El niño, al nacer va descubriendo su mundo a través del contacto, y la percepción de ese mundo lo hace a través de sus sentidos básicos, catalogando los datos en dos grandes grupos asociados a: peligro de muerte y posibilidades de supervivencia. Lo vive como cualquier otro animal, de forma totalmente biológica.
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La descripción de la cronología eruptiva de los dientes de leche se plantea en paralelo al desarrollo neurológico y psicoafectivo del niño. Lo que podemos decir haber visto, o que hemos percibido conscientemente, está en una relación 1 a 1000 con respecto a lo que nuestro sistema ha percibido.

La biodescodificación dental es un medio para descubrir las huellas de lo que nuestro sistema viviente ha debido gestionar dentro de nuestra conciencia.

Huellas de momentos en los que un sentimiento ha informado a nuestra estructura viviente, de una necesidad de adaptación, a partir de la captación de una información, revelando un desequilibrio entre lo que se necesitaba y lo que se obtenía. El diente nos revela que las palabras pueden equilibrarlo todo, y sobre todo las palabras que habitan en nuestros pensamientos y que, en muchas ocasiones, no son expresadas o verbalizadas.

Hay que hablar a los niños con frases adultas, pero con palabras comprensibles por parte del niño, palabras del léxico del niño. Es corriente ver que muchos adultos se expresan de forma negativa, como lo hace un niño. Están anclados en un lenguaje infantil.

El mundo del niño gira esencialmente alrededor de las personas que son importantes para él y para su supervivencia, a la vez biológica y afectiva. Todo gira entorno a la madre y el padre durante la primera etapa de crecimiento.

Existen programas arquetípicos muy potentes, como es el del sacrificio. "Jesús era perfecto y tenía que sacrificarse por los demás". Estos son los programas inconscientes que llevan todos los niños (deben ser perfectos, y sacrificarse).

Estos, y otros muchos programas, como los relacionados con los dramas que se han podido vivir en la familia, son programas que están totalmente activos a nivel inconsciente y hacen que, en muchas ocasiones, generen una dificultad en cuanto al desarrollo normal de todas las fases de dentición. Estos programas, en combinación con las emociones que están viviendo los padres (miedos, estrés, preocupaciones, etc.) pueden hacer que se despierten memorias que interfieren en la formación o la posición natural del diente o de diferentes dientes.

Caries, malposiciones dentales, patologías bucodentales, pueden estar provocadas por las interferencias eléctricas que genera el sistema nervioso al despertarse esas memorias.

Por todo ello, es más que deseable descodificar en cuanto se detecta una afectación bucal en el niño, ya que al estar en fase de formación y crecimiento puede llegar a corregirse la alteración.

La Descodificación Dental, en ningún caso, sustituye la visita a un profesional Odontólogo, simplemente es un trabajo emocional complementario que puede permitir optimizar los resultados.