Algunos miembros de la banda criminal salvadoreña eran satanistas intransigentes que adoraban al diablo y llegaron a practicar horribles sacrificios de animales, lo que se mantiene a día de hoy, según un experto.
© Reuters / Jose CabezasMiembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) en la cárcel de máxima seguridad en Zacatecoluca, El Salvador, 12 de octubre de 2017.
La primera oleada de refugiados salvadoreños que huyeron de la guerra civil en este país y que se establecieron en Los Ángeles no fueron bien recibidos por la población latina y negra del área, por lo que
muchos niños refugiados de El Salvador se convertían con frecuencia en víctimas de grupos criminales locales. En consecuencia, entre los años 80 y 90 se originó en Los Ángeles una nueva pandilla formada por jóvenes refugiados que se hacían llamar a sí mismos Mara Salvatrucha, también conocida como MS-13, recuerda el diario
The Washington Post.
La pandilla, que comenzó a prosperar rápidamente en el sistema penitenciario, se expandió por el continente e incluso por Europa,
cobrando fama como una de las más brutales de la zona, ya que muchos de sus fundadores tenían experiencia en la guerra de guerrillas, lo que les dio una ventaja significativa frente a sus rivales. Algunos de sus miembros incluso destacaron como
satanistas intransigentes que adoraban al diablo y llegaron a practicar horribles sacrificios de animales, lo que se ha mantenido hasta hoy en día, explica Thomas Ward, profesor de antropología de la Universidad del Sur de California.
Comentario: Suponga que usted es un ser vil y despreciable que pretende arribar a la presidencia de una nación para satisfacer sus más oscuros deseos y saciar su infinita codicia. Evidentemente una vez alcanzada esa posición con promesas de prosperidad y paz que en ningún caso piensa cumplir, lo que resta es poner en marcha su plan de concentrar la riqueza en un reducido sector oligárquico/empresarial del cual usted es miembro. Para tal fin no queda más remedio que hacer miserable la vida de muchas personas (empezando con los más vulnerables en términos materiales) quitando subsidios, aumentando astronómicamente los impuestos y el costo de servicios, abriendo las importaciones para destrozar al pequeño empresario, desindustrializando al país dejando a millones sin trabajo y precarizados, eliminando la influencia de los sindicatos para quitarle fuerza de negociación al trabajador y deteriorar su salario y condiciones de trabajo,... en fin, tomar cientos de decisiones impopulares que indefectiblemente provocarán grandes protestas y caos social.
La única forma de llevar adelante estas canallescas medidas, es montando simultáneamente un aparato estatal represor que esté a la altura de las circunstancias, y darle vía libre para ejercer violencia e impunidad. ¡Esto es lo que sistemáticamente ha hecho ese remedo humano llamado Mauricio Macri!
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