Un meteorito de Marte conocido como Yamato 000593de 13,7 kilogramos que fue encontrado en la Antártida en el año 2000 fue analizado de nuevo por científicos, quienes encontraron evidencias de que había agua hace cientos de millones de años atrás, informó la NASA.
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© NASAEsta imagen del microscopio electrónico de barrido de una sección fina de un meteorito de Marte muestra túneles y microtúneles curvados.

Everett Gibson, investigador del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston explicó el 27 de febrero que lo visto en el meteorito marciano Yamato 000593 es una "evidencia de alteraciones acuosas como las que se ve en los minerales de arcilla con la presencia de materia carbonosa".

"Muestran que Marte fue un órgano muy activo en su pasado", dijo Gibson, según un informe del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California.

"El planeta está revelando la presencia de un depósito de agua activo que puede tener también un componente importante de carbono".

Los hallazgos del equipo fueron publicados en la edición de febrero de la revista Astrobiology. En el artículo los investigadores describieron las diferentes estructuras y las características que hallaron dentro del gran meteorito del glaciar Yamato, concluyendo que en el pasado prehistórico pudieron haber estado sucediendo "procesos biológicos".

"Mientras que las misiones robóticas a Marte siguen arrojando luz sobre la historia del planeta, las únicas muestras de Marte disponibles para un estudio en la Tierra son los meteoritos marcianos", dijo Lauren White, del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California, autora principal del estudio.

"En la Tierra podemos utilizar múltiples técnicas analíticas para tomar una mirada más profunda sobre los meteoritos", agregó la investigadora.

White señaló que cree que a medida que se comparen más piedras marcianas, ya sea caídas en la Tierra o por los análisis de los rover que están en el planeta rojo, se irá confirmando que alguna vez fue mucho más húmedo de lo que se pensaba.

Su investigación arrojó que el meteorito se formó hace alrededor de 1,3 mil millones de años por un flujo de lava en Marte y que hace unos 12 millones de años, un impacto en Marte expulsó la roca, que finalmente cayó en la Antártida hace unos 50.000 años.

El meteorito se reconoció como proveniente de Marte por la composición de los átomos de oxígeno dentro de los minerales de silicato y por los gases atmosféricos marcianos atrapados.

Los túneles y micro túneles que se abren paso a lo largo del Yamato 000593 muestran formas ondulantes consistentes con texturas de alteración biológica, que también se observan en las rocas basálicas de la Tierra. Otra observación es que se encontraron esférulas nanométricas y micrométricas que se intercalan entre las capas dentro de la roca.

"Características esféricas similares se han visto anteriormente en el meteorito marciano Nakhla que cayó en 1911 en Egipto. Mediciones de la composición de las esférulas Y000593 muestran que están significativamente enriquecidas en carbono en comparación con las capas de las inmediaciones circundantes", informa la NASA.

"Una observación sorprendente es que estos dos conjuntos de características del Y000593 recuperado de la Antártida después de unos 50.000 años el tiempo de residencia, son similares a los que se encontraron en Nakhl", destacaron los científicos.

Los autores concluyeron que "las similitudes de textura y la composición de los elementos con las muestras terrestres son interpretadas como biogénicas, implican la intrigante posibilidad de que las características de Marte se formaron por la actividad biótica.

Aún así advierten que no pueden excluir la posibilidad de que las regiones ricas en carbono sean por otras causas.

Las características carbonosas del meteorito Yamato, fueron muy difíciles de medir por lo que no se descartó totalmente la posibilidad de contaminación.

"No podemos eliminar la posibilidad de contaminación en cualquier meteorito", agrega el informe de White, ahora el equipo espera que el Programa de Exploración de Marte permita descubrir realmente confirmar la naturaleza del carbono encontrado.