Traducido por el equipo de SOTT.net
Burnt dollar
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En la Parte 1: expliqué que la próxima crisis financiera no será rescatada con la creación de dinero de los bancos centrales, sino con nuestras acciones, bonos y saldos bancarios.

En la Parte 2: expliqué los cambios regulatorios silenciosos de varios años que nos despojaron de nuestra propiedad.

En la Parte 3: explico la conclusión de David Rogers Webb de que está pendiente una crisis financiera masiva en la que nuestros activos financieros son la garantía que suscribe la burbuja financiera y de derivados y que resultará en la pérdida de nuestros activos pero nos dejará con nuestras deudas como les ocurrió a aquellos cuyos bancos quebraron en la década de 1930.

Webb comienza con la fórmula económica de que la velocidad de circulación del dinero multiplicada por la oferta monetaria es igual al Producto Interior Bruto nominal. V x OM = PIB.

La velocidad de circulación es una medida de cuántas veces se gasta un dólar durante un periodo de tiempo determinado, por ejemplo, trimestral o anualmente. Una velocidad alta significa que la gente gasta rápidamente el dinero que llega a sus manos. Una velocidad baja significa que la gente tiende a guardar el dinero.

La velocidad influye en la capacidad de la Reserva Federal para gestionar el crecimiento económico mediante cambios en la oferta monetaria. Si la velocidad del dinero disminuye, una política monetaria expansionista no se traducirá en un aumento del PIB. En tal situación, se dice que la Reserva Federal está "empujando con una cuerda". En lugar de empujar al alza el PIB, los aumentos de la oferta monetaria empujan al alza los valores de los activos financieros e inmobiliarios dando lugar a burbujas financieras e inmobiliarias.

Webb señala que las caídas de la velocidad son precursoras de las crisis financieras. Una caída brusca de la velocidad durante varios años precedió al crack bursátil de 1929 y a la Gran Depresión que dio origen a las agencias reguladoras. El siglo XXI se caracteriza por una caída a largo plazo de la velocidad que ha alcanzado el nivel más bajo registrado, mientras que las acciones y el sector inmobiliario han alcanzado niveles sin precedentes gracias a años de tipos de interés cero. Cuando estalle esta burbuja, seremos desposeídos

¿Estallará la burbuja?

Sí. La Reserva Federal pasó repentina y rápidamente de tipos de interés de cero a 5%, una inversión de la política que hizo subir los precios de las acciones y los bonos. La Fed sube los tipos reduciendo el crecimiento de la masa monetaria, con lo que elimina el factor que sostenía los altos precios de las acciones y hunde el valor de los bonos. Esto se traduce en una disminución del valor de las acciones y los bonos que sirven de garantía para los préstamos, lo que, por supuesto, significa que los préstamos y la institución financiera que los respalda están en problemas. Los bonos ya se han visto afectados. La bolsa aguanta porque los participantes creen que la Reserva Federal está a punto de dar marcha atrás en su política de tipos de interés y bajarlos.

Webb señala que los datos oficiales muestran que la velocidad del dinero se desplomó en el siglo XXI mientras la Fed introducía la "flexibilización cuantitativa". Señala acertadamente que cuando la velocidad del dinero se desploma, la Fed está tirando de una cuerda. En lugar de que la creación de dinero alimente el crecimiento económico, produce burbujas de activos en el sector inmobiliario y en los instrumentos financieros, que es lo que tenemos en la actualidad.

Cuando, después de más de una década de tipos de interés cercanos a cero, la Fed sube los tipos de interés, colapsa los valores de las carteras financieras y de los bienes inmuebles y produce una crisis financiera.

Como las autoridades han puesto en marcha un sistema que rescata a los acreedores garantizados con nuestros depósitos bancarios, acciones y bonos, no tendremos dinero ni activos financieros que vender por dinero. Las personas con casas y negocios hipotecados los perderán, como ocurrió en los años 30, cuando perdieron su dinero debido a la quiebra de los bancos. Las personas con pagos de automóviles perderán su medio de transporte. La forma en que funciona el sistema es que pierdes tu dinero pero no tus deudas.

Los acreedores garantizados son los acreedores de las instituciones con problemas. En última instancia, los acreedores garantizados son los megabancos definidos como "acreedores privilegiados".

El colapso del valor de los activos financieros en 1929 provocó la quiebra de 9.000 bancos. La quiebra de un banco significaba que perdías el dinero que tenías en el banco. Hoy significa lo mismo, independientemente del seguro de depósitos, porque tus depósitos se han convertido en garantía para los acreedores. Además, el seguro de depósitos de la FDIC [Corporación Federal de Seguro de Depósitos estadounidense] es una broma. Los activos de la FDIC ascienden a miles de millones. Los depósitos bancarios ascienden a billones. La Ley Dodd-Frank dio prioridad a los derivados sobre los depositantes bancarios, por lo que el titular de una cuenta bancaria está en la cola detrás de las reclamaciones de derivados. Al parecer, las reclamaciones de seguros de la FDIC se emitirán en forma de emisión de acciones de un banco en quiebra.

