La locomotora europea está detenida en una vía muerta dentro de un túnel. Francia y Alemania pretendían seguir avanzando en la unión política, económica y militar de los 27, pero sus problemas internos han frenado en seco sus pretensiones continentales.
Merkel Macron
© REUTERS / Fabrizio Bensch
La crisis suscitada por la protesta de los 'chalecos amarillos' en Francia ha dejado a Emmanuel Macron debilitado y representando en solitario la imagen de la peor crisis que vive su país desde las revueltas del llamado Mayo del 68. En solo 18 meses, su aura de político renovador y osado puede haberse ido al traste definitivamente entre sus compatriotas. Y ni siquiera la mayoría absoluta con la que cuenta en la Asamblea puede servirle para recuperar una autoridad que es rechazada desde las rotondas y los peajes de provincias hasta las principales avenidas de la capital francesa.


Comentario: Macron nunca gozó de la imagen de innovador, más bien siempre tuvo la imagen de niño inexperto que venía a intentar convencer al pueblo francés para que sacrificaran su bienestar por el sueño neoliberal.


Cuando el presidente francés celebró por primera vez en público su victoria, quiso que el Himno europeo resonara en el escenario. Hoy, los 'chalecos amarillos' tienen como banda sonora La Marsellesa que, si fuera del Hexágono es cantada como una marcha de liberación internacional, en su país se ha convertido en una alarma para ocuparse de los problemas internos, del día a día de los trabajadores más pobres y de la clase media pauperizada.

​Angela Merkel no tiene la mayoría en el Bundestag, pero sus administrados no se han levantado, de momento, contra la política económica y social de la coalición conservadora-socialista, sino contra sus decisiones en el asunto de la inmigración. Sus malos resultados electorales en las elecciones generales de 2017 y en las consultas regionales posteriores han obligado a la líder de la primera potencia europea a programar su retirada política al final de su actual mandato, en 2021.

Merkel deja como legado la irrupción en las cámaras legislativas federal y regionales del partido Alternativa para Alemania (AfD), de carácter nacionalpopulista, una nueva nube negra en el escenario que liberales y democristianos europeos querían dibujar para el futuro firmamento del club comunitario.

Macron y Merkel utilizaron la celebración del Armisticio de la Primera Guerra Mundial para intentar profundizar en la convergencia económica y de defensa europea. En una reunión posterior en Berlín, Macron insistió en el Bundestag sobre la necesidad de tirar del carro europeo ante la fuerza que fuerzas nacionalpopulistas están obteniendo en Europa.


Comentario: Gracias a las acciones de Europa como parte de la OTAN en Medio Oriente y África, y el trabajo de propaganda en contra de los musulmanes por más de una década como parte de la guerra contra el terrorismo de Washington.


La arrogancia que los 'chalecos amarillos' reprochan a Emmanuel Macron también se puso de manifiesto cuando, pretendiendo erigirse en el jefe de la cruzada contra el populismo europeo, insultaba a gobiernos vecinos como "una lepra" que había que atajar.

Merkel se desentiende de Macron

Ahora, esos dirigentes europeos que se sentían insultados desde el Elíseo sonríen ante la inmensidad de la crisis interna a la que Macron hace frente y que le deja al desnudo en el escenario continental. Porque, está claro, Merkel tampoco le va a servir de mucha ayuda.

Dice el director del Instituto Jacques Delors, Sebastien Maillard, que "ya nadie va a escuchar en Europa a Angela Merkel". "Es un duro golpe para Europa" -subraya Maillard- "ya que su retirada va a hipotecar los grandes retos europeos, empezando por la emigración".

En Francia, si antes eran todo loas a la Canciller, desde que su debilidad política se ha hecho irrecuperable se empieza a criticar su falta de interés comunitario. Así, Maillard insiste en que "Angela Merkel nunca ha tenido una clara visión sobre Europa".

Otra experta francesa, Coralie Delaume, va más allá y en su libro 'La pareja franco-alemana no existe' expone que la Unión Europea está dirigida desde Berlín, que se ha beneficiado de la creación del mercado único y de la moneda común que el resto de sus socios deben sufrir.

Delaume considera que el mercado único ha debilitado a la periferia de la UE y es en parte causante de la fractura sicológica que provoca que desde el Norte del continente se considere a los países del Sur como 'pigs' (iniciales en inglés de Portugal, Italia, Grecia y España).

Traducción del tuit: Protestas en Europa en el ultimo mes.
Si Macron lo tenía ya difícil para encabezar la cruzada liberal contra los defensores de una Europa que prefiere la preponderancia del estado/nación a la superestructura bruselense, ahora ya no podrá apoyarse en su legitimidad dentro de su propio país

Los 'chalecos amarillos' son los primeros europeos en gritar su desesperación contra las bondades de la globalización, de la apertura de mercados, de la desaparición de barreras comerciales, de la libre circulación de mercancías y personas...Y no por ánimo antieuropeo, sino por sufrir las consecuencias de decisiones que rechazaron. Porque cuando se les ha preguntado por referéndum, dos veces, sobre asuntos comunitarios, dijeron "no", y su opinión no se tuvo en cuenta.

Emmanuel Macron se planteó la cita electoral europea de mayo como un desafío al nacionalpopulismo que se extiende imparable sobre Europa. Una guerra que él quería encabezar para atajar la "lepra" en su país y en el resto del continente. Sus enemigos designados no pueden sino festejar ante las imágenes de caos que París y otras ciudades francesas ofrecen al mundo, mientras Angela Merkel prefiere callar. Macron reconoce el "estado de urgencia social" de Francia. No es solo una figura retórica. En esas condiciones, reconoce que ha perdido municiones para la gran batalla europea.