Hace unos días, me llamó la atención el caso de un hombre de 38 años de Chicago que abusó de dos niñas de 6 y 8 años y está siendo procesado por sus acciones criminales. Para añadir a lo terrible de la historia, el hombre alega que es "trans-edad" para escapar del castigo merecido.

pedofilia
© Desconocido
En un mundo que ya ha sido profundamente afectado por la ideología de identidad de género, donde se insta a respetar todo tipo de "identidades" ilusorias basadas meramente en "cómo se identifica cada persona", ¿podría una alegación absurda como ésta ser considerada válida para absolver a un criminal?

De acuerdo con Daily Wire (traducido por Sott.net):
Un hombre de Chicago acusado de agredir sexualmente a dos niñas de seis años y a otra de ocho en repetidas ocasiones, dijo a los agentes de la policía que en realidad es "un niño de nueve años atrapado en el cuerpo de un adulto", revelaron los fiscales el miércoles.

Joseph Roman, de 38 años de edad, es acusado de agresión sexual predadora repetida. Los numerosos ataques comenzaron en 2015 y continuaron hasta principios de este mes.

Roman ha confesado algunos de los ataques a las autoridades. Sus víctimas eran las hijas de sus amigos.
Quizás resulte un extraño ver una conexión entre la ideología de género y la normalización de la pedofilia. Pero se hace mucho más clara cuando tenemos a un hombre que está utilizando este discurso para eludir las consecuencias de sus acciones. Pensaríamos que esto va demasiado lejos y que nadie lo puede tomar en serio. Sin embargo, en un artículo anterior publicamos una conversación con el asesor experto en políticas relacionadas al género durante la administración de Obama, quien dijo, ente otras cosas:
TC: ¿Cuál es el estándar científico entonces? Porque cuando hablamos de temas biológicos es un campo de la ciencia, si soy un científico y quiero saber si eres un hombre o una mujer ¿cómo lo descubro?

AD: Éstas son discusiones que te animo a tener con alguien que sea transgénero.

TC: No, no necesito eso. Puedo hablar contigo, porque tu trabajas en esta área y eres el asesor experto del tema. Es una pregunta muy simple. Si soy un científico ¿cómo hago para determinar esto?

AD: Tu identidad de género determina tu género y punto.

TC: Ok, basado en eso, alguien como yo que luce como hombre... tú piensas que soy un hombre... pero yo te digo: soy una mujer y exijo jugar en el equipo femenino, ir a una universidad femenina, exijo que se me dé un préstamo para "mujeres emprendedoras". Esa es una pregunta real, ¿puedes negarme que soy mujer?

AD: Creo que... este... hay que extender las protecciones a las personas transgénero.

TC: Ok, entonces yo como hombre "aparente", si digo que soy mujer, eso es suficiente, ¿solo ese es el requerimiento para entrar a un equipo de mujeres?

AD: Eso lo vería la corte suprema... pero yo creo que sí, la identidad de género es más que suficiente para determinar el género, es un tema de derechos.
Si lo único necesario para definir el género de alguien, incluso ante la ley, son los sentimientos de esa persona, el hecho de que el acosador de Chicago diga que "se siente como un niño atrapado en el cuerpo de un adulto", podría llegar a ser tomado en serio y un abogado inescrupuloso lo podría utilizar para absolverlo de su crimen. Y hay que resaltar el hecho de que en la entrevista citada arriba está hablando una persona que ha estado en un cargo importante y ha asesorado a quién sabe cuántos más acerca de este tema. Además, parecería que ésta es la visión que se está extendiendo rápidamente en el mundo. Básicamente, cualquiera que diga que se identifica con cualquier tipo de "sexualidad" debe ser considerado como de ese "género" y, automáticamente entraría bajo las protecciones otorgadas a las personas transgénero por parte de los organismos gubernamentales.

El caso de Joseph Roman no es el primero de este tipo y tampoco es la primera vez que un criminal dice cualquier cosa con tal de no ser condenado o minimizar su sentencia. De hecho, en el libro Inside The Criminal Mind, Stanton E. Samenow, psicólogo clínico experto en psicología y comportamiento criminal, reitera una y otra vez que los criminales muchas veces alegan enfermedad mental para mitigar su condena o ser enviados a un hospital psiquiátrico en vez de ir a prisión.

Diríamos que tal vez quienes trabajan en el área de la justicia penal poseen métodos para determinar si una persona puede o no ser considerada "enferma" mentalmente. Pero según el mismo autor, esto no es así, por lo que muchas veces se le otorgan condenas mitigadas a criminales que en realidad no lo merecen. Además, la velocidad con la que se están extendiendo estas "identidades" extrañas en el mundo parece resultar en la normalización de las mismas.

Para ilustrar esta normalización de la locura, podemos ver el caso de Stefonknee Wolscht, un hombre canadiense que a los 52 años decidió dejar su familia y su trabajo para pasar a ser una niña de 6 años.
Un hombre canadiense casado, con siete hijos, ha dejado a su familia para poder satisfacer su verdadera identidad de niña de seis años.
[...]