Todo esto ya ha ocurrido antes, pero no a la escala de lo que está pendiente.

Con el régimen regulador vigente, el colapso financiero actual significa que el dinero se sustraerá de la economía y se concentrará junto con toda la riqueza en unas pocas manos. Una economía moderna no puede funcionar sin dinero y sin empresas que sirvan de distribuidoras de alimentos, bienes y servicios. Webb señala que es una oportunidad perfecta para que los bancos centrales introduzcan la Moneda Digital del Banco Central (CBDC) con la que han estado experimentando.

La provisión de CBDC a la población proporcionaría un suministro de dinero e ingresos a una población sumida en el caos total y restauraría el orden en una población agradecida. Pero también daría el control total a los gobernantes. Webb cita a Augustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales, quien dice que la diferencia clave entre la moneda actual y la Moneda Digital del Banco Central es que con la CBDC el banco central sabrá cómo utiliza cada persona su asignación de moneda digital, lo que le da al banco central un control absoluto sobre ti a través de la capacidad de regular tus compras, de desactivar las compras desaprobadas, de disciplinar a los disidentes. Se te suministrarán los medios de vida siempre que tengas una buena puntuación de crédito social, lo que significa que no eres un disidente de las narrativas oficiales.

Webb cree que este resultado es la intención de los cambios normativos y se corresponde con la agenda del Foro Económico Mundial: "no poseerás nada". Hay mucho en los documentos reguladores que apoya la creencia de Webb. Por ejemplo, la Guía 2022 de la Junta Única de Resolución para que los bancos se preparen para una "liquidación solvente" es un indicio de que se está preparando un acontecimiento. El Programa de Trabajo 2023 de la Junta Única de Resolución afirma:
"El año 2023 será el último de un período transitorio para el establecimiento de los principales elementos del marco de resolución en la Unión Bancaria".
En otras palabras, todo está en su sitio.

No importa si Webb tiene razón en que el régimen regulador que se ha establecido equivale a una restauración deliberada del feudalismo bajo una gestión de alta tecnología o si las nuevas normas son la consecuencia involuntaria del afán de seguridad de los gobernantes. Lo relevante es que la próxima crisis financiera nos desposeerá no sólo de nuestras pensiones y activos financieros, sino también de nuestra libertad e independencia. Si el pasado nos sirve de guía, la próxima crisis financiera está muy cerca.

Si los megarricos y los grandes intermediarios financieros pueden tomar conciencia de la situación, les convendrá convencer al Congreso de que utilice su poder legislativo para deshacer el sistema regulador de desposesión que se ha creado. Pero se hace tarde.

La gente corriente menosprecia al Foro Económico Mundial y su programa de "no tendrás nada y serás feliz", pero esto es un error. El FEM se fundó hace 53 años y a lo largo de medio siglo ha reclutado a muchas de las personas importantes del mundo de los negocios, las finanzas y la política. Si no eres miembro del FEM y asistes a Davos, estás más abajo en el escalafón. La posición social, política e intelectual depende de la afiliación. Es importante entender que el Gran Reinicio significa la reinstitucionalización del feudalismo.

Obsérvese que también se nos está desposeyendo de nuestros alimentos y a los agricultores del uso de sus tierras: Sin agricultores no hay comida: ¿Te vas a comer los bichos? es un documental original de Epoch que expone la agenda oculta detrás de las "políticas verdes" globales, las historias no contadas de los agricultores obligados a cerrar sus negocios, la alteración que esto tendrá en nuestro suministro de alimentos, y por qué los bichos comestibles de repente están siendo empujados a la vanguardia como una "Solución Verde Global".

El presentador del programa Facts Matter de EpochTV, Roman Balmakov, investiga el panorama rápidamente cambiante de nuestra fuente mundial de alimentos (la industria agrícola) a través de entrevistas con agricultores de los Países Bajos, Sri Lanka y Estados Unidos. Esta es la próxima crisis global que está siendo ignorada por los medios de comunicación del mundo.

Parte 4: En virtud de las enmiendas 5ª y 14ª de la Constitución estadounidense, la transformación de nuestra propiedad financiera en garantía para los acreedores garantizados constituye una expropiación. No sé si la expropiación que existe en los reglamentos puede ser llevada a los tribunales y dictaminada en contra antes de que se produzca realmente una expropiación. Probablemente no.

Por lo tanto, la cuestión es hasta qué punto será eficaz una resolución judicial en una situación de caos financiero. Es evidente que quienes elaboraron la normativa sobre expropiaciones o desconocían la cláusula de expropiación o no esperan que prevalezca una sentencia constitucional.

Si la profesión jurídica se ocupara de este asunto, quizá el descrédito de la normativa la haría inútil y obligaría a los reguladores financieros y al Congreso a encontrar otras soluciones al problema. Está claro que hay que abolir la capacidad de crear cantidades infinitas de derivados.