Cada vez son más los profesionales que trabajaron en algún momento en Facebook solo para salir ahora a criticar la popular red social. En agosto de este año era Sean Parker el que cuestionaba lo que Facebook podía hacer en la mente de los usuarios más jóvenes. Ahora otro ejecutivo usa palabras aún más duras.

facebook website
Chamath Palihapitiya ha sido vicepresidente responsable del crecimiento de usuarios entre 2005 y 2011. Durante una reciente conferencia en la escuela de negocios Stanford Graduate School of Business, Palihapitiya aseguraba que Facebook está dañando irreversiblemente el tejido de la sociedad en la que vivimos:
Creo que hemos creado una herramienta que está destrozando el tejido que hace que la sociedad funcione. Las redes sociales crean un bucle de validación por el que las personas reciben una pequeña recompensa cuando alguien le da a me gusta o comenta una publicación, o una foto. Estos bucles de recompensa están destruyendo la sociedad. No hay discrepancia social, ni auténtica cooperación. Solo desinformación y mentiras. Y no se trata de un problema exclusivo de Estados Unidos o de noticias manipuladas por Rusia. Esto es un problema global.

No puedo evitar sentirme terriblemente culpable. Creo que todos los que trabajamos en el proyecto nos sentimos así aunque lo negáramos o nos dijéramos que era por una buena causa.

Eso nos ha llevado a la situación actual. En mi opinión, (facebook) está erosionando los mismos cimientos de las relaciones entre personas, y no hay una solución buena. Mi único consejo es que no uses esa herramienta nunca. Yo no lo hago desde hace años
Palihapitiya continua diciendo que las redes sociales en general solo sirven para programarnos el cerebro y que sus hijos tienen su uso estrictamente prohibido. El antiguo ejecutivo reservó palabras aún más duras para el público de Stanford al que hablaba.
No os dais cuenta, pero estáis siendo programados. No fue algo intencional, pero ahora tenéis que decidir cuánta independencia intelectual estáis dispuestos a sacrificar. Y no penséis: "¡Oh eso no me va a pasar a mi! Soy un genio. Estoy en Stanford. Probablemente sois los más propensos a caer en la trampa porque ya os pasáis haciendo click toda vuestra vida.