El anuncio del primer trasplante de cabeza se encontró con el escepticismo de los científicos y alimentó miedos al monstruo de Frankestein.
china
Pero, según los expertos, dos preguntas urgentes están siendo pasadas por alto: ¿De dónde provienen los cuerpos para estos estudios? ¿Y por qué la investigación del "trasplante de cabeza" ocurre solo en China, donde es sabido que los cuerpos de los prisioneros sentenciados a muerte han sido usados para trasplante sin el debido consentimiento?

El investigador italiano Sergio Canavero anunció que había llevado a cabo con éxito el primer trasplante de cabeza el pasado 11 de noviembre, aunque en dos cadáveres. Los detalles de esa investigación fueron publicados el 22 de noviembre.

Canavero, que se compara a sí mismo con Víctor Frankenstein, dice que el experimento es el precursor de la nueva etapa de la investigación: el trasplante entre sujetos con muerte cerebral. El siguiente paso es un trasplante de cabeza completo sobre una persona viva.

Luego de que el trabajo de Canavero fuera rechazado por motivos éticos en Estados Unidos y Europa, encontró hogar en China con un colaborador, Xiaoping Ren.

"Los americanos no lo entendieron", dijo Canavero en una conferencia de prensa del 11 de noviembre.

Sin transparencia

La profesora Karen Rommelfanger, editora del Periódico Americano de Bioética en Neurociencia, dijo que dados los antecedentes de China en la utilización de prisioneros ejecutados para trasplantes, hay preguntas que necesitan ser respondidas con urgencia.

"Lo que es muy importante -y de lo que nadie ha hablado- es de dónde provienen los cuerpos, y quién presta el consentimiento".

"No hubo respuesta de ninguno de los colaboradores chinos sobre una pieza muy fundamental de toda esta empresa: que participen individuos con su consentimiento".

Dijo estar sorprendida de que la gente se haya distraído con otros asuntos y que haya pasado por alto aquello que ve como el tema más importante.

"Todos han visto el espectáculo alrededor del trasplante de cabeza y hemos visto un par de reacciones. Una es atacar a Sergio Canavero y solo decir que es un personaje descabellado. La otra es decir que esto es repugnante y difícil de digerir y pensar que esto simplemente desaparecerá si dejamos de prestarle atención".

Rommelfanger dijo que no ha habido transparencia.

"Me gustaría saber lo que les dijeron a los participantes y lo que les prometieron. ¿Qué costos y beneficios les explicaron? Me gustaría saber qué tipo de información se recolectará en el camino".

"Trasplante de cabeza" es tal vez entendido de forma más útil como trasplante de cuerpo, dado que el objetivo es que cuando la salud del cuerpo de alguien falle, simplemente pueda cambiarlo por un cuerpo más sano, o tal vez uno más joven.

La edición actual del Periódico Americano de Bioética en Neurociencia está dedicada a las cuestiones alrededor del trasplante de cabeza que se suscitaron por la investigación de Canavero y Ren.

Las preocupaciones de Rommelfanger se explican en un artículo editorial del periódico, en el que comparte autoría con Paul Boshears, Profesor de Filosofía en la Universidad Estatal de Kennesaw.

Canavero dijo que llevó a cabo el procedimiento dos veces, lo que requeriría de cuatro cuerpos.

La utilización de cuerpos de presos para realizar trasplantes en China ha sido bien documentada. Por décadas, China admitió abiertamente la utilización de órganos de prisioneros ejecutados sin consentimiento previo.

El informe Cosecha Sangrienta/El Matadero: una actualización, publicado en junio de 2016, afirma que las principales víctimas de sustracción forzada de órganos son aquellos que practican la disciplina espiritual Falun Dafa. Asimismo, uigures, tibetanos y cristianos de iglesias-hogar también han sido asesinados a para obtener sus órganos para trasplante, los cuales a veces son vendidos a extranjeros, según el informe.

Los investigadores estiman que hasta 1,5 millones de trasplantes de órganos pueden haber tenido lugar en China desde 2000, los que carecen de fuentes verificables de los órganos. Los trasplantes cuestan U$S 60.000 por un riñón, U$S 100.000 por un hígado, y hasta U$S 150.000 por trasplantes de pulmón y corazón, según las fuentes oficiales chinas citadas en el informe. La industria gana más de U$S 1 mil millón por año, según afirmó Leon Lee, creador del galardonado documental Cosecha Humana.

La investigación continúa a pesar de las objeciones

La posibilidad de un trasplante de cabeza ha sido mencionada por Canavero desde 2015. Inicialmente, tenía un sujeto con vida en fila para la primera cirugía, pero éste luego cambió de parecer.

El pasado 11 de noviembre hizo un anuncio en Viena afirmando que había logrado con éxito el primer cambio de cabezas entre cadáveres.