Esta semana, Amnistía Internacional denunciaba que, en una operación en Bangui (República Centroafricana) el pasado 2 de agosto, una niña de 12 años fue violada y dos civiles (un adolescente de 16 años y su padre), asesinados, por cascos azules miembros de la MINUSCA (siglas francesas de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en la República Centroafricana).
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© GGBBabacar Gaye
Ayer, miércoles 12, menos de 24 horas después de la denuncia, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, convocaba una rueda de prensa para anunciar que el jefe de la misión de la ONU en República Centroafricana, el general senegalés Babacar Gaye, "ha presentado su dimisión a petición mía", según sus propias declaraciones.

Sin embargo, el secretario general ha recalcado que el problema va más allá de "un conflicto o una persona":
"La explotación y los abusos sexuales son una lacra global y un problema sistémico que necesita una respuesta sistémica".
Asimismo, Ban aseguraba que no tolerará "ninguna acción que pueda empujar a la gente a tener miedo en vez de confianza" y se reconocía incapaz de "expresar lo angustiado, enfadado y avergonzado que estoy por las repetidas informaciones a lo largo de los años de explotación y abusos sexuales por parte de fuerzas de la ONU". Y es que esta denuncia, hecha pública por AI, se suma a otros presuntos abusos cometidos por soldados franceses de la Operación Sangaris y de tropas de la ONU a una docena de niños de entre 9 y 12 años, también en la capital, Bangui, entre diciembre de 2013 y junio de 2014, que ya contamos en GuinGuinBali.
Además de mantener una reunión con todos los responsables de operaciones de paz, Ban Ki-Moon ha convocado para hoy, jueves 13, una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar el problema de los asaltos sexuales y otros crímenes cometidos por los cascos azules.