A mediados del año 2010, Craig Venter, uno de los líderes principales del
Proyecto del Genoma Humano y hoy además exitoso empresario, hizo pública la noticia que en las instalaciones científicas del millonario instituto que lleva su nombre y que está localizado en Rockville, Maryland, Estados Unidos,
se creó la primera célula sintética del mundo, que el Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración), bautizó rápidamente como Cynthia.
Meses más tarde de esta revelación, científicos holandeses aseguraron haber creado carne de cerdo en un laboratorio de Ámsterdam.
En la revista
Science Express del 20 de mayo del 2010 y con el trabajo "Creación de una bacteria controlada por un genoma sintetizado químicamente", el grupo de 24 investigadores muy bien remunerados del Instituto Venter, afirmaron haber dado vida a la bacteria Micoplasma mycoides JCVI-syn 1.0,
controlada por un genoma totalmente sintético. Naturalmente que este paso "lógico" hacia la creación ulterior de células eucariotas, características de los organismos pluricelulares,
no va dirigido, ---se apresuraron a desmentir los tecnoentusiastas--
a producir seres vivos tan complejos como los humanos.Pero el abultado financiamiento de las investigaciones en el campo de la biología sintética, provienen principalmente de corporaciones como British Petroleum, Dupont, Chevron, Cargill, Shell y otras, que son las que decidirán finalmente si el negocio capitalista se limitará sólo a la producción de productos industriales [...], a aplicaciones biomédicas o a la producción comercial de vida artificial.
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