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En Estados Unidos se investiga un nuevo escándalo relacionado con el tema del maltrato a los niños adoptivos procedentes de Rusia.

Esta historia ha visto la luz de un modo curioso: en noviembre del año pasado en el 'show' televisivo Dr Phil, popular en Estados Unidos, se presentó un vídeo con la participación de Jessica Bigley, una ciudadana de Anchorage, en el Estado de Alaska. La mujer se quejaba de que no podía 'controlar' a su hijo y demostró los métodos de 'educación' que aplicaba con el chico, como hacerle tragar a la fuerza salsa tabasco o ducharle con agua fría. En el vídeo el niño se arrepiente con timidez y durante 'el proceso educativo' grita desesperado. El público que asistió al estudio del programa televisivo en ese momento condenó duramente a la mujer.

Lo más impactante del caso es que el vídeo fue presentado en el programa por la misma protagonista que, por lo visto, no veía nada delictivo o incorrecto en sus acciones, sino que calificaba sus métodos como una "psicoterapia". Jessica y su marido, un policía de Anchorage, exjuez de instrucción, tienen en total 6 hijos, dos de los cuales son los gemelos rusos de siete años Daniil y Oleg, procedentes de la ciudad de Magadán. La familia profesa la religión mormona.

Miles de personas vieron la grabación del show Dr Phil, pero no ha sido hasta ahora que se ha sabido que el niño torturado en el vídeo es un hijo adoptivo de origen ruso. Daniil Bujárov, de siete años, permanece con su familia adoptiva.


La Fiscalía local ha iniciado un proceso penal contra la mujer y se espera que el 28 de enero tenga lugar una sesión del tribunal donde se presentarán oficialmente cargos contra Bigley. La mujer ya ha contratado a un abogado, lo que hace suponer que no tiene la intención de declararse culpable. De todos modos, según las leyes de Anchorage, este caso es calificado como una infracción relativamente no grave, con lo que la estadounidense podría ser sancionada con un año de prisión o una multa de 10.000 dólares.

Sin embargo, la embajada de Rusia en Washington y el Consulado General en Seattle ya están informados del caso y han tomado cartas en el asunto. En poco tiempo se organizará una visita del cónsul ruso a Anchorage. Ante todo, pretende comprobar cómo se sienten los niños.

No es la primera vez que unos padres adoptivos norteamericanos maltratan a sus hijos. Desde 1991, 16 niños adoptados en Rusia han muerto a causa de las torturas que les infligieron sus padres adoptivos en Estados Unidos. El caso de Vania Skorobogátov, de 7 años, que murió de hambre y de múltiples contusiones en la casa de sus padres adoptivos y el de Artiom Savéliev, que fue enviado solo en un avión desde Washington a Moscú, han provocado la indignación pública. Por exigencia de Rusia, las partes iniciaron negociaciones para elaborar un acuerdo que especifique los detalles de la adopción de niños rusos por padres norteamericanos. El documento todavía no se ha firmado.