Ahora, Stefonknee vive con amigos a quienes llama "mamá y papá adoptivos". Como una niña de seis años, se viste con ropa infantil y pasa su tiempo jugando y coloreando con los nietos de sus padres adoptivos.

Stefonknee dice que su familia "adoptiva", que consiste en una pareja mayor y sus hijos y nietos pequeños, están aceptando completamente su identificación como una niña pequeña.

Dice que vive como una niña de seis años porque es algo que nunca pudo hacer cuando estaba en la escuela primaria.

[...]

Dice que anteriormente vivió como una niña de ocho años, hasta que la nieta de la pareja le pidió que fuera la hermana menor.

"Hace un año yo tenía ocho años y ella siete. Y ella me dijo: 'Quiero que seas la hermanita, así que tendré nueve años'. Dije: "Bueno, no me importa ser de seis." Así que he tenido seis años desde entonces.

(Fuente)
Así que ahí lo tienen, una familia "perfectamente normal"... Y como la edad de una persona es algo completamente subjetivo, entonces uno puede cambiarla a su antojo. ¿Qué tan conveniente es el reconocimiento social que recibe este hombre para los pedófilos? Ahora solamente tienen que decir que en realidad ellos son también niños. Con los anteriores intentos de atribuir a los niños pequeños una sexualidad que no poseen, buscando "culpar a la víctima" al decir que los niños realmente tienen deseos sexuales hacia los adultos, se completa su justificación del abuso sexual a menores, ya que, lentamente se ha ido asentando esta visión y, en un futuro no tan lejano, se podría considerar como perfectamente normal que "un niño atrapado en el cuerpo de un adulto" sienta deseo sexual hacia otros niños (que serían realmente niños). Al respecto, vea Hipersexualización infantil: ¿La ONU está educando o corrompiendo a los niños? y Romper el "tabú" de la pedofilia: el pretexto de los psicópatas para seguir violando impunemente a los niños)

Recientemente publicamos sobre un hombre de una tienda erótica que utilizaba a un niño "travesti" de 9 años como modelo y se sentía indignado por las críticas que recibió al respecto. ¡Por suerte todavía hay muchos que lo critican! Pero, lastimosamente, esta gente que se "indigna" por la cordura que aún prevalece pretende imponer una aceptación forzada mediante leyes que los protegen por ser "transgénero" y la tiranía de lo políticamente correcto. Uno se pregunta por qué reciben tanto apoyo de organismos gubernamentales... (Una pista: Demanda de sexo de mujeres y niñas por parte de grupos de poder: Secuestros, sadismo y muerte )

Si queremos más ejemplos de esta tendencia, basta con mirar la lista de géneros que contiene más de un centenar de "identidades" y preferencias sexuales reconocidas hasta el momento. Los primeros en la lista son:
Abimegénero: un género que es hondo, profundo e infinito; se asemeja a cuando un espejo se refleja en otro espejo creando una paradoja infinita

Adamasgénero: un género que se rehúsa a ser categorizado

Aerogénero: un género que es influenciado por su entorno

Estetigénero: un género que se deriva de la estética; también conocido como videgénero

Afectogénero: un género que se ve afectado por los cambios de humor

Agénero: el sentimiento de ausencia de género o género neutral

Agéneroflux: ser agénero y tener sentimientos fluctuantes de masculinidad y de feminidad, pero NO masculino o femenino.

Alexigénero: un género que fluye entre más de un género, pero el individuo no puede determinar cuáles son esos géneros

Aliusgénero: un género que se aleja de las descripciones y directrices comunes de género
Bueno, estas son 9 categorías aparentemente diferentes que dicen exactamente lo mismo y que son absolutamente subjetivas, pero, ¡oh, no olvidemos, lo que importa es lo que uno siente! Imaginen nada más el resto de la lista y tengan en cuenta que la misma ha sido la referencia utilizada por el "Experto independiente sobre la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género (SOGI)" de la misma ONU en una propuesta para una resolución en el año 2016. ¿Y qué hay de los 50 géneros que son reconocidos por Facebook?

Sin duda todo esto parece apuntar a la normalización de estas categorías subjetivas, y, si bien podemos resaltar las consecuencias como la aceptación creciente de conductas aberrantes como la pedofilia, también podemos ver una consecuencia simbólica muy significativa: que pongamos a la subjetividad por encima de la objetividad; a las ilusiones, los deseos y, en última instancia, la mentira, por encima de la verdad. Lo cual es, sin duda alguna, la cúspide de la histeria social que caracteriza a los tiempos más difíciles que nos ha tocado vivir en la historia.

Estamos hablando, literalmente, de fomentar la vida en un mundo de fantasías en el que cada uno puede imaginarse que es lo que sea que su mente conciba; y la realidad se tiene que adecuar a esas fantasías que crean en sus mentes. Según ellos, esto es libertad, pero en realidad, solo se atrapan cada vez más en un mundo ficticio y, por ende, se vuelven histéricos sin conciencia moral real, fáciles de manipular y totalmente incapaces de asumir responsabilidad. Si ésta es la generación del milenio, ¿hacia dónde vamos?

