Fueron muchos los niños que fueron criados con el método Estivill. Un gran número de padres confiaron en él porque aparecía en la TV y sus libros inundaron los comercios. Muchos niños probablemente se sintieron desconsolados y aprendieron que no podían confiar en que sus padres acudieran a su llanto.

Gracias a una buena campaña de marketing, probablemente la cuenta corriente del Dr. Estivill se llenaba mientras los padres condenaban a sus hijos al desamparo en la noche.
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Ha pasado un tiempo ya para ver que ha ocurrido con aquellos niños cuyo sueño fue velado por padres que creyeron ciegamente en este método. Recuerdo que cuando apareció el Sr. Estivill por la televisión en la campaña difusión, un montón de padres le creyeron. Cuando las estanterías de Carrefour se llenaron con sus libros aún confiaron más. Y cuando vieron que el método funcionaba, creyeron en él.

'Si, si funciona, ya no vuelve a llorar por la noche'- decían los padres. Ese fue el mejor boca-a-boca marketing para el doctor y miles de libros fueron comprados. Mientras, cientos de niños aprendieron que NO PODIAN CONFIAR EN SUS PADRES.
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He visto crecer ya algunos niños que durmieron con este método. Ví como niños que durmieron de un tirón 'gracias' al método cuando eran bebés, en la infancia y la adolescencia presentaban anorexia o comían muy poco. Esta claro que no se puede demostrar ninguna relación. Pero ¿cómo han crecido estos niños? ¿como se sintieron?

No todo el mundo sabe que este pediatra copió un método ideado por el estadounidense Ferber, que consiste en aumentar progresivamente el tiempo que se deja llorar al bebé en la cuna por las noches, hasta que deja de llorar del todo. 'Nadie va a acudir a mi llanto', aprende el bebé. ¿Y funciona? Pues sí: los niños acaban durmiendo. Con este argumento, los padres que defienden el método justifican su decisión. Pero, en la crianza, el fin nunca justifica los medios.

Estas son algunas de las razones por las que no hay que aplicar el Estivill:
  1. Los niños no llegan a dormir como los adultos hasta cumplidos los 6 años. Es decir, hasta esa edad, los despertares nocturnos son normales. No hay nada de malo en un bebé que se despierta por las noches. El problema lo tienes tú, no tu bebé.
  2. Tú sabes que tu bebé está perfectamente a salvo en su cuna. Pero tu bebé no sabe que está a salvo. Para él, la mayor amenaza es no tenerte cerca. Gracias a este instinto, que está escrito en su código genético desde que existe la especie humana, es que hemos podido sobrevivir. Imagina a un bebé abandonado a su suerte en una pradera prehistórica, presa fácil de cualquier depredador. Sin el instinto de llorar al sentirse en peligro, y así alertar a su madre, sus minutos están contados. Tu bebé, en el siglo XXI, comparte el mismo código genético que ese bebé prehistórico. Para él, la amenaza de estar a oscuras, solo en una cuna, sigue siendo tan real como la del bebé expuesto a ser devorado por las fieras.
  3. Los bebés piden lo que necesitan. No está tratando de manipularte, ni de salirse con la suya: eso lo hacemos los adultos. La necesidad de contacto para un bebé es tan importante y vital como la necesidad de alimento. Pretender que un bebé se quede tranquilo en su cuna sin chistar y que duerma toda la noche es un sinsentido. De acuerdo con Rosa Jové, sólo un 10 o un 15% de los bebés son capaces de dormir 10 o 12 horas de un tirón a la edad de 7 meses.
  4. Un bebé espera ser atendido cuando llora. Si nadie acude, comprenderá que de nada sirve hacerlo, que él no es importante: que no es amado. Y arrastrará este condicionamiento (y la consecuente falta de autoestima) hasta la vida adulta. Aprenderá que no vale la pena luchar, que la batalla está perdida de antemano. Son muchos los adultos hoy en día que ven la vida de esta forma. Y esto es algo trágico.
  5. Un niño es un ser humano y merece el mismo respeto que un adulto. Esto incluye el respeto a sus propios procesos naturales. ¿Le negarías atención a un adulto que sufre, sólo para que «aprenda»?
  6. Un niño que siente miedo y cuyo llanto no es atendido, segrega adrenalina y otras sustancias que hacen que en todo su organismo se active un estado de alerta (igual que te ocurre a ti en situaciones de peligro). Llega un momento en que la amígdala, una parte del cerebro emocional, se colapsa. Entonces el organismo empieza a segregar nuevas sustancias (endorfinas, serotonina) para combatir ese estado de alerta, pues no se puede mantener por demasiado tiempo. Es entonces cuando el niño, drogado por su propio organismo, se duerme. ¿Ha aprendido a dormir? No. Se ha autodrogado. En esto se basa la eficacia del método Estivill. Cuanto más pequeño es el niño, mayor es el estado de shock al que se le somete.
  7. Una exposición prolongada a la adrenalina y otras hormonas del estrés trae muchas secuelas negativas, como una «desregulación duradera de la bioquímica cerebral» (Jové), con consecuencias como depresión, trastornos del apego, indefensión aprendida, ansiedad, hiperactividad...
  8. Si no te hubiesen convencido de que el método Estivill es sano, no lo harías. Pon la mano en tu corazón y pregúntate si realmente quieres hacer esto. ¿A que todo tu cuerpo te está pidiendo que acudas de inmediato y cojas en brazos a tu hijo? Pues ¿por qué no haces lo que la naturaleza te ha programado para que hagas?. ¿Por qué vas a dar más crédito a un médico que le pone su nombre a un método que inventó otro, que a tu propio corazón?
  9. Existen otras alternativas. Si tu bebé se despierta (como lo hacia el mío), si estás agotada y no puedes más, existen formas respetuosas de ayudar a tu bebé a conciliar el sueño más rápidamente, y a volver a dormirse sin ayuda cuando se despierte por la noche. Te recomiendo el libro El Sueño del Bebé Sin Lágrimas de Elizabeth Pantley.
Leer más:

Declaración sobre el llanto de los bebés, firmada por varios médicos y otros profesionales:
http://www.durga.org.es/webdelparto/declaracin_sobrellanto_de_los_bebs.htm
"La criatura que duerme sola es una novedad histórica", por el antropólogo James McKenna:
http://www.tenemostetas.com/2011/07/la-criatura-que-duerme-sola-es-una.html
El cerebro del bebé, documental de Redes:
http://www.holistika.net/infancia/crianza/el_cerebro_del_bebe.asp
Desmontando a Estivill, por la psiquiatra infantil Ibone Olza:
http://iboneolza.wordpress.com/2012/06/06/desmontando-a-estivill/