(España) - La embarcación, con bandera irlandesa, quedó a la deriva a 85 millas de A Coruña.
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En Salvamento Marítimo admiten que fue casi un «milagro» que todo saliese bien en el rescate de los cinco tripulantes de un velero irlandés que se vio el jueves en apuros. Tanto, que los cinco ocupantes ni siquiera tuvieron que ir al hospital ni recibir asistencia médica.

Todos los elementos estaban en contra cuando los tripulantes del velero, el Loa Zour, activaron la radiobaliza informando de que se encontraban a la deriva. Cierto que nunca es buen momento para sufrir una avería, pero a las 20.26 horas, hora a la que empieza a oscurecer, no facilita las actuaciones de rescate. Por encima, no estaban precisamente cerca de la costa: a 71 millas de cabo Prior, 85 (casi 140 kilómetros) si se mide la distancia desde A Coruña, desde donde despegó el Helimer 401 que acudió el rescate, junto al avión Sasemar 102.

Y lo peor de todo: vientos de 65 nudos, que traduciéndolo a términos populares desde la escala Beaufort vienen a ser 120 kilómetros por hora. Eso sin olvidar que el velero irlandés, de 13 metros de eslora, estaba a merced de unas olas de 4 a 6 metros de altura.


Sin gobierno alguno, por completo a la deriva, el Loa Zour se balanceaba de forma exagerada como para que el rescatador descendiese hasta la cubierta del barco. Corría serio peligro de quedar enganchado en el mástil o ser golpeado por algún elemento. Así que a los cinco tripulantes no les quedó más remedio que lanzarse al agua y esperar a que el rescatador fuese a por ellos.

Uno por uno, los navegantes fueron abandonando el Loa Zour. A las 21.45 horas estaban todos sanos y salvos a bordo del Helimer 401.

La tripulación fue trasladada al aeropuerto de Alvedro, donde el helicóptero de Salvamento Marítimo tiene su base. A pesar de haber tenido que lanzarse al agua y permanecer a la espera del rescatador, los ocupantes no necesitaron atención médica. Ninguno. Ni el croata de 37 años, ni los dos irlandeses de 57, ni el de 47 y ni siquiera su compatriota de 62. Lo dicho, un milagro.

El velero allá quedó, bailando a la deriva a 85 millas de A Coruña. Las condiciones de hoy no eran mucho mejores que las de ayer. Lo único bueno es que el viento del noroeste está acercando el barco a tierra, pero para mañana, según la previsión, podría alejarse de la costa.

Salvamento Marítimo no se ha planteado todavía qué hacer con el velero, puesto que incluso podría hundirse. Está emitiendo radioavisos a los navegantes informándolos de la zona exacta en la que se encuentra la embarcación abandonada. Su situación estaba perfectamente controlada, puesto que Maspalomas seguía recibiendo señal de la radiobaliza, que continuaba emitiendo. No obstante, fuentes de salvamento señalaron que se retiraría de inmediato si se convierte en un serio peligro para la navegación.