El medio de propaganda plutocrática MSNBC acaba de publicar un segmento sobre la noticia de última hora según la cual la determinación del médico forense sobre la causa de la muerte de Jeffrey Epstein está "pendiente de más información".
Dilanian, que se tropezó con la frase "teóricos de la conspiración" en su afán por meterla en la primera frase con gancho, es un activo conocido de la Agencia Central de Inteligencia. Esto no es una teoría de la conspiración, sino un hecho bien documentado. Un artículo de 2014 en The Intercept titulado "The CIA's Mop-Up Man" [NdT: "El hombre de la limpieza de la CIA", en español] revela intercambios de correos electrónicos obtenidos a través de la solicitud de la Ley de Libertad de Información entre Dilanian y los funcionarios de asuntos públicos de la CIA que "muestran que Dilanian disfrutaba de una estrecha relación de colaboración con la agencia, prometiendo explícitamente una cobertura de noticias positiva y, a veces, enviando a la oficina de prensa los borradores de toda la historia para su revisión antes de su publicación". No hay razón para darle a Dilanian el beneficio de la duda de que esta acogedora relación ha terminado, así que cualquier cosa que él proponga puede ser desestimada como relaciones públicas de la CIA.
Cuando mencioné los vínculos de Dilanian con la CIA en el video de Twitter de MSNBC, MSNBC borró su tuit y luego lo volvió a compartir sin mencionar el nombre de Dilanian. Aquí hay una captura de pantalla del primer tuit seguido de un enlace incrustado a su tuit actual (que he archivado por si acaso):
Caitlin Johnstone: Para su información, Ken Dilanian es un conocido activo de la CIA.
MSNBC: Después de la autopsia, el médico examinador en jefe de la ciudad de Nueva York dice que la determinación de la oficina sobre la investigación sobre la muerte de Jeffrey Epstein queda "pendiente de mayor información".Hasta que se supo que la autopsia de Epstein no ha podido confirmar el suicidio, los titulares de los medios masivos de comunicación de todo el mundo han estado gritando incuestionablemente que se sabía que esa había sido la causa de la muerte del acusado traficante sexual. Esto a pesar del hecho de que la investigación del FBI ha estado etiquetándolo explícitamente como un "presunto suicidio", y a pesar del hecho de que se cree de forma fehaciente que Epstein estuvo involucrado en una operación de chantaje sexual atada a la Inteligencia que involucró a muchas personas poderosas, de las cuales un gran número tenía mucho que ganar con su muerte.
Muchas personas consultadas en la investigación le dicen a NBC News que el suicidio permanece como la presunta causa de muerte.
Así que las cosas se están moviendo de una manera muy extraña, y la gente está comprensiblemente enloquecida. La respuesta de los responsables de la narrativa de los medios de comunicación ha sido, por supuesto, reprender a todo el mundo como "teóricos de la conspiración".
"Jeffrey Epstein: Cómo se propagan las teorías de la conspiración después de la muerte del financiero", dice un titular de la BBC. "Las conspiraciones del suicidio de Epstein muestran cómo nuestro sistema de información está envenenado", dice uno del New York Times. "Se disparan las teorías de la conspiración por internet tras la muerte de Epstein" advierte The Wall Street Journal. "La muerte del financiero Epstein decepciona a las víctimas, desencadenando teorías de la conspiración", dice el titular de La Voz de América, financiada por el gobierno de Estados Unidos.
Estos medios generalmente coinciden con el tono de Dilanian al tildar de lunático delirante a cualquiera que cuestione la historia oficial sobre la muerte de Epstein. Mientras tanto, los seres humanos normales de todo el espectro político están expresando escepticismo en los medios sociales sobre la narrativa del "suicidio" con la que todos estamos siendo alimentados por los gerentes de la narrativa de la clase política, muchos de nosotros prefiriendo nuestro escepticismo con alguna variación de la frase "No soy un teórico de la conspiración, pero...".
"No soy una teórica de la conspiración, pero hay un montón de gente muy poderosa a la que le gustaría ver desaparecer este asunto de Epstein. ¿Alguien está investigando al guardia de servicio?", dijo en Twitter la actriz Patricia Heaton.
