Azada y balancín: una azada (a la izquierda) y un balancín (a la derecha) en miniatura.
© Anthropology Museum, University of WinnipegAzada y balancín: una azada (a la izquierda) y un balancín (a la derecha) en miniatura.
La Colección Hetherington, de la Universidad de Winnipeg, está formada por 450 artefactos egipcios que fueron adquiridos en 1903 y en 1925

Las dos piezas de la izquierda forman una azada: el palo de la derecha se ensarta en la parte superior del palo de la izquierda. Las dos piezas de la derecha forman un balancín: faltan los palos centrales o ejes que las unen. Todos estos objetos de madera son miniaturas: los de la izquierda miden unos treinta centímetros de longitud y los de la derecha unos centímetros menos. Reproducen dos objetos egipcios relacionados con la construcción, pero son simbólicos, nunca fueron utilizados como tales. Formaban parte de un depósito fundacional, es decir, fueron depositados en un foso antes de la construcción de un templo o una tumba. Hoy colocamos la primera piedra antes de iniciar una obra.

Estas piezas han sido sacadas de una colección de 450 artefactos egipcios procedente de la Universidad de Winnipeg, situada en la ciudad homónima, en Canadá. "Las circunstancias por las cuales se adquirió la colección son un misterio, pero no cabe duda de que los objetos son auténticos y de que fueron enviados a la universidad, al menos, en dos traslados: uno en 1903 y otro en 1925, seguramente a través de la Egypt Exploration Society", informa la Universidad de Winnipeg en un comunicado.

Luther Sousa, graduado recientemente por dicha universidad y quien también estudió en la Universidad Americana de El Cairo, ha descifrado los cartuchos de ambas piezas. "Los jeroglíficos sugieren firmemente que los objetos pertenecieron a la reina Hatshepsut, de la dinastía XVIII de Egipto", afirma Sousa. "La escritura incluye su cartucho [Maatkare], además del nombre de la ubicación del templo de Hatshepsut", añade.

Sousa cree que ambos objetos fueron incluidos en un depósito de fundación del templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el Bahari. "Se trata de un hallazgo excepcional", según Val McKinley, conservador de la Colección Hetherington, especialmente porque Hatshepsut fue una de las contadas mujeres que alcanzaron el rango de faraón, dirigiendo el país del Nilo durante algo más de veinte años.