Investigadores estadounidenses han confirmado la existencia de un circuito neuronal fundamental en la toma de decisiones y en la plasticidad del cerebro de los adolescentes; y que determinados factores como el estrés, la privación del sueño y el sonido pueden influir en dicho circuito. El hallazgo permitirá entender mejor ese momento de nuestra vida y adoptar, si cabe, medidas sociales para evitar graves problemas futuros a causa del estrés en esta etapa.

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La adolescencia es un momento complicado en la vida de las personas. Además, también plantea un reto constante para los padres y los profesores que se tienen que enfrentar a jóvenes impulsivos y, muchas veces, incomprendidos. Por esta razón siempre es bienvenido cualquier trabajo que ayude a entender mejor esta fase de la vida ya que mejorará los procesos de interacción con ellos.

En un reciente artículo publicado en la revista Anatomy and Phisiology investigadores estadounidenses han estudiado la plasticidad neurológica en la adolescencia. En este período las personas se caracterizan, a nivel psicológico, por tomar decisiones arriesgadas e impulsivas. Pero, éste es un proceso multifactorial y es, precisamente, en esta etapa cuando diferentes regiones del cerebro están madurando. Por lo que la toma de decisiones puede seguir diferentes trayectorias, ya que factores genéticos y ambientales se unen en el desarrollo de los circuitos neuronales.

La importancia del sonido

Neurobiológicamente, varias regiones del cerebro continúan madurando durante la adolescencia. De tal manera, que la forma en la que respondemos a determinadas situaciones, está "controlada" por el cerebro y mediada por los estímulos externos. Este hecho, hace que dichos estímulos influyan de manera importante en nosotros, pudiendo llegar a condicionar positiva o negativamente nuestra vida.

Determinados estímulos sensoriales, como el sonido, pueden aumentar la conectividad sináptica. Esto supone un incremento de plasticidad neuronal, trayendo consigo mejoras psíquicas. Ahora bien, factores como el estrés, la ansiedad y la privación del sueño, pueden generar desequilibrios internos que provocan graves problemas en nuestro cerebro.

Los adolescentes suelen ser inseparables de su música y, además, muestran un entusiasmo especial por hablar con sus amigos. Esta conducta tiene su explicación biológica en la oxitocina, una hormona involucrada en las relaciones sociales. En este sentido, se ha comprobado que sólo el mero hecho de escuchar sonidos de una conversación y participar en ella con otras personas, puede provocar la liberación de esta molécula.

¿Y cómo ocurre esto? Kanwal y colaboradores afirman que la plasticidad de la parte frontal de la amígdala (asociada a emociones como miedo y agresión) y en la parte fronto-estriatal (vía nerviosa que media funciones motoras, cognitivas y de comportamiento) se ve condicionada por la liberación de oxitocina en la adolescencia. Por ello, es posible inferir que la música, en este periodo, puede traer consigo consecuencias positivas para el futuro. Además de potenciar la sociabilidad.

Ahora bien, todavía no se tienen claros los mecanismos neuronales de cómo sucede todo esto que hemos dicho. Pero, sí es importante el hecho de que estas regiones serán vitales en la toma de decisiones de las personas.

Plasticidad y estrés

La sociedad en la que vivimos ha traído consigo un modo de vida que nos produce un grave inconveniente para nuestro cerebro, el estrés. El entorno que nos rodea nos obliga a cambiar constantemente de actividad, de rol social e incluso de trabajo. El problema con el que nos enfrentamos es que cada vez es más habitual encontrarnos con personas que sufren un típico patrón de estrés a edades cada vez más tempranas.

De hecho, los adolescentes se ven sometidos a altos niveles de estrés a causa de su vida estudiantil, de las relaciones sociales y afectivas, así como de la presión a la que, en ocasiones, se ven sometidos dentro de su entorno familiar.

El estudio del estrés y de la privación de sueño permitió a los investigadores estadounidenses empezar a aclarar los procesos neuronales que intervienen en la plasticidad cerebral en adolescentes. En esta etapa interaccionan, a nivel cerebral, la red de comunicación entre la amígdala, el cuerpo estriado y la corteza pre-frontal, tres partes del cerebro que se comunican entre sí para originar los comportamientos de adolescentes en diferentes situaciones.

La investigación muestra que diferentes regiones del cerebro tienen distintas trayectorias de desarrollo. Durante la maduración de niño a adulto, las regiones prefrontales participan en un aumento lineal en el control cognitivo. En cambio, durante la adolescencia, lo que ocurre es que las regiones límbicas (emocionales) se encuentran cerca de la madurez, mientras que las regiones prefrontales todavía se están desarrollando de forma lineal.

Por último, en el presente trabajo se ha comprobado que el sistema de la dopamina en el cerebro adolescente tiene una gran importancia. La dopamina es un neurotransmisor asociado con la cognición, la búsqueda de recompensa y con ciertos trastornos psicológicos. Además es un elemento fundamental en la toma de decisiones en el cerebro.

Durante la adolescencia se ha podido comprobar que hay un pico, una fuerte liberación, de dopamina. Así mismo, también se produce una fuerte remodelación del sistema de la dopamina. Ello significa que las decisiones en la adolescencia están basadas, en gran medida, en base a procesos psicológicos de recompensa. Esta información puede ayudar a mejorar las relaciones con ellos y la toma de decisiones.


Mirando al futuro

El conocimiento del cerebro es algo enormemente complicado. Esta falta de información es todavía más manifiesta en lo referente al cerebro adolescente. Por esta razón, el trabajo al que hacemos referencia sienta las bases para una futura comprensión del cerebro en esta etapa de la vida.

Pero, además, la información contenida en este estudio también nos da una serie de pautas cruciales para enfrentarnos al complejo mundo psico-social de la adolescencia.

Por último, y como sociedad, sería conveniente interiorizar este tipo de investigaciones para no someter al cerebro humano, en los distintos momentos de nuestra vida, a sobre-esfuerzos innecesarios. En caso contrario podríamos generar graves problemas psico-sociales en nuestros jóvenes.
Referencia bibliográfica:

Kanwal JS, Jung YJ y Zhang M. Brain plasticity during adolescence: effects of stress, sleep, sex and sounds on decision making. Anatomy & Physiology (2016). DOI: 10.4172/2161-0940.1000e135