La paciencia de los comerciantes, hosteleros y vecinos hongkoneses comienza a agotarse tras 10 días de protestas.

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© Ria Novosti, Valery Melnikov
Aunque el número de estudiantes se ha reducido a apenas unos cientos, el movimiento sigue ocupando zonas clave de en Admiralty, Wanchai y Causeway Bay.

Las organizaciones de estudiantes acordaron con el Gobierno regional empezar a negociar el viernes por la tarde pero decidieron mantener los campamentos a la espera de ver cómo se desarrollan las conversaciones.

Una veintena de grupos de comerciantes han participado en varios actos para presionar a los estudiantes para que abandonen las calles y permitan que la ciudad recupere su pulso.

"Entiendo que los estudiantes perderán su fuerza para negociar una vez terminen las ocupaciones. Es difícil pedirles que se vayan de todas las zonas, pero podrían abandonar las de Wanchai y Causeway Bay y reagruparse en Admiralty", ha señalado Felix Chung Kwok-pan, vicepresidente del Partido Liberal.

Chung ha enviado la propuesta a Benny Tai Yiu-ting, uno de los fundadores del Movimiento cívico Occupy Central que lideró las protestas.

El dueño de una cadena de restaurantes ha denunciado que pierde unos 100.000 dólares hongkoneses diarios (casi 13.000 dólares). "No planeamos darles vacaciones impagadas a nuestros trabajadores para minimizar los gastos, pero muchos de ellos son los que llevan el pan a su casa", ha afirmado al diario local South China Morning Post.

"Sólo hemos tenido un cliente esta mañana. Yo cobro a comisión, así que esto es un desastre. Por ahora aguanto porque simpatizo con las protestas, pero ven a preguntarme dentro de un mes y posiblemente te contestaré diferente", decía dos días atrás Vincent Tong, dependiente de 28 años de una joyería en Wanchai.

Otros comerciantes con menos paciencia y afinidad a las reclamaciones estudiantiles han protagonizado incidentes cada vez más frecuentes en los últimos días. Uno de ellos se arrodilló ayer ante los estudiantes para rogarles que se fueran porque tenía que alimentar a sus dos hijos y padres septuagenarios. La escena se ha extendido por Hong Kong a través de las redes sociales.

Los minoristas han lamentado la caída de las ventas la pasada semana, tradicionalmente una de las más propicias del año para los negocios por el aluvión de turistas del interior. Las ventas disminuyeron entre un 15% y un 50% respecto al pasado año, según la Asociación de Gestión de Minoristas de Hong Kong.

Los sectores más afectados fueron relojería, joyería, moda y catering. Las pequeñas y medianas empresas también han declarado unas pérdidas que alcanzan en algunos casos el 80%.

Esta es la primera vez que las ventas caen en la semana de vacaciones de octubre desde 2003, cuando Pekín permitió la entrada de turistas chinos a Hong Kong.