Andrzej Łobaczewski, autor de La ponerología política parecía tener una idea:
Por tanto, los sueños de una vida feliz y tranquila llevaron a ejercer la fuerza sobre los demás, un poder que deprava la mente de quien domina. He aquí la razón por la cual la tan soñada felicidad no se ha vuelto realidad en el transcurso de la historia. Esa visión hedonística de la "felicidad" contiene las semillas de la miseria y nutre el ciclo eterno dentro del cual los buenos tiempos dan lugar a los malos que, a su vez, causan el sufrimiento y el esfuerzo mental que conllevan a adquirir experiencia, sentido común, moderación y cierta cantidad de conocimiento psicológico, virtudes que ayudan a reconstruir condiciones de vida más felices.

Durante los buenos tiempos, las personas pierden progresivamente de vista la necesidad de realizar una profunda reflexión e introspección, conocer a los demás y comprender las leyes complejas de la vida. ¿Vale realmente la pena reflexionar largo y tendido acerca de las propiedades de la naturaleza humana y de la personalidad imperfecta del hombre, ya sean propias o ajenas? ¿Podemos comprender el significado creativo del sufrimiento que no hemos experimentado en carne propia, en lugar de tomar el camino más fácil y culpar a la víctima? Cualquier esfuerzo mental adicional parece una tarea sin sentido cuando los placeres de la vida están al alcance de nuestras manos. Una persona inteligente, liberal y feliz es vista con beneplácito, mientras que alguien capaz de ver a futuro y de predecir resultados nefastos se convierte en un aguafiestas.

Durante los "buenos" tiempos, percibir la verdad acerca de nuestro entorno y, en especial, comprender la personalidad humana y sus valores, dejan de ser una virtud; todo aquél que se haga preguntas y plantee dudas es menospreciado y se le juzga de ser un entrometido incapaz de dejar el bienestar tranquilo. A su vez, esa actitud conlleva al empobrecimiento del conocimiento psicológico, así como de la capacidad para diferenciar las propiedades de la naturaleza humana y de la personalidad, y de la habilidad para moldear la mente de manera creativa. El culto del poder reemplaza así aquellos valores mentales tan esenciales para mantener las leyes y el orden de manera pacífica. Podríamos decir que el enriquecimiento de una nación con respecto a la visión psicológica del mundo, o por el contrario, su involución, permiten predecir si su futuro será bueno o malo.

La búsqueda de la verdad resulta problemática durante los tiempos "buenos" debido a que revela hechos incómodos. Es preferible albergar pensamientos más sencillos y placenteros. La eliminación inconsciente de información a simple vista innecesaria se convierte en un hábito, y gradualmente pasa a ser una costumbre aceptada por la sociedad en general. El problema es que resulta difícil sacar conclusiones correctas mediante el uso de un proceso de pensamiento basado en información tan parcializada, que con el tiempo reemplaza de manera inconsciente aquellas premisas incómodas por otras más convenientes, aproximándose de ese modo a los límites de la psicopatología.

Dichas épocas felices para un grupo (frecuentemente alcanzadas a raíz de injusticias hacia otros pueblos o naciones) comienzan a coartar la capacidad de desarrollar una consciencia individual y social; los factores subconscientes asumen un rol decisivo en la vida. Una sociedad de este tipo, que ya ha sido infectada por ese estado histeroide, considera que toda percepción derivada de una verdad incómoda es señal de "mala educación". [...] En esos tiempos, la capacidad para reflexionar de manera lógica y disciplinada, que nace durante las épocas difíciles, comienza a desvanecerse. Cuando las comunidades pierden la capacidad de desarrollar el razonamiento psicológico y la crítica moral, se intensifican los procesos de creación del mal en todas las escalas sociales, ya sea a nivel individual o macrosocial, hasta que todo vuelve a dar lugar a los malos tiempos.

Como ya sabemos, toda sociedad está compuesta por un determinado porcentaje de personas con trastornos psicológicos provocados por diferentes factores hereditarios o adquiridos que causan anomalías en la percepción, el pensamiento y el carácter. Muchas de esas personas intentan atribuirle significado a su existencia trastornada adoptando una vida social hiperactiva. Crean sus propios mitos e ideologías con fines de sobrecompensación, y suelen insinuar de manera egotista que tanto sus percepciones como sus metas e ideas anormales son superiores a las de los demás.

Cuando unas pocas generaciones que gozan de la despreocupación característica de los "buenos tiempos" culminan con un déficit social tanto en lo que concierne a la habilidad psicológica como a la crítica moral, se abre el camino para que conspiradores patológicos, encantadores de serpientes e incluso impostores más primitivos, comiencen a actuar y a fundirse con los procesos de origen del mal. Esas personas constituyen factores esenciales en la concretización de este último. [...]

- La ponerología política