"Estamos seguros de que todos los extraterrestres (no hostiles) querrían incluir Glasgow en su lista de lugares a visitar, y podemos garantizarles una visita cálida y pacífica". Así ha respondido Kenneth Meechan, portavoz del Ayuntamiento de Glasgow, a un vecino que ha preguntado que tiene previsto hacer la Corporación si la ciudad es escenario de un primer contacto. "A medida que la Humanidad siga avanzando y adentrándose en las estrellas, indudablemente atraeremos la atención de cualquier forma de vida que haya ahí fuera. Tengo curiosidad por saber qué medidas se han puesto en marcha para el encuentro inevitable", decía el ciudadano, informa el diario The Herald.

La respuesta de la autoridad local es toda una demostración de profesionalidad y flema británicas. Tras recordar que no hay un protocolo claro para el caso de un encuentro súbito con extraterrestres y que ni el Gobierno británico lo considera un riesgo ni el Ayuntamiento de Glasgow que sea algo que vaya "a suceder en los próximos cinco años", destaca que el consenso científico apunta a que lo más probable es que el primer contacto tenga lugar por radio. "La posibilidad de viajar más rápido que la luz permanece en los dominios de la ficción y se necesitaría un tiempo improbablemente largo para viajar entre las estrellas a velocidades sublumínicas", explica Meechan. Y añade: "El Ayuntamiento no controla ningún radiotelescopio, luego no esperamos detectar ninguna señal del espacio".

Mi parte preferida de la argumentación es cuando Meechan asume que el contacto pueda tener lugar al estilo de la ciencia ficción clásica o de las historias de platillos volantes. "Si, en contra de lo previsto, el primer contacto es mediante un aterrizaje, queremos advertir de que Glasgow tiene alrededor del 0,008% de la población mundial y abarca el 0,00003% de la superficie total de la Tierra y el 0,00012% de las tierras emergidas. Sobre una base puramente estadística, por lo tanto, consideramos poco probable que los alienígenas, en el caso de que visiten la Tierra en los próximos cinco años, desembarquen inicialmente en Glasgow". Concluye diciendo que, si aún así sucede eso, la ciudad recibirá a los alienígenas cálida y pacíficamente si son "no hostiles". ¡Chapeau!