"Era su día. [...] Su popularidad ahora puede solo compararse con la popularidad del presidente estadounidense, Barack Obama, y, tal vez, con la de Vladímir Putin", reza el artículo de 'Kommersant', en referencia al presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
Comentario: Bueno, tal vez cierto tipo de popularidad es mejor no tenerla, especialmente si te encuentras en la situación en la que está Erdogan.
El corresponsal Andréi Kolésnikov describe cómo Erdogan "deambulaba como un sonámbulo" delante de la habitación "en la que Vladímir Putin se reunía primero con Barack Obama, luego con Xi Jinping, Angela Merkel y Benjamín Netanyahu". El periodista opina que el mandatario turco quería hablar con el presidente ruso y que lo esperaba, aunque todo fue en vano.
Asimismo, Kolésnikov hace notar que Erdogan no respondió a la pregunta de un periodista francés sobre las disculpas de su país por el derribo del avión ruso Su-24.
Durante la celebración de la cumbre, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que Moscú tiene "razones de peso" para creer que el avión militar ruso Su-24 fue derribado por Turquía para proteger los suministros de petróleo del Estado Islámico. Mientras, Erdogan ha prometido dimitir si la información de que su país compra petróleo de yihadistas se confirma.
Comentario: La verdad que no nos sorprende la falta de voluntad de Putin para reunirse con Erdogan, el comportamiento errático del presidente turco luego del derribo del Su-24 ha dejado en claro un par de cosas: la primera es que más allá de haber sido consciente o haber tenido conocimiento previo del derribo del avión (existe la posibilidad de que grupos dentro de Turquía fuera del control del gobierno de Erdogan pudiesen haber tenido una mano en los eventos), no tuvo el mínimo respeto como para contactar a Rusia una vez tuvo certeza de que el evento había ocurrido, en cambio sí contactó con la OTAN.
La segunda, por la forma en la que se ha comportado públicamente, haciendo alarde de por qué el derribo fue algo completamente justificado, se puede concluir que es alguien que tal vez no comprende la gravedad de la situación.