Los hosteleros onubenses han percibido un 50% de ingresos menos con respecto al verano pasado.

Las bajas temperaturas que en en los últimos dos meses se han sentido en Huelva han provocado un efecto rebote en la hostelería: pocas personas personas van a las playas y, como consecuencia, también pocas consumen en los chiringuitos. En junio y julio de este año las ventas han caído un 50% con respecto al mismo periodo del año anterior, según informa la Asociación Provincial de Chiringuitos de la ciudad andaluza.
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Al mal tiempo se suman los métodos de ahorro adoptados por los visitantes. En vez de sentarse en las terrazas, muchos han decidido llevar la comida de casa. Por eso, las neveras con bebidas y bocadillos son una imagen recurrente entre los bañistas.

Los hosteleros onubenses han reconocido que para ellos este ha sido un verano "muy frío" tanto en temperaturas como en ingresos. Pero están esperanzados en que, con la mejora del tiempo en agosto, se incremente también el número de clientes.