El vídeo en el que se ve a la futura reina Isabel II haciendo el saludo nazi ha tenido un efecto bomba en la prensa y ha sido una gran conmoción en el Reino Unido. Karina Urbach, experta en los vínculos de la aristocracia con el régimen nazi, ha explicado cómo la conexión de la familia real británica con los nazis pasó por la España de Franco, con qué está relacionado su interés por el fascismo y cómo debería reaccionar el Palacio de Buckingham ante la filtración del vídeo.

En las polémicas imágenes publicadas la semana pasada por 'The Sun' aparece la futura reina Isabel II cuando tenía unos seis años haciendo el saludo nazi junto a su hermana Margaret, su madre (la entonces princesa Isabel, duquesa de York) y su tío Eduardo. A la princesa Isabel también se la ve haciendo el saludo como era costumbre en el Tercer Reich.
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© AFP/ COLLECTION ROGER-VIOLLET

El vídeo en blanco y negro, sin sonido y de 17 segundos de duración fue grabado en la década de 1930 en el castillo de Balmoral, la residencia de verano de la familia real británica en Escocia.

El Palacio de Buckingham emitió inmediatamente una declaración donde expresa su "decepción" por la publicación del vídeo. "Es lamentable que esta película rodada hace ocho décadas y, al parecer, propiedad del archivo personal familiar de Su Majestad, haya sido obtenido y utilizado de esta manera", declaró un representante de la monarca.

"El anticomunismo de la familia real explica su interés por el fascismo"

Karina Urbach, historiadora de la Universidad de Londres que prepara el lanzamiento de su libro 'Go-Betweens for Hitler' ('Los mediadores de Hitler'), ha revelado en una entrevista a 'El Mundo' cómo se explica el interés de la famila real británica por el fascismo y cómo las conexiones del duque de Windsor con los nazis pasaron por la España de Franco.

La experta opina que mientras que no se puede culpar a la reina, que entonces tenía seis o siete años, por el saludo nazi, "su madre no debería haber cometido la ligereza de participar en algo así".

La reina madre y Jorge VI "apoyaron la política de apaciguamiento hacia Hitler del primer ministro Neville Chamberlain" y les llevó tiempo entender que Churchill había obrado correctamente al plantarse ante Hitler, aunque "una vez cayeron las bombas sobre el Reino Unido, la reina madre se comportó admirablemente", aseguró la historiadora.

Asimismo, indicó que la visión positiva del fascismo que mostraba la familia real estaba probablemente relacionada con su anticomunismo. "Creo que es una de las razones por las que algunos miembros de la realeza se sentían atraídos por la idea", dijo.

El duque de Windsor, Hitler y Franco

Quien más favoreció al fascismo alemán de la familia real británica fue Eduardo VIII, el jefe de Estado del Reino Unido del 20 de enero de 1936 hasta el 11 de diciembre del mismo año, posteriormente conocido como 'el duque de Windsor'. La prueba más contundente de esta conexión la encontró la historiadora en España, en los papeles de Franco.
Pienso que van a intentar impedir una seria investigación histórica todo el tiempo que les sea posible
Así, Urbach descubrió que durante un encuentro que mantuvo el duque de Windsor con su viejo amigo el diplomático Javier Bermejillo en junio de 1940 en España, Eduardo le contó a su confidente su frustración por la marcha de la guerra, de la que culpaba "a los judíos y a los rojos", e incluso llegó a decir que "si los alemanes bombardearan Gran Bretaña, eso podría traer la paz".

"Parece que tiene muchas esperanzas en que algo así ocurra, él quiere la paz a toda costa", reconoció Bermejillo.

Su informe fue enviado a Franco y después a los alemanes, que empezaron el 10 de julio de 1940 los bombardeos sobre el Reino Unido.

Las misteriosas conexiones de Eduardo con el régimen de Franco siguieron después de la guerra, e incluso se fue de vacaciones a Marbella y estuvo alojado en la casa de la familia Bismarck.

Reacción de la Casa Real

Según la experta, es sorprendente que se haya filtrado el polémico vídeo, ya que "es casi imposible sacar nada del castillo de Windsor": los Archivos Reales han evitado a toda costa cualquier información sobre documentos de los últimos 80 años.

En su opinión, en vez de abrir una investigación interna y amenazar con los tribunales, la Casa Real debería admitir de una vez que el duque de Windsor era un simpatizante nazi, empezar a trabajar con los historiadores sobre este asunto y abrir sus archivos para una investigación completa, lo mismo que debería hacer la familia real española.

Sin embargo, el problema de los archivos reales de Europa es que "contienen material internacional", por lo cual, si uno de ellos lo abre, el resto no tendrá más remedio que hacerlo.

"A mí me gustaría que esto sucediera, pero creo que van a intentar impedir una investigación histórica seria todo el tiempo que les sea posible", lamentó la historiadora.

"Pero podemos luchar por ello. Los historiadores y los periodistas no podemos ser condescendientes", concluyó.