Honduras vive una de las peores crisis de su historia reciente, producto de un fraude electoral del cual la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que postulaba a Salvador Nasralla en las elecciones presidenciales del pasado noviembre, asegura haber sido víctima.
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Esta crisis, que lejos de resolverse se profundiza cada día más, dejando una estela de muertos, heridos y detenidos mientras la denuncia nacional e internacional de fraude se acompaña por una constante movilización social reprimida sin piedad, en particular por la Policía Militar y las Fuerzas Armadas, pese a las advertencias al Gobierno Hondureño de la ‎Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ‎‎(OACNUDH).

El próximo 27 de enero, el actual presidente, Juan Orlando Hernández, tomará posesión de su segundo mandato después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras lo proclamara el pasado 17 de diciembre ganador de los comicios presidenciales con el 42,95 % de los votos, frente al 41,42 % conseguido por su principal rival, Nasralla.

Estas cifras difieren de los resultados iniciales, que mostraban que Nasralla lideraba el escrutinio. Al día siguiente de los comicios, el organismo electoral anunció que Hernández estaba cerrando la brecha. De repente, dejó de publicitar el recuento, alegando que su sistema electrónico había fallado, lo que provocó críticas de los observadores electorales de la Unión Europea (UE).

El anuncio de que Hernández había superado a Nasralla en el conteo de votos fue recibido con incredulidad y provocó múltiples manifestaciones en el país, que se han saldado hasta el momento, según el segundo informe del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), con 30 asesinados en menos de dos meses, más de 200 heridos y más de mil personas detenidas.

De acuerdo con la principal fuerza de oposición, lo que se llevó a cabo el 26 de noviembre en los comicios fue un colosal fraude electoral, con el cual el presidente Hernández pretende perpetuarse en el poder, desatendiendo la voluntad del pueblo hondureño, por lo cual segura que no reconocerá al nuevo Gobierno.