El caso del guardaespaldas "no oficial" (es decir, un matón) del presidente francés, Emmanuel Macron, se convierte en un escándalo estatal. Benalla, que fue despedido por haber sido brutal en el ejercicio de sus funciones, es, sin embargo, el ejemplo mismo de la infiltración de las más altas esferas del poder francés por los servicios de inteligencia marroquíes.
Emmanuel Macron, izquierda, hace campaña para las elecciones presidenciales de 2017, flanqueado por Alexandre Benalla, a la derecha, jefe de seguridad, en Rodez, Francia, el 5 de mayo de 2017.
Emmanuel Macron, izquierda, hace campaña para las elecciones presidenciales de 2017, flanqueado por Alexandre Benalla, a la derecha, jefe de seguridad, en Rodez, Francia, el 5 de mayo de 2017.
De hecho, fuentes informadas han revelado en Algerie patriotique que el ya ex jefe de gabinete de la misión del Presidente Macron es, en realidad, un agente de la DGED marroquí. Alexandre Benalla ha ascendido en las filas de forma lenta pero segura desde que fue introducido en el funcionamiento del Partido Socialista por el ex ministro de Educación, Najet Vallaud Belkacem, ella misma subordinada a Rabat, junto a Rachida Dati, Myriam Al-Khomri, Audrey Azoulay y muchos otros.

El caso de Alexandre Benalla expone la estrategia del Majzen en Francia y revela el trasfondo de la determinación de los líderes franceses de todas las obediencias - PS, Les Républicains, La République en Marche - de apoyar a la monarquía alauita y de cubrir las escapadas y los excesos de Mohammed VI. Es que el régimen monárquico de Rabat siempre ha tenido un pie en las más altas esferas de poder en Francia y, desde hace algún tiempo, dentro de la Unión Europea, donde cuenta con muchos grupos de presión pagados con el dinero del pueblo marroquí desfalcado por la familia depredadora reinante protegida por París.

Las escapadas del matón "a cargo de la misión" en el Elíseo pusieron en aprietos a Emmanuel Macron. Pero el bombo mediático sobre este personaje que salió de las sombras por no sabe quién, ni con qué propósito, se centra a sabiendas en sus exacciones y excesos, pero ningún medio francés ha buscado conocer el secreto detrás de su ascenso meteórico de François Hollande a Emmanuel Macron, quien definitivamente lo tomó bajo su protección antes de que estallara este escándalo.

Francia está infestada de agentes secretos marroquíes que han accedido a las funciones más sensibles, hasta tienen acceso a los secretos mejor guardados. Y el caso de Alexander Benalla es sólo la punta del iceberg.