado escritor Stephen Lendman lo etiquetara como una afición favorita en el mundo virtual. Cuando se dicen mentiras y ficciones sobre Rusia, su impacto radica en el valor de la propaganda inmediata. Los titulares enuncian el último crimen atroz cometido por Putin y sus compinches, y éstos se estampan de forma indeleble en las mentes de las masas. No importa si más tarde se comprueba que las acusaciones eran falsas; lo que importa es la historia inmediata acerca de la "agresión" y la "propaganda" de Rusia. No habrá retracciones o correcciones de la historia, sino que ésta desaparecerá en el agujero de la memoria y la mentira original se convertirá en una "verdad" intratable. Esta es una técnica básica, pero muy eficaz, en la guerra de información contra Rusia.

El derribo del SU24 es un caso perfecto de esta técnica de "mentir para impactar; ignorar la verdad". Si bien los informes de noticias acerca del incidente reconocieron y proporcionaron detalles de las reivindicaciones de Rusia (respaldadas por datos de satélite) de no haber violado el espacio aéreo de Turquía; la impresión general que se intentó comunicar fue que el SU24 violó el espacio aéreo turco y que Turquía quizá fue un poco arrebatada al tomar la decisión de derribarlo. El hecho de que el SU24 tendría que haber estado viajando a aproximadamente 390 km/h para que las alegaciones de Turquía pudieran ser ciertas fue ignorado en gran medida por el pensamiento grupal enfermizo de los medios masivos de comunicación (a esta velocidad increíblemente lenta el avión se detendría y caería en picada al suelo); dejando a los medios menos rusófobos la tarea de mostrar cierta integridad periodística. La otra impresión que se dejó fue la de una disputa a voces entre Rusia y Turquía, en la que intercambiaron insultos y acusaciones (que finalmente trajeron a la vista el contrabando ilegal de petróleo de Turquía con el Estado Islámico), sin que se le asigne a ninguno de ellos la culpa o responsabilidad de manera clara.

Erdogan fue apoplético durante la feroz campaña rusa de bombardeo a los tanques petroleros del EI que llevaban el petróleo de contrabando hacia la frontera con Turquía. El comercio lucrativo ilegal de petróleo estaba amenazado, así como la supervivencia como fuerza de combate de los aliados de Erdogan del EI. La coalición sirio-rusa estaba avanzando hacia la frontera con Turquía, acabando con muchas de las conquistas territoriales hechas por los rebeldes islamistas apoyados por Turquía en los cuatro años anteriores. En la provincia de Latakia, los turcomanos aliados con el Ejército Libre de Siria estaban sufriendo reveses y se les estaba expulsando de la provincia. Esto llevó a que el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dijera que su gobierno "no dudaría" en tomar las medidas necesarias en el territorio sirio para proteger al pueblo de Turkmenistán. En realidad, los turcomanos son otra variedad de yihadistas y sus inclinaciones extremistas se observan con facilidad en el vídeo en que sus combatientes le disparan alegremente a un piloto ruso indefenso en paracaídas. Erdogan estaba desesperado, viendo cómo su sueño de derrocar a Assad se convertía en humo, así que tuvo que diseñar un acto audaz para cambiar el rumbo. Tal vez incluso un movimiento extremadamente provocativo para atraer a EE.UU. y la OTAN directamente al conflicto. El bombardero ruso se convirtió en la víctima de su malicia.

Rusia debe sacar provecho de esta maravillosa oportunidad para desmantelar la narrativa de la "agresión" rusa. Para las potencias occidentales, esta historia debía desaparecer por el sumidero de la memoria, junto con otras historias fantásticas como la de la "invasión" de Rusia a Ucrania o la de su "anexión" de Crimea. Pero no, esta historia ha sido desenterrada de su tumba; dejando al descubierto y a la vista de todos la horrible realidad de la agresión de un miembro de la OTAN contra Rusia, mientras ésta lucha contra el terrorismo. Rusia necesita hacer que la OTAN liderada por Estados Unidos se retuerza en la incomodidad. Se ha defendido con paciencia de las acusaciones escandalosas que se están multiplicando e intensificando como parte de una operación psicológica de gran escala liderada por Estados Unidos. Su dignidad frente a la muerte de un piloto del SU24 y otro mecánico militar en la operación de rescate fue loable. Sin embargo, Rusia estaba muy enojada y con justa razón. Vladimir Putin lo describió como una "puñalada por la espalda" y, además de esto, tuvo que lidiar con mentiras propagadas por Turquía y reforzadas por una OTAN totalmente desacreditada. Esta es la razón por la que Rusia necesita utilizar esta disculpa para dar un golpe a la reputación de la OTAN y sumar algunos puntos en la guerra híbrida instigada por Occidente y liderada por Estados Unidos.

