Los refugiados comenzaron a sospechar que algo ocurría al observar el despliegue policial. La policía intentó bajar a los estimados 300 refugiados para después trasladarlos en autobuses a un centro de acogida no especificado, aunque los pasajeros comenzaron a protestar por no querer ir a un campamento. "No camp! No camp!", gritaban muchos de ellos. (No al campamento).
Behind the riot police 100+ refugees have been corralled. Say the won't be taken to camps. Rest held on train pic.twitter.com/NZG9KCkkB8
— James Mates (@jamesmatesitv) septiembre 3, 2015
Los refugiados comenzaron a salir a la fuerza del tren, pero la policía no logró controlarlos y se vivieron escenas de desesperación. Algunas personas se lanzaron a las vías mientras pedían no ser trasladados a este lugar, no quedarse en Hungría.
Man and wife with tiny baby throw themselves onto track demanding not to be taken to camps. Getting c distressing pic.twitter.com/ploEd11rAH
— James Mates (@jamesmatesitv) septiembre 3, 2015
Paramedics being called for as one refugee, said to be diabetic, collapses on platform outside train. pic.twitter.com/SAMDU4jmYM
— James Mates (@jamesmatesitv) septiembre 3, 2015
El tren había partido abarrotado de refugiados a las 11.18 hora local (09.18 GMT) de Budapest hacia la ciudad de Sopron, en el noreste de Hungría, junto a la frontera con Austria, según pudo comprobar Efe.
La información de la retención del tren parece haber llegado con rapidez a los refugiados en Budapest y en el siguiente tren que partió a Sopron ya no había refugiados.
La ciudad de Bicske se encuentra a menos de 10 kilómetros al norte de Felcsut, el poblado natal del primer ministro húngaro, el conservador nacionalista Viktor Orbán, artífice de la política de mano dura frente a los refugiados en Hungría.
Durante la jornada de este miércoles, centenares de refugiados protestaron por segundo día ante la estación Keleti de Budapest con gritos de "Libertad, libertad" para solicitar que les dejen embarcar en trenes con destino a Europa Occidental, mientras que miles de húngaros clamaron en la calle contra la política migratoria del Gobierno.
El caos reinante en los alrededores de la estación de Keleti y la desesperación de más de un millar de personas que duermen al raso, con apenas unas mantas o cartones sobre el suelo, se ha convertido en el último símbolo de una crisis migratoria que ha desbordado a Europa.
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