Personalidades llaman a tomar las calles, congresistas piden el acoso público de funcionarios de la Casa Blanca, multitudes 'hacen justicia' en los restaurantes. ¿Hacia dónde se dirige EE.UU.?
© InternetLos liberales abusan del término"fascismo" viendo la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio
Muchos estadounidenses piensan que en su país han sido sembradas las semillas de una nueva guerra civil. En un artículo en
USA Today, Glenn Harlan Reynolds, profesor de derecho de la Universidad de Tennessee, argumenta que esta nueva guerra, de hecho, ya está "en marcha".
Lo demuestran, según sostiene, los recientes incidentes con dos funcionarias de la Administración Trump. La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, fue afrontada la semana pasada por una multitud que interrumpió su cena en un restaurante gritándole "¡Qué vergüenza!". Luego algunos manifestantes aparecieron en su casa y pusieron audios de niños inmigrantes que lloraban mientras los separaban de sus padres.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah HuckabeeSanders, mientras tanto, fue
expulsada de un restaurante por la dueña, que se negó a servirle porque "trabaja para el presidente".
Asimismo, Reynolds se hizo eco de comentarios similares del politólogo Thomas Schaller, quien afirmó, citado por
Bloomberg, que Estados Unidos se encuentra ante "el comienzo de una guerra civil suave"; y del periodista Tom Ricks, quien
indicó que el país parece estar "tambaleándose" en esa dirección.
Comentario: La izquierda radical es la manifestación más viva en nuestros días de la expresión "
el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones". El principal problema de estos ascendentes movimientos, es que son incapaces de abrazar un estilo de vida que pondere el "vive y deje vivir". En su intento patológico de "cambiar el mundo" o "salvar el planeta" (o lo que sea que hayan elegido como mantra del día), todo lo que tocan lo destruyen.
No debería ser ninguna sorpresa las impresionantes similitudes que hay entre estos extremistas de izquierda y los movimientos nazis que poblaron la Alemania de los años 30. Ambos, aunque en principio pueden sostenerse sobre diferentes argumentos, emiten la misma aura. Ambos comparten un mismo patrón de pensamiento, uno que les hace concebir al mundo en términos de "ellos" contra "nosotros", donde "nosotros" es "el opresor" que debe ser asimilado o destruido. Ninguno podría descansar hasta que todo el mundo externo se someta a la cuasi-religión que profesan.
Considerando que estos fanáticos militantes nos exigen a todos que abracemos su visión distorsionada del mundo, uno esperaría que ellos mismos sean un buen modelo de su prédica. Lo esperable sería que, por ejemplo, aquellos que están convencidos de que las emisiones de CO2 son peligrosas, deberían ser los primeros en dejar de calenfaccionar sus casas en invierno, o los que están a favor de las migraciones descontroladas, deberían abrir sus casas a cualquier extraño. Pero no,
esto nunca va a ocurrir porque lo más importante en esta cruzada no son los supuestos principios que enalzan, sino obligarnos a todos al mejor estilo orwelliano a someternos a su dogma sagrado.
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Comentario: Parece que los Cascos Blancos no se cansan de montar los mismos teatros, sin importar el impacto sobre civiles... lo importante es hacer ver mal a Asad a través de sus maquinaciones terroristas. Pero esto no es más que acciones desesperadas ante la victoria del gobierno sirio:
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