"No me gustan las teorías de la conspiración, pero Epstein tenía información destructiva sobre un número extraordinario de personas extraordinariamente poderosas. No es fácil suicidarse en la cárcel. Especialmente después de haber sido puesto en vigilancia de suicidio. Especialmente después de haberlo intentado", dijo en Twitter el defensor público Scott Hechinger.
La periodista Abi Wilkinson resumió muy bien la tontería de este prefacio tan difundido, tuiteando, "'No soy un teórico de la conspiración' es una afirmación tan extraña cuando se piensa en ello, la idea de que haya sólo un binario entre creer en todas las conspiraciones y rechazar de plano el concepto mismo de conspiración en todas las circunstancias".
De hecho, creo que es justo decir que todo el mundo es un teórico de la conspiración si es realmente honesto consigo mismo. No todo el mundo cree que las historias oficiales sobre el 11 de septiembre y el asesinato de JFK están plagadas de tramas o lo que sea, pero dudo que alguien que realmente se haya sentado y se haya enfrentado sinceramente a la pregunta "¿Conspiran los poderosos?" respondería, si fuera honesto, que no. Algunos son más conscientes que otros de la realidad evidente de que los poderosos conspiran todo el tiempo, y es sólo una cuestión de cómo y con quién y hasta qué punto.
La palabra "conspirar" es definida por Merriam-Webster como "unirse en un acuerdo secreto para realizar un acto ilegal o ilícito o un acto que se convierte en ilegal como resultado del acuerdo secreto". Ninguna persona en su sano juicio negaría que esto es algo que sucede, ni que es probable que ocurra hasta cierto punto entre los poderosos de su propia nación. Esto por sí mismo es una teoría sobre la conspiración por definición, y se aplica con precisión a casi todo el mundo. Dado que se aplica a casi todo el mundo, la etiqueta carece de sentido, ya sea como peyorativa o como cualquier otra cosa.
El sinsentido del término ha sido claramente ilustrado en el escándalo de la "trama rusa", cuyos partidarios reaccionan con indignación cuando alguien señala que están involucrados en una teoría de la conspiración, a pesar del hecho evidente de que eso es exactamente lo que es: una teoría sobre una banda de poderosos conspiradores rusos que conspiran con los más altos niveles del gobierno de Estados Unidos. Su objeción no se debe a la creencia de que no están teorizando sobre una conspiración, sino al hecho de que se les ha aplicado una etiqueta altamente estigmatizada que están acostumbrados a aplicar a otras personas. La etiqueta es rechazada porque su definición real es ignorada hasta el punto de no tener sentido.
El problema nunca ha sido con el término real "teoría de la conspiración"; el problema ha sido con su uso peyorativo, deliberado y completamente sin sentido. La mejor manera de abordar este problema sería un movimiento populista para desestigmatizar la etiqueta asumiendo la propiedad de la misma. El mes pasado, el profesor de la Universidad de Cornell Dave Callum tuiteó: "Soy un 'teórico de la conspiración'. Creo que los hombres y mujeres ricos y poderosos conspiran. Si no lo crees así, entonces eres lo que se llama 'un idiota'. Si crees cosas pero le temes a la etiqueta, eres lo que se llama 'un cobarde'". Esto es lo que todos debemos hacer. El debate debe trasladarse por la fuerza desde la absurda cuestión de si las conspiraciones son o no una cosa hacia la importante cuestión de qué teorías de la conspiración son válidas y hasta qué punto.
Y probablemente deberíamos darnos prisa. Yahoo News informó a principios de este mes que el FBI publicó recientemente un boletín de Inteligencia en el que describía como una amenaza creciente a los "extremistas nacionales impulsados por las teorías de la conspiración", y esto fue antes de que la reciente ola de tiroteos en EE.UU. hiciera que los creadores de narrativas de la clase política presionaran para que se aprobaran nuevas leyes nacionales sobre el terrorismo. Esto, combinado con el hecho de que ni siquiera podemos hacer preguntas sobre eventos extremadamente sospechosos como la muerte de Jeffrey Epstein sin ser tratados con este peyorativo sin sentido por la policía del pensamiento desde los medios de comunicación de masas, significa que corremos un riesgo extremo de ser empujados a algo mucho más orwelliano en el futuro cercano.
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