El descubrimiento de dos altares mayas, excavados en 1995 y 2013 en el departamento de Petén, al norte de Guatemala, ha aportado valiosas informaciones sobre la historia y forma de vida de esa civilización.
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Según indica el sitio National Geographic, los altares estaban integrados en las salas de sendos edificios que funcionaron como espacios políticos, religiosos y sociales.

Durante el hallazgo se recuperaron más de 100 000 piezas, principalmente restos de cerámica, herramientas de piedra y varias esculturas, entre ellas, dos en forma de tortuga asociada cada una a un altar.
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«Estas figuras representaban el orden en el tiempo y el espacio, opuesto al caos primordial. Los altares en forma de tortuga también estaban asociados a un período del calendario maya compuesto por 13 ciclos de 7 200 días», explicó Timothy Pugh, de la Queens College de Nueva York, quien estuvo al frente del equipo arqueológico.
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Entre las piezas encontradas también sobresale un quemador de incienso que representa la cabeza de Itzamná, dios creador asociado con el conocimiento esotérico, el sacerdocio, la escritura y probablemente el chamanismo.
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