Al menos 30 ballenas han aparecido muertas en las costas del Golfo de Alaska desde el mes de mayo, un hecho que ha dejado perplejos a los científicos, ya que nunca antes se había visto un episodio de mortandad de estos animales tan elevado en esa zona.
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© NOAA
Los expertos advierten que todavía es pronto para sacar conclusiones sobre qué pudo causar la muerte de esos cetáceos aparentemente sanos, aunque sí hay un sospechoso. Se trata de una enorme floración de algas de la familia Pseudo-nitzschia, que desde hace unos meses está afectando a las aguas de la costa oeste de Norteamérica, desde el sur de California hasta Alaska.

Esta marea de algas, la mayor de su tipo jamás registrada, viene acompañada de una alta concentración de ácido domoico, una neurotoxina que está causando estragos en la fauna de la región. El ácido domoico se acumula en las sardinas, anchoas y otros peces pequeños que se alimentan de las algas, así como en los moluscos.

Ello hace que los mamíferos y pájaros que se comen a esos peces enfermen a causa de la toxina, que también puede afectar a los humanos que consumen moluscos contaminados, produciendo la "intoxicación amnésica por mariscos", que en los casos más graves puede llegar a causar daños cerebrales permanentes e incluso la muerte.

En los últimos meses se ha registrado una alta mortandad de leones marinos y de ciertas especies de aves, por lo que no se descarta que ácido domoico haya podido tener algo que ver en la muerte de las ballenas encontradas en Alaska.

La alta concentración de esta toxina en aguas de los estados de Washington y Oregón hizo que las autoridades ordenaran la paralización de las actividades de la industria marisquera, causando pérdidas millonarias.

Un misterio Como en otras regiones del planeta, las floraciones de algas unicelulares como la Pseudo-nitzschia no son inusuales en la costa oeste de Norteamérica, aunque la registrada desde el pasado mes de mayo ha sorprendido a los científicos por su magnitud y duración en el tiempo.

"Es la marea de algas más grande que hemos visto desde que en 1991 empezamos a tomar muestras en el océano. Nunca había sido tan grande o tóxica como ésta", explica en conversación con BBC Mundo Vera Trainer, experta de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).

"Está formada por organismos microscópicos que puede formar grandes cadenas de 20 y 30 células. Cuando se encuentran más de un millón de células por litro es cuando el agua cambia de color", señala Trainer. Según la experta de la NOAA, "se trata de un fenómeno natural que suele ser beneficioso, ya que las algas producen el 50% del oxígeno de nuestro planeta".

"El problema con la Pseudo-nitzschia es que puede producir ácido domoico, que no solo es dañino para los animales sino también para los humanos". Según Trainer, la actual floración puede estar relacionada "con las temperaturas inusualmente altas que se han registrado en la costa del Pacífico de Norteamérica en los últimos meses". Es lo que los científicos han bautizado como "la mancha" (The Blob, en inglés).

Los expertos de la NOAA llevan meses tomando muestras del océano para seguir la evolución de las algas. Se trata de una enorme masa de agua caliente de unos 1.600 kilómetros de longitud y unos 90 metros de profundidad que se extiende a lo largo de la costa, desde Alaska hasta México y cuya temperatura en algunos lugares es unos 2.7 ºC superior a la media. Los científicos creen que la mancha de agua caliente podría ser resultado de un inusual sistema de alta presión que se instaló a fines de 2013 en el noreste del Pacífico, calmando las aguas oceánicas y haciendo que éstas no se enfriaran en invierno como es habitual.

Este sistema sería el causante también de la falta de precipitaciones que se ha registrado en los dos últimos años en el suroeste de EE.UU. y de los duros inviernos que se han vivido en el noreste del país.

Según le explicó a BBC Mundo Nicholas Bond, investigador del Instituto Conjunto para el Estudio de la Atmósfera y el Océano de la Universidad de Washington (JISAO, por sus siglas en inglés), "esa agua caliente ha tenido un gran impacto en los ecosistemas marinos del océano".

"Es un problema importante para la cadena alimenticia de la que dependen muchos animales", señaló el experto. Vera Trainer, de la NOAA, cree que la mancha de agua caliente junto con la presencia de "algunos tipos de nutrientes" podría estar detrás de la marea de algas que aftecta la costa pacífica norteamericana.

"Son como las plantas de un jardín, que cuando llega el buen tiempo y el calor crecen más rápido", apunta. Algunos científicos creen que el aumento en el uso de fertilizantes en las zonas agrícolas cercanas a la costa podría estar jugando un papel importante en la actual floración, aunque Trainer lo descarta en el caso, por ejemplo, del estado de Washington, donde las algas han aparecido "en aguas impolutas".

La experta de la NOAA piensa que es probable que la marea de algas tóxicas siga afectando la región hasta el inicio de las tormentas invernales a partir de octubre, que podrían contribuir a que se disipe.