Traducido por el equipo de editores de Sott.net en español
Un recordatorio pertinente dada la situación actual: A los que atacan a Rusia tradicionalmente no les ha ido bien. Mussolini envió un ejército de 250.000 efectivos para ayudar a Hitler a invadir Rusia; casi todos murieron congelados.
¡Madre mía! ¿Por qué, en el nombre de Dios, se morían de frío los campesinos italianos fuera de Stalingrado? Deberían haber estado en casa comiendo pasta en Palermo, o ternera en Venecia, durante ese amargo invierno de 1942-43. En vez de eso, estaban siendo pisoteados en la nieve por olas de tanques soviéticos que se habían materializado como demonios de las nieblas heladas de la vasta estepa rusa.
Algunos soldados italianos lucharon y otros huyeron. Muchos fueron asesinados, y los que no, desaparecieron en los campos soviéticos de prisioneros del Gulag. Casi la mitad de los italianos que lucharon en Rusia nunca llegaron a casa. ¿Pero qué demonios
estaban haciendo en Rusia?
Culpa a la megalomanía de dos dictadores. El primero es Adolf Hitler, quien concibió y ordenó la
Operación Barbarroja, la fatídica invasión de la Unión Soviética en junio de 1941. El segundo fue Benito Mussolini, el príncipe payaso de los déspotas, que envió a 115.000 italianos a morir en un conflicto al que no pertenecían.
Comentario: También existen otros hallazgos y teorías que están cambiando nuestra idea actual acerca de la evolución humana: