Hoy estaba leyendo una columna de Mikel Arizaleta sobre una entrevista a Timotheus Höttges, llevada a cabo por Karoline Kuhla para el periódico alemánDie Zeit. La entrevista me ha cautivado por sus planteamientos, y me ha hecho investigar durante bastantes horas acerca de a lo que nos estamos enfrentando. Parafraseo a Timotheus Höttges cuando habla de Pepper, un robot que ha desarrollado la empresa japonesa de Internet SoftBank. Dispone de inteligencia artificial, vive en familia, aprende, lleva a cabo trabajos rutinarios diarios y si, por ejemplo, le preguntas ¿qué es esto?, te responde: son mis gafas, y él aprende de inmediato que son sus gafas. Luego puede usted preguntarle: ¿dónde están mis gafas?, y al momento las traerá.

robots
© GoogleHAL, la maquina pensante de "2001, La Odisea del Espacio"

¿No es increíble? Cuando empiezo a informarme acerca de la empresas que están trabajando en robótica e inteligencia artificial me vuelvo loco: no son pocas, pero están limitadas. El dinero siempre es una limitación, sin embargo hay un nombre, un nombre muy conocido, y no es Facebook, es Google. La gran G lleva años investigando en robótica e ingeniería artificial, y no hablo sólo de los robots asesinos que están creando (para hacer negocios con sus ventas), me refiero a lo que están trabajando en IA (inteligencia artificial). Queda poco para que Google se descuelgue de Facebook, que parece estar mas preocupado de comprar y conseguir inversores que de vigilar y evitar que hackeen cuentas a diario sin que logren mejorar sus sistemas, mírese el ejemplo.

El caso es que es totalmente cierto, cada vez queda menos para que poco nos diferencia a las máquinas y a los robots... Pero, oye, ¿a vosotros no os da miedo?
A diario vemos cómo hackers vulneran sistemas de todo tipo, hasta webs de bancos, la web del FBI, etc. ¿Creéis que cuando haya autómatas que puedan vivir y aprender por sí solos, no habrá hackers que sean capaz de vulnerar y modificar sus sistemas? ¿No sería extremadamente peligroso algo así?
Soy de mente abierta, pero se me tuerce el gesto al pensar que quizás estamos comenzando a aprender lo suficiente como para crear cosas que no somos capaces de controlar, o que podrían superar nuestro control y rebasarnos.

Cada vez estoy más seguro de que nuestra propio avance tecnológico va a ser el motivo de nuestra desaparición.