Últimamente el tema de las personas que huyen de sus países hasta llegar hasta las costas europeas tiene gran importancia en la actualidad y con razón, especialmente cuando hace pocos días hemos visto inmigrantes sirios llegar a Macedonia. La situación es catastrófica, dantesca. Los gobiernos europeos hablan mucho, pero poco hacen. Nuevas leyes se crean para controlar este tsunami humano. Se maneja la cifra de 137 mil personas llegadas por mar en el primer trimestre de 2015. ¿Qué es lo que esta pasando?

niña inmigrante

Sin embargo, detrás de todas las imágenes que los medios de comunicación nos muestran hay todo un lenguaje hipócrita y falso que se deja percibir, un lenguaje y un mensaje que parece olvidarse del verdadero drama: personas que están obligadas, para sobrevivir, a escapar de sus tierras por razones muy concretas: la guerra.

Una guerra causada por los gobiernos occidentales
, los mismos que crean leyes para, supuestamente, parar este flujo humano que no para porque no para la guerra. Este hecho casi nunca se aborda, en los medios oficiales de la prensa escrita o televisiva. Más bien se nos muestran situaciones de gran desesperación sin jamás adelantarse ni profundizar en lo que hay detrás de las imágenes: todo un desarraigo y una tragedia humana de proporciones abismales. Profundizar equivaldría a estudiar la situación con objetividad, realismo y entendimiento. Los mismos políticos huyen de ello, teniendo un lenguaje racista, insultante, obsceno y vergonzoso cuando hablan de los refugiados que llegan en Europa.



Las imágenes manipulan, y los medios saben utilizar este instrumento visual para chocar o espantar, para hacernos sentir impotentes o miedosos ante esta situación tan dramática que esta llegando hasta nuestras puertas y que parece no tener fin. Porque no lo tiene. También manipulan las palabras cuando son utilizadas a conciencia para desviarnos del verdadero problema o de la verdadera situación, un lenguaje que los medios utilizan para escabullirse y no afrontar la verdad con objetividad.

Últimamente se emplea en todas partes, en todos los países, la palabra migrante para definir a los refugiados. Ya ni casi se utiliza la de inmigrante porque esta significaría aceptación del otro, del que llega a nuestras tierras a vivir y trabajar, a empezar una nueva vida, significaría acuerdos, intercambio. Han cortado la palabra inmigrante para crear una nueva palabra. El diccionario dice que migrante quiere decir "que llega a un país o región diferente de su lugar de origen para establecerse en él temporal o definitivamente." Es decir la misma definición de inmigrante... Muy lejos esta definición de la tragedia de los miles y miles de hombres, mujeres y críos que huyen de sus países en guerra, hoy en día.

refugiados
© Sesikar
La verdadera palabra que se tendría que utilizar es refugiado, ya que la definición de ella es: "que se ha refugiado en un país extranjero a causa de UNA GUERRA o de sus ideas políticas o religiosas." Con esta palabra, la de refugiado, ya ponemos el dedo en la llaga, ya vemos más claro lo que está pasando, la razón y las causas, ya entendemos un poco más. Pero esto es como en todo: los medios de comunicación y los políticos son incapaces de ser sinceros ante esta realidad y sobre todo no quieren que la veamos porque si la vemos podríamos acusar.