La OTAN respaldó a Turquía inequívocamente. Su secretario general, Jens Stoltenberg, dijo: "Nos solidarizamos con Turquía y apoyamos la integridad territorial de nuestro aliado de la OTAN, Turquía". Continuó diciendo que fuentes de inteligencia confirmaron la versión de Turquía de los acontecimientos, desacreditando rápidamente las declaraciones rusas de que el SU24 no había violado el espacio aéreo turco.

El presidente estadounidense, Barack Obama, no permitió que las pruebas objetivas o la discreción impidieran su actitud agresiva hacia Rusia que es tan bien conocida, y dijo que Turquía tenía el derecho de defender su espacio aéreo.

Teniendo en cuenta que Erdogan acusó a Rusia de violar el espacio aéreo turco, concluyendo que Rusia debiera disculparse por el derribo de los aviones; así como la inmediata huída por parte de Erdogan a la OTAN en busca de protección diplomática, en lugar de discutir la crisis con Rusia; tenemos derecho a preguntar a qué se debe el cambio de actitud de Erdogan ahora.

El quid de la cuestión es la geopolítica, ya que Turquía busca mejorar las relaciones con Rusia y necesita desesperadamente revitalizar su política exterior; la cual ha escalonado de fracaso en fracaso. Erdogan está cada vez más aislado diplomáticamente, viendo cómo su sueño europeo amenaza con deslizarse al fracaso; enfrentando la presión internacional sobre su represión de la libertad de prensa y desconcertado por su fracaso en el derrocamiento de Assad en Siria. Él ha puesto en marcha una campaña prolongada y brutal contra los kurdos en Turquía y ha presenciado con desaliento cómo EE.UU. apoya a sus enemigos kurdos en Siria.

Las sanciones contra Turquía han tenido un impacto negativo significativo, proporcionando la motivación y el impulso para un acercamiento hacia Rusia. El golpe al turismo fue tan inmediato y duro que, para febrero de 2016, 1300 hoteles se habían puesto a la venta debido a una fuerte caída en el número de turistas rusos. Hoteles en ciudades turísticas se vieron de cara contra la quiebra. Las pérdidas continuas seguirán aumentando en la temporada turística de verano, dándole a Erdogan mucho para reflexionar con respecto a la disculpa exigida por Moscú antes de que las relaciones pudieran curarse.

En Siria, la frustración y la consternación por el apoyo estadounidense a las fuerzas SDF ["Syrian Democratic Forces", o Fuerzas Democráticas Sirias - NdT] de los kurdos, que han ganado mucho terreno sobre el EI en el noreste y el noroeste; ha provocado que la ira de Erdogan se eleve, acusando a los EE.UU. de tomar partido por quienes él llama terroristas contra los que está luchando. EE.UU. no pudo o no quiso evitar que los kurdos cruzaran la "línea roja" de Erdogan al oeste del Éufrates y ahora están a punto de arrebatar al EI la ciudad clave de Manbij. Si los kurdos pueden capturar los 100 kilómetros que separan a sus enclaves occidental y oriental, Erdogan no sólo tendrá que decirle adiós a su visión de Siria, sino que tendrá que enfrentarse a su peor pesadilla: un posible estado kurdo justo en las fronteras de Turquía.

Un giro hacia Rusia, si bien es muy improbable que brinde beneficios inmediatos en Siria, puede ayudar a las fuerzas lideradas por el ejército sirio a frustrar los planes de los kurdos de controlar los tramos de territorio intacto que se extienden desde el noreste al noroeste. Si bien es un enemigo declarado de Assad, tal vez éste es el menor de los males para Erdogan; al menos hasta que se pueda diseñar una nueva estrategia para retener la consecución de sus objetivos finales. A Erdogan le gustaría que Rusia abandonara su alianza con los kurdos sirios. Rusia tiene la opinión de que Siria debe mantener su integridad territorial, y que su gente debe decidir su futuro gobierno, con reformas políticas inclusivas vitales para una reunificación del país. Rusia ha presionado para que los kurdos tuvieran un asiento en la mesa de negociación de las conversaciones de paz y quiere que sus intereses sean promovidos, pero no ha dado señales de apoyar un estado kurdo independiente. Todo esto es consistente con el derecho internacional y el concepto de la soberanía nacional, algo muy extraño y misterioso para Turquía, EE.UU. y sus aliados ejércitos subsidiarios partidarios.

Tal vez este cambio de actitud de Erdogan pueda ser capaz de lograr algunos resultados para reconstruir los lazos económicos con Rusia, detener el deterioro económico en Turquía y restringir las ambiciones kurdas. Pedir disculpas puede ser el primer paso.