"No es un guerra civil ni un conflicto interno, los territorios de Ucrania, ocupados por Rusia en Crimea y en la región de Donbás, representan casi 44.000 kilómetros cuadrados", indicó el mandatario, agregando que "millones de ucranianos viven bajo una ocupación".
Comentario: La única ocupación en Ucrania es la que hizo Occidente, la cual culminó con Poroshenko en el poder. ¡Qué semblante tan fuerte debe tener una persona para ponerse de pie en frente de la comunidad internacional y mentir de una manera tan triste!
Según Poroshenko, "Moscú ha comenzado un nuevo juego descabellado, esta vez en la región ucraniana de Donbás".
"No hay duda de que se trata de una guerra agresiva en contra de mi país, en contra de Ucrania", precisó.
Comentario: ¿En serio? Pero si las bombas que están asesinando a ciudadanos ucranianos vienen de sus aviones y las balas de sus armas, usadas por soldados fieles al gobierno en Kiev, qué payaso tan grande este hombre.
Antiguo socio estratégico
Poroshenko llamó nuevamente a Rusia "país agresor" e indicó que se trata de un "ex socio estratégico" para Kiev.
"Mi país se ha convertido en objetivo de una agresión, esta vez el agresor es Rusia, un ex socio estratégico que legalmente se comprometió a respetar la soberanía, la integridad territorial y el carácter inviolable de las fronteras de Ucrania", dijo.
Comentario: Y lo ha hecho, en realidad que este intento es tan patético que más que tristeza da risa.
Anteriormente, en enero de este año el Parlamento de Ucrania calificó a Rusia como "país agresor" en una declaración.
Kiev y los países occidentales acusan a Moscú de injerencia en los asuntos internos ucranianos, hecho que niega el Gobierno de Rusia.
Moscú ha declarado reiteradamente que no forma parte del conflicto interno ucraniano y está interesada en que el país eslavo supere la crisis económica y política que lo desbasta.
Comentario: Si existiese algún tipo de evidencia de una ocupación por parte de Rusia ningún gobierno en Occidente escatimaría en producirla, pero esto no ha ocurrido, Poroshenko es solo un títere en el juego de Occidente de "hagamos quedar mal a Rusia"