Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Ari Fleischer, quien promovió la guerra de Irak mientras servía como secretario de prensa bajo el presidente George W. Bush, ha vuelto con ideas más radicales sobre cómo alcanzar la paz. Esta vez en Irán. Su sugerencia: desestabilizar la nación.

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© STR / AFP
"Los cambios fascinantes que se están produciendo dentro de Irán, nadie puede predecir a dónde van a llegar", dijo Fleischer a Fox News el lunes, hablando sobre las recientes protestas antigubernamentales en la república islámica. "Pero mientras más inestable podamos ayudar a que Irán se vuelva, mejor será asegurar la paz si algún día podemos deshacernos de ese régimen teológico, o si el pueblo iraní puede deshacerse de él por sí mismo."

Como secretario de prensa de Bush, Fleischer se convirtió en una de las principales caras públicas de la campaña de la administración para la guerra de Irak, afirmando que el líder iraquí Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, y que el cambio de régimen era la única salida a la crisis internacional.

La afirmación de las armas de destrucción masiva resultó ser falsa, e incluso el propio Bush consideró más tarde el "fracaso de los servicios de inteligencia" en Irak como "el mayor pesar" de su presidencia. La invasión, apodada Operación Libertad Iraquí, causó la muerte de unas 4.500 tropas estadounidenses y más de 400.000 iraquíes, y la consiguiente agitación en Irak ayudó al surgimiento del Estado Islámico (IS, antes ISIS).

Las ideas de Fleischer sobre el cambio de régimen se hacen eco de los comentarios anteriores del secretario de Estado Mike Pompeo, quien también habló a favor de apoyar las actividades antigubernamentales en Irán. Estados Unidos "apoyará las voces largamente ignoradas del pueblo iraní", dijo Pompeo el domingo, mientras anunciaba el lanzamiento del canal de televisión en lengua farsi dirigido al público iraní.

Las protestas, que tuvieron lugar en Irán a finales de junio, fueron relativamente menores y se debieron principalmente a cuestiones económicas. Los principales instigadores de las manifestaciones en Teherán fueron los comerciantes molestos por la debilidad de la economía iraní y la devaluación de la moneda nacional, el rial. Los disturbios en el suroeste de Irán fueron desencadenados por problemas con el suministro de agua y las aguas residuales. El desempleo y los precios de los alimentos también se citaron como causas del malestar público.

Sin embargo, los halcones de Estados Unidos e Israel vieron las protestas como una oportunidad para reforzar el sentimiento antigubernamental en Irán. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aprovechó las manifestaciones sobre la falta de agua potable como una oportunidad para elogiar a los iraníes por "mostrar valor" al enfrentarse al gobierno.

Estados Unidos había llevado a cabo con éxito el cambio de régimen en Irán en 1953. En lo que se denominó "Operación Ajax", la CIA, en colaboración con los británicos, derrocó al primer ministro democráticamente elegido Mohammad Mossadegh. El golpe consolidó el dominio de un monarca pro-occidental, Shah Mohammad Reza Pahlavi. Sin embargo, el creciente sentimiento anti-shah condujo más tarde al éxito de la revolución de 1979, que instaló el actual régimen islámico.