El príncipe heredero de Arabia Saudí ordenó a los medios de comunicación del reino embellecer el rostro del régimen de Israel entre los saudíes.

Mohammed bin Salman
© Reuters/Amir LevyMohammed bin Salman
El gobernante saudí de facto, Muhamad bin Salman, ordenó a uno de sus más importantes asesores, Saud al-Qahtani, tratar de lavar la cara de Israel y embellecer su imagen, mala de hecho, entre la comunidad saudí, ha revelado este lunes el diario israelí Maariv, citando anónimamente fuentes conocedoras del tema.

Según el medio, dicha orden se debe a que el heredero al trono saudí temía que, al avanzar su política de acercamiento al régimen israelí, estallaran el descontento popular y las protestas callejeras.

En concordancia con la orden de Bin Salman, Al-Qahtani ha escrito múltiples artículos proisraelíes, precisa Maariv, de forma que en muchos casos parecía que "el batallón de escritores saudíes operaba de acuerdo con la oficina de prensa del premier israelí, Benjamín Netanyahu".

Al-Qahtani fue un importante asesor de comunicaciones de Bin Salman, muy activo en las redes sociales y un "soldado leal a su maestro", pero fue despedido recientemente de su cargo por su implicación en el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi, agrega el periódico.

Bin Salman ha desempeñado un papel clave en el acercamiento entre Arabia Saudí e Israel, técnicamente enemigos y sin relaciones bilaterales. En varias ocasiones se han revelado reuniones secretas del príncipe heredero saudí en Tel Aviv (oeste de la Palestina ocupada) con dirigentes israelíes.

El diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) desveló también en un reciente informe que, cuando Al-Qahtani era todavía asesor de Bin Salman, hizo varios viajes a los territorios ocupados palestinos para reunirse con funcionarios israelíes.

Según señalan diferentes expertos regionales, los Al Saud se vieron obligados a destituir a Al-Qahtani y a otros funcionarios saudíes para salvar al príncipe heredero, quien, de hecho, fue el cerebro del asesinato de Khashoggi, según confirmaron la Policía turca, diferentes organizaciones pro derechos humanos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU.