El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, ha autorizado el miércoles pasado la apertura de un juicio político con fines de destitución ('impeachment') a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tras considerar procedente una acusación contra la mandataria por irregularidades fiscales ocurridas en el 2015.

dilma rousseff
© AFP 2015/ Evaristo Sa
Tras las declaraciones del ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardoso, de que "el pedido de destitución contra Dilma huele a golpe"; esta hipótesis que venía siendo anunciada por muchos analistas vuelve a estar en los títulares.

Muchos de ellos consideran que este juicio político es la culminación de la campaña de desprestigio de la presidenta, de la que acusan a los grandes medios de comunicación y, principalmente a la poderosa cadena multiplaforma O Globo.

La razón es el avance del debate sobre la regulación de los medios de comunicación, anunciada por el Ministro de Comunicaciones, Ricardo Berzoini, tan sólo unas horas después de asumir su cargo hace casi un año.

Aunque ésta es una vieja pretensión del Partido de los Trabajadores, que no contó con el apoyo de Rousseff en su anterior mandato, este año está avanzando por los reclamos de los profesionales de la comunicación y la plataforma "Fórum Nacional pela Democratização da Comunicação" (FNDC) integrado por centenares de organizaciones ciudadanas. Entre ellas la Federação Nacional dos Jornalistas (FENAJ) y la totalidad de los sindicatos y asociaciones de trabajadores de la comunicación.

El senador socialdemócrata Aloysio Nunes, ante el mencionado anuncio del ministro Berzoini lo tildó de "chiflado" y anunció un "combate sin tregua" en el Congreso y en las calles contra lo que consideró un "intento criminal contra la libertad de expresión y la democracia". Nunes es quien convocó las protestas semanales que reclamaron en Sao Paulo la destitución de Rousseff.


Comentario: ¡Alerta! Cuando alguien utiliza como argumento el "ataque a la libertad de expresión y la democracia" debemos sospechar inmediatamente una infame operación en curso. Ya hemos visto el uso de estas frases como parte de una campaña previamente guionada. Y también hemos podido observar innumerables veces que el guión es escrito normalmente por EE.UU. y los grandes poderes económicos concentrado en bancas y corporaciones. No son nada originales...


La regulación de la propiedad de los medios es crucial en Brasil ya que las concesiones de frecuencias están en manos de diez grupos que controlan la casi totalidad de los medios del país y, además, porque buena parte de las repetidoras regionales son administradas, de forma indirecta, por políticos y congresistas de la oposición como herencia de la dictadura militar que asoló Brasil desde 1964 hasta 1985.

Las intenciones del Gobierno se han visto confirmadas con la reciente reglamentación del derecho a réplica en la prensa que, para irritación de los dueños de los medios, obliga a divulgar de forma "gratuita y proporcional" la respuesta de la persona ofendida. El proyecto en elaboración por la FNDC incide en acabar con los oligopolios que controlan televisiones y radios, según Berzoini, se trata de "una forma de ampliar democráticamente las comunicaciones".

Según distintos analistas, los grupos mediáticos están propiciando un "golpe de Estado blando" que sería el tercero de este tipo en Latinoamérica tras los que derrocaron en 2009 a Manuel Zelaya, en Honduras, y a Fernando Lugo en Paraguay, en 2012.